"La jota es mucho más que música, baile o canto: la jota es solidaridad"
La asociación Jotéate recibe el premio Cachirulo Ilustre cuando está a punto de cumplir diez años organizando actividades solidarias y originales 'flashmobs'.
"Los primeros años no pensamos en crear una asociación, nos centramos en la necesidad de ir sacando adelante las actividades que se nos ocurrían e intentar recaudar el mayor número de fondos para las entidades con las que colaborábamos", cuenta Sara Caballero, una de las ‘alma mater’ de la asociación Jotéate, que en 2024 cumplirá diez años divulgando la jota aragonesa. Junto a sus compañeros Soraya Sánchez y Ángel Sánchez, y después del éxito de algunas de sus convocatorias como los ‘flashmobs’ en la plaza del Pilar, pero también en Huesca y Teruel, entendieron que "era mejor estar organizados en una asociación, así que a finales de 2019 nació Jotéate".
La entidad acaba de ser reconocida con el Premio Cachirulo Ilustre 2023, que otorga la asociación cultural El Cachirulo Amigos de la Jota por "la difusión y defensa de los valores aragoneses". “Nuestro premio es el que distingue a un colectivo, también hay un galardón individual que ha recaído en la cantadora histórica Teresa Pardos, que es voluntaria de nuestro torneo jotero y contamos con ella en el jurado de canto", explican.
Jotéate ha sorprendido siempre por sus refrescantes actividades, por su afán de honrar la jota y, también, por ir sembrando semillas, esto es, por trabajar con la chavalería y tratar de meterles el gusanillo del folclore. ¿Ha habido niños que después se convirtieran en joteros mozos?
"Nuestro primer acto fue una gala solidaria de Campeones. La organizamos junto a Óscar Catalén y en ella no contamos con niños, pero sí con adultos de gran renombre y gran trayectoria. La verdad que desde que se celebró el primer torneo en el año 2017 hemos visto crecer a muchos niños", explican. En aquella primera gala recaudaron 600 euros y vieron que era mucho trabajo para tan poca recompensa, así que decidieron dar una vuelta de tuerca al ingenio con las actuaciones en la calle y el torneo jotero tan secundado por los pequeños. "Hemos seguido la pista de bailadores y bailadoras y cantadores y cantadoras que comenzaron en las categorías infantiles y se han hecho adultos, y es muy bonito ver cómo no cesan en su empeño de seguir trabajando y mejorando: ningún año faltan a la cita".
Savia nueva (e hijos)
Para los no iniciados los sorpresivos ‘flahsmobs’ joteros son lo más llamativo y ahí también se ve mucha savia nueva y relevo generacional: empezaron unas 60 parejas y, poco a poco, fue creciendo con la implicación en 2022 de ni más ni menos que 1.300 joteros. "Hemos visto parejas que comenzaron bailando ellos y, ahora, acuden ya con sus hijos a participar. Nosotros mismos -y esto es de las cosas más bonitas que creo hemos vivido- hemos bailado con nuestros hijos al lado o en brazos", comenta Caballero, que trata de hacer ver a los nuevos talentos que "la jota es mucho más que una música, un baile o un canto; al final creemos firmemente que la jota es solidaridad".
En el apartado social y solidario, Jotéate habla con conocimiento de causa porque desde el primer día sus espectáculos se llevan a cabo a beneficio de alguna asociación. "No es que sea una parte importante, es que es la única parte: es lo que nos mueve a trabajar y hacer cosas que a priori parecen una locura", explican. "Poder utilizar la jota, que al final es nuestra pasión, para ayudar a los demás y concienciar de realidades tan duras como el cáncer infantil o dar a conocer la labor de pequeñas asociaciones contra enfermedades, sin excesivo apoyo institucional, es nuestro objetivo".
Los integrantes de Jotéate celebran que la jota aspire a ser patrimonio cultural inmaterial de la Unesco y consideran que toda actividad divulgadora ha de servir "para que el mundo vea que la jota está viva, que se sigue defendiendo y manteniendo desde los más pequeños a los más mayores, que goza de buena salud". Estas semanas, sin ir más lejos, son dos aragoneses (Juanjo y Naiara) los que desde la pequeña pantalla, con una nueva edición de ‘Operación triunfo’, están sacando pecha de la música de su tierra.
"Vemos el programa y sus intervenciones como cualquier amante de la jota, con orgullo y emoción. La labor que están haciendo de llevar la jota por bandera sin prejuicios ni tabúes desde un programa nacional a cada casa es genial. Bueno, y a cada dispositivo móvil, porque no olvidemos que ya van varias jotas que han hecho virales y eso llega a un público joven que puede estar más desafectado del folclore", apunta Caballero. "Eso es muy positivo no sólo para atraerlos, sino para educarlos en el consumo de jota en su día a día como si de otra arte escénica se tratara", añade.
Soraya, Ángel y Sara tienen ya un reto en el horizonte como es preparar el ‘flashmob’ del próximo 15 de febrero, que en 2024 protagonizará la jota de Alcañiz. Se bailará en Zaragoza, Huesca y Teruel, y tratará de dar visibilidad al día del niño con cáncer de la mano de Aspanoa. Se utilizará un audio de José Luis Urbén Gracia, de su disco de jotas de baile, y cada participante puede adaptar la danza a su nivel y hacerla con saltos o sin ellos.
"También estamos desarrollando un nuevo proyecto solidario que en cuanto tengamos cerrado, con mucho gusto os contaremos", concluyen, no sin antes recordar que la jota puede ser un modo de transformación de la sociedad porque "con algo que amamos podemos ayudar a terceros".
