Las sedes del Mundial 2030 tendrán que rendir cuentas de sus gastos ante la FIFA

El organismo internacional exige a las ciudades anfitrionas un presupuesto anual para controlar los costes vinculados a la organización del evento.

Recreación del proyecto de IDOM para la nueva Romareda.
Recreación del proyecto de IDOM para la nueva Romareda.
IDOM

La FIFA mantendrá un estricto control de la preparación del Mundial de fútbol 2030 desde el minuto uno. Tal y como recoge el contrato de compromisos que las candidatas a ser sede de la competición tienen que firmar antes del viernes, el organismo internacional exige a las ciudades seleccionadas un presupuesto anual sobre los costes derivados de la organización del evento, así como información detalla sobre cualquier ingreso o subvención que reciba vinculada al proyecto.

Es solo uno del extenso listado de requisitos que la FIFA exige a las ciudades que, como Zaragoza, aspiran a ser sede del Mundial. La capital aragonesa trabaja estos en días en analizar el contrato que les ha trasladado el organismo internacional, que implica importantes obligaciones, pero que en su caso no suponen una barrera insalvable, por lo que la candidatura firmará los compromisos en plazo, según adelantó este periódico y confirmó el viernes la alcaldesa, Natalia Chueca.

No parece que vaya a ocurrir lo mismo con una de las rivales directas de Zaragoza. El Ayuntamiento de Gijón ha paralizado su candidatura al estimar en 50 millones de euros el coste para las arcas municipales, y someterá su continuidad al pleno por los riesgos que aprecian. “Superan con creces nuestras posibilidades”, advirtió esta semana el concejal de Urbanismo de la ciudad asturiana, Jesús Martínez.

Para evitar este tipo de descalabros económicos en el proyecto, la FIFA quiere fiscalizar en todo momento las cuentas de las sedes elegidas para albergar partidos del Mundial. De esta forma, el organismo que preside Gianni Infantino exige a las ciudades “un presupuesto anual para cada año natural de los costes y gastos” que los anfitriones “incurran o prevean incurrir” en relación a la organización del evento.

De igual modo, las sedes del Mundial deberán “facilitar detalles de cualquier subvención, financiación, contribución u otros ingresos que prevean razonablemente recibir en relación con la competición”. La FIFA, además, deberá estar “plenamente informada del cumplimiento de las responsabilidades de la ciudad anfitriona”.

Como se aprecia en estos y otros apartados del extenso dosier trasladado a las candidatas, la FIFA quiere mantener un estricto control del proyecto, que alcanza a todos los niveles: plazos de construcción de infraestructuras, concesión de licencias, normativa municipal, contratos de publicidad y explotación, e incluso el horario “nocturno” de apertura de los bares y comercios y del transporte público de la zona del estadio, independientemente del calendario laboral de la ciudad.

El compromiso debe ser total con el proyecto, hasta el punto de que el Ayuntamiento se compromete a “dedicar más recursos a la promoción” del Mundial durante los meses anteriores a su celebración que a “cualquier otro gran acontecimiento deportivo” que se celebre en la ciudad.

De hecho, la FIFA será la que finalmente decida cuáles son las sedes anfitrionas -también su número-, una elección que puede no coincidir con la planteada por la Federación Española de Fútbol. Es más, podría incluso apostar por alguna de las que no se han postulado. Al menos, así lo refleja el contrato en una de sus cláusulas, aunque en este caso el organismo internacional suele ir de la mano con los nacionales y hay poco margen para la sorpresa.

Reunión de la candidatura de Zaragoza con la RFEF

Entre el resto de requisitos destacan la instalación de dos emplazamientos exteriores para que las aficiones se concentren en las horas previas a los partidos con capacidad para 15.000 personas cada una (el parque Grande albergaría una de ellas), así como la obligación de facilitar la concesión de todo tipo de licencias, e incluso adaptar su normativa municipal a las necesidades del evento de forma ágil.

De igual modo, Zaragoza se comprometerá a garantizar el dispositivo de seguridad y escolta de los organizadores, equipos, árbitros y demás delegaciones que formen parte del Mundial. E incluso se subraya que será necesario ocultar las obras que estén en marcha cerca del estadio y otro tipo de medidas para embellecer la ciudad. La FIFA también se reserva el derecho a elegir un nombre temporal -comercial o no- para el campo durante la competición. En este apartado, una de las cláusulas más llamativas es la obligación de contratar un seguro de responsabilidad civil sobre la nueva Romareda con una cobertura de 100 millones de dólares (unos 92,7 millones de euros).

Desde el Ayuntamiento de Zaragoza señalan que todos estos requisitos forman parte del compromiso “habitual” que se reclama a las sedes de cualquier evento de gran magnitud y que, aunque supondrá un elevado coste económico aún por cuantificar, se compensará con creces con el impacto para la ciudad, cifrado en 355 millones de euros.

De hecho, y una vez encarrilada la construcción de un nuevo estadio tras garantizar la financiación y lograr el consenso político, Zaragoza es una de las favoritas para pasar la criba final, que dejará en diez sedes el listado de quince aspirantes.

Para analizar todos los requisitos y terminar de perfilar la candidatura, una delegación de la Federación Española de Fútbol visitará la ciudad este lunes. En la reunión participará el Ayuntamiento, el Gobierno de Aragón y el Real Zaragoza.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión