Huesca

Los bares de pueblo también quieren abrir

Hosteleros del medio rural, como Patricia Da Silva, que regenta el único local de Sodeto, piden una modulación de aforos en el interior similar a los polígonos y las estaciones de servicio. Los alcaldes respaldan la demanda.

Patricia Da Silva sirviendo comidas en la terraza del bar de Sodeto, el único que hay en el pueblo.
Rafael Gobantes

Patricia Da Silva regenta el único bar de Sodeto, en la comarca de Monegros, del que se hizo cargo hace un mes. Cada día sirve a entre 5 y 7 trabajadores del sector de la construcción, albañiles, electricistas o fontaneros, que acuden a almorzar y comer porque están lejos de sus localidades. Lamenta no poder atenderlos en el interior. De momento hace buen tiempo y ha montado las mesas en la calle, pero se pregunta qué hará cuando llegue el frío. "En el pueblo somos pocos, este es el único bar y nunca se llena. Si cierro tendrían que volver a sus casas para comer o tirar de bocadillo. Yo me he arriesgado, en plena pandemia, a coger este negocio. Tengo dos hijos y casi no me llega, y si quiero seguir adelante me vería obligada a alquilar una carpa para el invierno, porque no les voy a dar de comer en la calle con el frío», explica angustiada.

Ella y otros hosteleros del Aragón rural, con apoyo de sus ayuntamientos, piden al Gobierno de Aragón que establezca una excepcionalidad como la vigente para los bares y restaurantes de polígono industriales y gasolineras, teniendo en cuenta que en los pueblos no se cuenta con estos servicios. El asunto llegará al pleno de la Diputación de Huesca, porque el grupo del PAR ha recogido la inquietud y ha trasladado una moción solicitando la modulación de aforos para la hostelería del medio rural, de forma que se establezca una excepcionalidad en estos municipios con aforos para consumo en interior. En función de la situación epidemiológica concreta de cada municipio, dicho aforo se acotará con un mínimo del 25%, propone, "y el máximo que establezcan las autoridades sanitarias competentes".

"En la comarca de Monegros tenemos zonas industriales en muy pocos municipios y con bar, solo la de Sariñena», comenta la concejala de este municipio, Lorena Canales, que ha recogido las reivindicaciones de otros representantes locales para trasladarlas al Gobierno de Aragón y a la Federación Aragonesa de Municipios y Provincias (FAMP) pidiendo una flexibilización en las restricciones a la hostelería, ya que no disponen de establecimientos cercanos a gasolineras o polígonos que sí pueden atender a los clientes en el interior con aforos del 50%, de acuerdo con una orden publicada el pasado martes.

«En Castejón de Monegros, por ejemplo, hay empleados de la construcción a diario porque se están haciendo granjas, y ¿dónde van? Que reduzcan los aforos y pongan condiciones, pero alguien tiene que poder dar de comer a la gente», declara Canales. Deja aparte que los bares en los pueblos cumplen una función social, "porque ahora cuanta menos vida social, mejor".

Muchos de estos establecimiento rurales se explotan a través de concesiones municipales. Es el caso de Sodeto, con un local de 200 metros cuadrados, donde es difícil que se reúnan más de cuatro o cinco personas. Además, "se trata de un servicio público", comenta José Manuel Penella, alcalde de Alberuela de Tubo, municipio al que pertenece. 

En la misma tesitura está el pueblo cercano de Huerto. "Entiendo todas las medidas, pero si se puede abrir en polígonos, por qué aquí no, cuando no tenemos otro bar y hay agricultores que vienen a trabajar sus campos que tienen que comer en la calle", comenta su alcalde, Joaquín Biela. "Que más querría el del bar que poder llenar ni la mitad, porque como mucho vienen 8 o 10", añade, para un local de 80 metros.

El Gobierno de Aragón reconoce que ha recibido peticiones en este sentido. Fuentes del Ejecutivo entienden que cuando llegue el invierno será difícil atender a la gente fuera, y estudian la solicitud, pero “habrá que esperar a que la evolución sanitaria sea más positiva”. La reclamación ha llegado sobre todo de pequeños municipios donde ni siquiera se puede recurrir al bar del polígono, porque no lo hay.

El 27 de octubre, el Gobierno publicó una orden flexibilizando parcialmente las medidas limitativas aplicables a los establecimientos de hostelería y restauración en el nivel de alerta 3. Lo hacía atendiendo a locales "que no están destinados tanto al ocio de la población como al normal desarrollo de la actividad laboral y profesional". Por ello se abrió la mano en estaciones o áreas de servicio, para el uso exclusivo por parte de los transportistas, y en los polígonos industriales, para los trabajadores y demás personas vinculadas a las empresas ubicadas en los mismos, con un  aforo máximo para consumo en el interior del 50%.

Un salvavidas para el medio rural

El portavoz del PAR en la Diputación de Huesca, Joaquín Guerrero, recuerda que durante el primer confinamiento, "tanto los multiservicios como los bares del pueblo se convirtieron en servicios esenciales para los habitantes de esas localidades y fueron un salvavidas económico para las familias que los gestionan". En ocasiones familias con hijos que han posibilitado mantener abierta la escuela, por lo que se ve afectado directamente al asentamiento de nuevos vecinos. 

“Si no se permite abrir los establecimientos en el interior, sino solamente en terraza, en otoño y fuera de temporada turística, quienes gestionan estos bares de pueblo pueden verse forzados a abandonar el municipio y emigrar a otras localidades de mayor tamaño donde encontrar un puesto de trabajo o medio de vida, todo ello en detrimento del municipio, que perderá el servicio esencial y perderá población”, indica la iniciativa del PAR.