El Ministerio pone fecha al inicio de obras del conflictivo tramo de Lanave en la A-23

Un total de trece empresas han presentado ofertas para desdoblar estos 8,7 kilómetros que en el pasado puente festivo volvieron a concentrar atascos de más de dos horas en la vuelta del Pirineo.

Vehículos circulando en el pasado puente festivo por el tramo entre Lanave y Sabiñánigo, pendiente de convertir en autovía.
Vehículos circulando en el pasado puente festivo por el tramo entre Lanave y Sabiñánigo, pendiente de convertir en autovía.
Verónica Lacasa

Un total de trece empresas han presentado ofertas para construir el conflictivo tramo entre Lanave y Sabiñánigo de la autovía A-23, donde este pasado puente festivo volvieron a producirse importantes atascos de hasta dos horas en el retorno de los turistas desde el Pirineo. 

De ellas, Sacyr es la que mejor puntuación ha obtenido de la suma de todos los criterios técnicos. Ahora falta por valorar las ofertas económicas, que en su caso asciende a 84,6 millones de euros (sin IVA), lo que supone una rebaja del 11% respecto al precio base de licitación (95,2 millones de euros sin IVA). 

En ese ranquin, le siguen Acciona (83,4 millones); Lantania, Construcciones Sarrión y Marco Infraestructuras y Medio Ambiente (81,7); Obascon Huarte Lain y Aldesa Construcciones (81,1); Ferrovial, ACSA y Vialex Constructora Aragonesa (91,7); FCC (89,3); Copcisa, Becsa y Altius Geotecnia y Obras Especiales (81,5); Azvi y Torrescámara (81,6); Acinser Integral y Vías y Construcciones (93,8); Dragados (85,9); Puentes y Calzadas Infraestructuras, Compañía General de Construcción Abaldo y Contratas Vilor (84,9); Comsa y Copasa (89,7); y, por último, ASCH Infraestructuras y Servicios y CMH Obras e Infraestructuras (83,4).

El Ministerio de Transportes espera que se inicien las obras de este tramo de 8,7 kilómetros en junio de 2024 y por delante quedarán 59 meses, por lo que se estima que estén acabadas a finales de 2029. De hecho, la distribución de las inversiones ya indica que el próximo año se invertirán 1,7 millones de euros y que a partir de 2025 se acelerará con 20 millones para ese año, 26,9 para 2026, 22,3 para 2027, 22 para 2028 y 22,3 para 2029. Cabe recordar que los Presupuestos Generales del Estado de 2023 ya contemplaban una partida de 3 millones para iniciar la construcción este año, algo que finalmente no ha sido posible.

Hasta entonces no se podrá poner fin al "cuello de botella" que se produce en períodos de temporada alta turística de verano, fines de semana y de la campaña de esquí. "Se trata de una actuación indispensable para aumentar la capacidad y mejorar la seguridad vial en un itinerario que vertebra las comunicaciones entre el Levante español, la cornisa cantábrica, el acceso al Pirineo y el paso por los Pirineos centrales hacia Francia", destacan desde el Ministerio. 

Desde que en 1999 se puso la primera piedra del desdoblamiento entre Huesca y Nueno, se han puesto en servicio casi 50 kilómetros de esta autovía hasta Jaca (8 tramos), pero aún faltan otros 24. De los tres tramos pendientes, el más adelantado es la variante de Sabiñánigo (8,6 km), que lleva ejecutada 57 millones, lo que supone un 58% del presupuesto (al final será de 98 millones). Por ello, su apertura no llegará hasta finales de 2025 como mínimo.

Y esta autovía se completará con la variante de Jaca, de 8 km y un coste estimado de 115 millones. El proyecto estuvo bloqueado varios años por los procesos judiciales. Los PGE de 2023 incluyen una partida de 2,5 millones para iniciar la obra, pero este año ya no será posible gastarla. A estas alturas se sigue trabajando en "la valoración del grado de actualización que requiere el trazado", según indicaron recientemente fuentes del Ministerio. Con los antecedentes de otros tramos, no estará en servicio hasta 2030 en el mejor de los casos.

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