Los continuos retrasos alargan hasta 2030 el final de la autovía Pamplona-Huesca-Lérida

Los tramos Sigüés-Tiermas, variante de Sabiñánigo y Huesca-Siétamo duplicarán los plazos previstos. Quedan otros tres todavía sin obras con un coste estimado de 315 millones de euros.   

Tras más de cinco años de obras, el tramo Huesca-Siétamo de la autovía A-22 todavía está al 62% de ejecución.
Tras más de cinco años de obras, el tramo Huesca-Siétamo de la autovía A-22 todavía está al 62% de ejecución.
Javier Navarro

El sueño de conectar por vía rápida Pamplona, Huesca y Lérida tardará más de tres décadas en hacerse realidad. La conversión en autovía de los casi 300 kilómetros que separan las tres capitales por la A-21, A-23 y A-22 no estará concluida, al menos, hasta el año 2030 por los continuos retrasos de los tres tramos en construcción y porque tres más, con un coste estimado de 315 millones, están aún sin obras. Entre los seis suman 56 kilómetros.

A principios de 1999 se puso la primera piedra del desdoblamiento entre Huesca y Nueno. Incluido en la A-23, fue el tramo inaugural de este eje socioeconómico tan relevante para la capital en particular y para toda la provincia en general. Desde entonces se han puesto en servicio casi 50 kilómetros de esta autovía hasta Jaca (8 tramos), pero aún faltan otros 24.

De los tres tramos pendientes, el más adelantado es la variante de Sabiñánigo (8,6 km). El contrato se formalizó el 29 de octubre de 2019 con la UTE Aldesa-Rover por 71 millones y 40 meses, por lo que tendría que haberse finalizado en febrero de 2023. Pero un año antes se aprobó un modificado por 12,5 millones que amplió el plazo a 52 meses, es decir, hasta febrero de 2024. Una fecha que no se cumplirá seguro porque que, según el Ministerio de Transportes, se han ejecutado solo 57 millones, lo que supone un 58% del presupuesto (al final será de 98 millones). Por ello, su apertura no llegará hasta finales de 2025 como mínimo. Habrán pasado seis años desde su inicio, el doble de lo previsto.

También en la A-23 se licitaron en octubre por 115 millones las obras de Lanave-Sabiñánigo (8,7 km), que pondrá fin a los históricos atascos en los accesos a Monrepós. Aunque para ello habrá que esperar, al menos, hasta 2029: la apertura de las ofertas económicas se hará este mes, pero la adjudicación definitiva no llegará previsiblemente hasta primavera y el contratista tendrá 59 meses (casi cinco años) para ejecutarlas.

Y esta autovía se completará con la variante de Jaca, de 8 km y un coste estimado de 115 millones. El proyecto estuvo bloqueado varios años por los procesos judiciales iniciados por la Asociación Jaca Sin Perder el Norte. Los presupuestos incluyen una partida de 2,5 millones para iniciar la obra, pero este año ya no será posible. A estas alturas se sigue trabajando en "la valoración del grado de actualización que requiere el trazado", según fuentes del Ministerio. Con los antecedentes de otros tramos, no estará en servicio hasta 2030 en el mejor de los casos.

Ya en la autovía A-21 entre Jaca y Pamplona, hay 73 kilómetros abiertos y 2 de los 14 tramos siguen pendientes. El más retrasado es el Fago-Puente La Reina (11,6 km y 85 millones de coste estimado). El Ejecutivo incluyó 500.000 euros para licitarlo este año, pero tampoco será posible porque se está actualizando el proyecto para cumplir la normativa actual. El Ministerio se comprometió a introducir una glorieta en el enlace con este pueblo tras denunciar los vecinos la amenaza del desvío para muchos negocios locales.

Solo el Sigüés-Tiermas podría abrir en 2024

Sigüés-Tiermas (6,6 km) también ha acumulado demoras. Se adjudicó en junio de 2018 a Vías y Construcciones por 51 millones y 36 meses, así que debería haberse entregado en junio de 2021. Pero se han aprobado dos modificados por un total de 10 millones que alargaron el plazo hasta los 76 meses. Parece que este último sí se podrá cumplir, ya que se han certificado 55 millones, es decir, un 80% del presupuesto (69 millones), por lo que en un año podría estar finalizado si no surgen más problemas.

También Huesca-Siétamo (13,2 km), último tramo pendiente de los 110 kilómetros de la A-22 hasta Lérida, duplicará el plazo. El contrato se firmó con la UTE Copcisa y Vidal en junio de 2018 por 46,7 millones y 36 meses. Tendría que haberse entregado en junio de 2021, pero no fue así. Dos sobrecostes por 9,2 millones prolongaron el plazo a 63 meses (septiembre de 2023), que también se incumplió. Según el Ministerio, solo se han ejecutado 35 millones, un 62%, de ahí que la nueva previsión para acabar la obra apunte a finales de 2025.  

Conexión de la A-21 en Puente La Reina de Jaca.
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Pamplona-Jaca(A-21)

Los 12 tramos abiertos suman 73 kilómetros, pero aún quedan dos más: Puente La Reina-Fago (11,6 km) está todavía sin licitar y Sigüés-Tiermas (6,6 km) está al 80% y podría entregarse a finales del próximo año. 

Obras de la variante de Sabiñánigo.
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Jaca-Huesca (A-23)

Los 8 tramos en servicio suman casi 50 km, pero faltan otros tres: Lanave-Sabiñánigo (8,7 km) está en licitación, la variante de Sabiñánigo (8,6) se ha ejecutado al 58% y el proyecto de la variante de Jaca (8) sigue en revisión.

Obras en el tramo Huesca-Siétamo de la autovía A-22.
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Huesca-Lérida (A-22)

Los 10 tramos ya inaugurados suman casi 100 km y solo hay uno pendiente: Huesca-Siétamo (13,2 km) está actualmente al 62%, por lo que la nueva previsión para acabar las obras apunta ahora a finales de 2025. 

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