Cómo llegar a Barbastro desde Cataluña en coche o en autobús

Este domingo 7 de enero se celebra un partido histórico para la afición del Barbastro. Desde la Ciudad Condal a la del Vero hay algo más de dos horas por la autovía A-2.

Esta localidad de Huesca recibe al FC Barcelona este domingo 7 de enero para la Copa del Rey
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Laura Uranga

El desplazamiento entre Barbastro y Barcelona no es incómodo ni costoso. Al fin y al cabo, se produce entre comunidades autónomas vecinas. Las carreteras, además, favorecen ese traslado que deberá hacer la expedición catalana a la conclusión del partido. Aunque los desplazamientos nocturnos nunca son cómodos, lo cierto es que a la hora de aproximación a destino no se encontrarán con el habitual tráfico pesado en la circunvalación de la capital barcelonesa.

Desde la Ciudad Condal a la del Vero (desplazamiento que debe hacer en primer lugar este domingo el equipo azulgrana) hay algo más de dos horas por la autovía A-2 primero en dirección Lérida y la A-22 después, sin necesidad de cruzar Monzón, para coger poco antes de llegar un ramal de la N-240. El coche es el recurso más lógico y rápido: son dos horas y ocho minutos en 215 kilómetros.

Cómo llegar a Barbastro en autobús

Es otra opción, con varios trayectos diarios desde el número 686 de la avenida Diagonal hasta la estación de autobuses de Barbastro, situada junto a la catedral. El servicio lo ofrece Avanza y vale 15 euros. De los disponibles este domingo 7 de enero, hay dos que valdrían para llegar a tiempo al partido, cuyo inicio está previsto para las 21.00: a las 11.10 y a las 16.10.

Otras opciones que barajan aquellos que no disponen de vehículo propio son los trayectos compartidos: Blablacar tiene varias opciones este domingo desde Barcelona y lugares cercanos como Sant Cugat del Vallés hasta Barbastro. Ahora mismo, sin embargo, no existe la opción del tren, ni siquiera a estaciones cercanas como Monzón.

Lo importante, de todos modos, es llegar. Como debe ocurrir cada vez que se sale a la carretera, las prisas no deben justificar una conducción arriesgada. Además, con el descenso de las temperaturas y la posibilidad de toparse con superficies deslizantes, hay que ser aún más estricto con la preparación del viaje, la revisión del estado de las gomas y los frenos y la disposición de cada persona para conducir en plenitud de facultades. 

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