La campaña estival deja ya 7 muertos en montaña y fines de semana con hasta 24 rescates

"Hay que priorizar porque muchos avisos se solapan en las horas centrales del día", advierte el jefe del Greim de Jaca.

Así se desarrolló la operación de la Guardia Civil.
Rescate de un escalador en el valle de Bujaruelo hace unos días.

A punto de iniciarse el periodo con más accidentes de montaña, el mes de agosto, la campaña estival de rescates ha dejado ya siete fallecidos y decenas de auxilios en la provincia de Huesca. El año pasado hubo 337 salvamentos en todo Aragón entre los meses de junio y septiembre y este 2023 va camino de cifras similares.

"Estamos teniendo unos picos importantes los fines de semana", afirma el teniente Baín Gutiérrez, jefe del Greim de Jaca. Los días 8 y 9 de julio, los cinco equipos de la Guardia Civil de Montaña repartidos por la provincia atendieron 24 avisos, 14 de ellos en una sola jornada en la que entre las 10.00 y las 18.00 realizaron una salida cada 40 minutos.

"Es cierto que contamos con cinco equipos del Greim y dos helicópteros operativos, pero hay que priorizar porque muchos rescates se solapan, suelen producirse en las horas centrales, y hay que decidir qué accidente se atiende antes en función de la gravedad del herido pero también de otros factores. No solo es una cuestión de su situación médica, también hay que tener en cuenta si corre peligro de caída al estar en una zona expuesta o si entra mal tiempo", explica. 

Decisiones que a veces se toman en pleno vuelo porque tienen que ser muy rápidas. "Es posible que el helicóptero vaya a un rescate y se tenga que dar la vuelta porque han avisado de un infarto o de un golpe de calor que necesita una respuesta urgente", añade.

El teniente Baín Gutiérrez, jefe del Greim de Jaca y de las cinco unidades de la provincia.
El teniente Baín Gutiérrez, jefe del Greim de Jaca y de las cinco unidades de la provincia.
Heraldo

El teniente advierte de que sobre todo se rescata a senderistas, porque es la actividad con más practicantes. Baín Gutiérrez insiste en el llamamiento realizado la semana pasada para no atravesar el glaciar del Aneto. "El hielo es extremadamente duro, afloran rocas, y si alguien se cae hay un deslizamiento de cientos de metros por una pendiente en la que va impactando contra las piedras", alerta.

Desde el 1 de mayo, cuando se inició la campaña estival de rescates, han fallecido en la montaña siete personas, cinco en accidentes y dos por infartos. La última víctima fue un guipuzcoano de 67 años que perdió la vida el pasado día 20 al despeñarse por un barranco durante una excursión cerca de Panticosa.

Pero el peor mes fue mayo. El día 5 falleció un practicante de salto base de 34 años, natural de Madrid aunque residente en Escarrilla, después de lanzarse desde Punta Calva, en el municipio de Plan. Era un experto en esta modalidad deportiva.

Dos días después se ahogó un barcelonés de 69 años en el barranco de los estrechos de Balced (Adahuesca). Un aumento del caudal del agua, tras una pequeña tormenta, lo arrastró.

El 20 de mayo, un montañero de 59 años, vecino de Barcelona, murió en una caída de unos 200 metros mientras descendía el pico de la Gran Facha, en Sallent de Gállego. Y en la misma jornada, un senderista oscense de 70 años falleció a causa de un infarto en La Fueva.

El 19 de junio se produjo otro accidente mortal en un barranco de la sierra de Guara. Un joven francés de 28 años se ahogó. Iba solo y tras denunciarse su desaparición, la Guardia Civil lo encontró sumergido en un sifón, donde había quedado atrapado a causa del fuerte caudal.

Además, el 9 de julio perdió la vida otros senderista en Ansó también por un infarto. Era un vecino de Tafalla (Navarra) de 58 años que se desplomó cuando descendía del pico Gamueta, en el municipio de Ansó.

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