Tres voraces incendios en el Pirineo con un mismo patrón

El fuego ha arrasado en 40 días media docena de viviendas, una cifra "inusual" según los bomberos, que lo achacan al perfil constructivo de cubiertas continuas y a la falta de mantenimiento de las chimeneas.

Arriba, estado en que quedaron las cubiertas de los edificios incendiados en Tramacastilla y Sallent. Sobre estas líneas, el tejado del inmueble modernista de Jaca.
Arriba, estado en que quedaron las cubiertas de los edificios incendiados en Tramacastilla y Sallent. Sobre estas líneas, el tejado del inmueble modernista de Jaca.
Speis

Apenas empezado el año, el día 2 de enero, la noche de Jaca se iluminaba con las llamas de un voraz incendio que amenazó el histórico edificio de Casa Rubia, en pleno centro de la ciudad, provocando graves desperfectos en la cubierta, el ático y la tercera planta del inmueble de estilo modernista. Más de 20 bomberos trabajaron durante 14 horas para evitar la propagación a la casa colindante. 

No habían pasado ni dos semanas, el 15 de enero quedaban calcinados cuatro apartamentos en Tramacastilla de Tena, también en el Pirineo. Las llamas iniciadas en una vivienda adosada se extendieron rápidamente a la contigua por el fuerte viento y las cubiertas de madera conectadas. No fue el último incendio devastador. El 12 de febrero, el fuego arrasó otras dos viviendas en un bloque de Sallent de Gállego y los pisos vecinos sufrieron cuantiosos daños. 

Tres graves incendios en apenas 40 días, una cifra "inusual", según el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento de la Diputación de Huesca (Speis), que ha tenido un complicado estreno desde que el 1 de enero asumió los parques comarcales. "Si analizamos la última década, vemos un incendio de esa relevancia cada año o cada dos, sobre todo en los valles de Tena y Benasque, porque concentran muchas viviendas de esa tipología. Lo que no es habitual es la repetición, no es normal que se produzcan tres en tan poco tiempo", asegura un responsable del Speis.

Todos responden a un mismo patrón: el fuego se propagó desde una chimenea al tejado y desde aquí corrió por el interior, afectó a viviendas bajo cubierta y las techumbres eran de madera, formando una lámina continua, que lo hizo progresar rápidamente por toda la superficie. Además, en los tres casos el fuerte viento complicó la extinción.

Grandes llamaradas

En este tipo de incendio, la tipología constructiva de los inmuebles y la falta de mantenimiento de las chimeneas actúan como factores agravantes, según ese experto. "Los tejados no están sectorizados con materiales aislantes y son una lámina continua de material combustible". Bajo la pizarra, hay madera y capas impermeabilizantes para evitar la entrada de agua y la condensación que suelen ser de tela asfáltica. "Son muy combustibles y generan las grandes llamaradas que hemos visto estos días en las imágenes de esos incendios". Si a esto se une el mal estado de las chimeneas, donde quedan residuos sin quemar, como el hollín, el cóctel está servido. De hecho, en estas semanas ha habido otros incendios de chimeneas en las comarcas del Sobrarbe y el Alto Gállego, que no se han propagado a la techumbre.

Las salidas de las chimeneas situadas en la cubierta son comunes en los bloques y, sin material cerámico o ladrillos alrededor, resulta fácil la propagación. Esto explica que ardan las viviendas bajo cubierta, independientemente de que la chimenea encendida sea la de esos apartamentos o los situados cuatro plantas más abajo. "Todas salen por el mismo conducto y tienen el mismo entronque con la cubierta", aclara el Speis.

Por todo ello, los bomberos insisten en la importancia de la prevención y hacen un llamamiento a las comunidades de propietarios para revisar las cubiertas, si es necesario tomar medidas, "aunque cueste dinero", y hacer un adecuado mantenimiento de las chimeneas. "Es mejor que afrontar las consecuencias de un incendio devastador. Se dice que los incendios forestales se apagan en invierno, y en este caso también", indican desde el Speis.

Otro patrón común ha sido la dificultad de la extinción, al ser fuegos en altura "que no se apagan entrando por la escalera con una manguera". Hubo que afrontarlos desde arriba, con autoescalas, ante el riesgo de colapso de las cubiertas. En los tres casos, la ubicación permitió el acceso de las mismas evitando consecuencias más graves. En Jaca se emplearon tres, que frenaron la propagación a los edificios vecinos y daños irreversibles en la estructura del inmueble catalogado. Pero, como reconocen los bomberos, puede haber otros fuegos en cascos urbanos donde no quepa la autoescala y desde la calle resulte muy difícil frenarlos.

El Speis incorpora 30 bomberos más

Precisamente el servicio de bomberos creado por la Diputación de Huesca incorpora desde este lunes a otros 30 profesionales. Con este personal interino de la bolsa de empleo creada en las oposiciones, el Speis pasará a contar con una plantilla total de 144. El 1 de marzo los funcionarios en prácticas empezarán su formación en la Academia de Zaragoza, que se prolongará hasta el mes de mayo con un curso de cuatro módulos. Los nuevos entrarán en los turnos para facilitar esta formación, pero ya quedarán integrados en el servicio, cumpliendo así con el calendario establecido a finales de año por la institución provincial. 

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