Francia endurece las restricciones para viajar por el Pirineo: "Volvemos a sufrir cancelaciones"

Desde el domingo, reduce a 24 horas la validez de una PCR negativa para los ciudadanos que no estén vacunados. 

Un control de la Gendarmería el domingo en la salida del túnel de Somport.
Imagen de archivo de un control de la Gendarmería en la salida del túnel de Somport.
Gendarmería Pirineos Atlánticos

Los visitantes de otros países son este año los grandes ausentes en las zonas turísticas de la provincia de Huesca, que está salvando el verano gracias a los nacionales. La vecina Francia, el principal mercado extranjero, no solo recomienda a sus ciudadanos no viajar a España sino que este fin de semana ha endurecido las restricciones para entrar en su territorio, complicando también el regreso de los franceses que cruzan el Pirineo para pasar sus vacaciones.

Las nuevas medidas, en vigor desde este domingo, ya han provocado cancelaciones de cara a los periodos más intensos de la temporada, la segunda quincena de julio y el mes de agosto. Se suman así a las anulaciones de reservas sufridas en los últimos meses. Las restricciones tienen especial incidencia en la sierra de Guara, donde los visitantes de ese país representan más de la mitad de la clientela.

Para entrar a Francia el Gobierno de Emmanuel Macron exige a los viajeros de 11 años o más presentar el resultado negativo de una prueba PCR o de una prueba de antígenos realizada menos de 24 horas antes de la salida, cuando hasta ahora el plazo era de 72 horas. Por supuesto, quedan excluidos los ciudadanos que puedan certificar estar vacunados con la pauta completa desde hace más de más de 14 días (AstraZeneca, Pfizer o Moderna) o desde hace más de 28 (Janssen). Esta obligación sigue sin aplicarse a los desplazamientos profesionales del transporte por carretera y a aquellos viajes que duren menos de 24 horas en un radio de 30 kilómetros en las inmediaciones del lugar de residencia.

Reducir de 72 a 24 horas la validez del test tiene consecuencias para el turismo en Aragón. Catherine Scerbac, del albergue de Bierge, asegura que ya se notan los efectos. "Estamos volviendo a sufrir cancelaciones", lamenta. Las anulaciones de reservas empezaron hace unos días, cuando el presidente Macron anunció las nuevas medidas. "Hay gente no vacunada o que una parte de la familia no está vacunada. Incluso nos ha cancelado un grupo de 12 personas porque el jefe de uno no le dejaba venir por miedo a que se quedara bloqueado", explica Scerbac. "Es un año flojo y temo que con estas decisiones sea aún más flojo".

Los empresarios turísticos habían visto cómo el margen de 72 horas había acortado algunas estancias, para poder realizar el viaje de ida y vuelta con la misma PCR y no tener que repetirla, por su elevado coste y la logística. Ahora con 24, el problema es todavía mayor. "Si quieres regresar el lunes, ¿dónde encuentras un sitio abierto en domingo para hacerte la prueba?", se pregunta la responsable del albergue de Bierge, que comenta que en ese país muchos no se quieren vacunar. De hecho, este fin de semana ha habido protestas en varias ciudades por las medidas aprobadas por el Gobierno, como la obligatoriedad de que los sanitarios se inmunicen y la exigencia de tener vacunación completa o test negativo para acceder a un importante número de actividades sociales.

Es sobre todo a partir del 14 de julio, fiesta nacional, cuando se anima la llegada de los vecinos franceses, por lo que será a partir de ahora cuando se vean las consecuencias, comentan los empresarios turísticos.

De momento el paso fronterizo de Bielsa está registrando este verano un menor volumen de circulación. Las autoridades galas velan de forma estricta por el cumplimiento de las restricciones, como demuestra el hecho de que, al otro lado del túnel, la Gendarmería o la Policía de Fronteras establece controles diarios para comprobar la documentación de quienes entran al país.

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