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ciencia

Una investigación aragonesa busca simular en el laboratorio el proceso de metástasis del cáncer de mama

Es un proyecto del grupo TMELab de la Universidad de Zaragoza y del Instituto de Investigación Sanitaria (IISAragón)´.

La investigadora Vira Sharko, estudiante de doctorado en el grupo TME, en el laboratorio.
La investigadora Vira Sharko, estudiante de doctorado en el grupo TME, en el laboratorio.
Toni Galán

Un grupo del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón (IIS Aragón) tiene en marcha un trabajo en el que trata de simular en el laboratorio el proceso de metástasis, el proceso responsable de la mayoría de las muertes relacionadas con el cáncer de mama.

El grupo TME del IIS Aragón y del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) de la Universidad de Zaragoza tiene en marcha un trabajo sobre el cáncer de mama junto con el doctor Antonio Antón Torres, jefe de servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza. «Queremos entender cómo funcionan las células que salen de la masa tumoral para generar la metástasis. Sabemos que aunque sean en origen iguales, se comportan de manera diferente», explica Iñaki Ochoa, responsable del grupo TME.

De esta manera, están intentando «replicar en el laboratorio ese proceso de salida de la masa tumoral hacia el exterior, hacia los vasos sanguíneos o linfáticos, para ver cuáles son las diferencias de comportamiento de las células del tumor primario y de las metastásicas». 

Un proceso en el laboratorio que se realiza en unos «chips microfluídicos» también conocidos como órganos en chips (organs-on-chips), dispositivos fabricados a escalas micrométricas que tienen como función principal lograr simular algunas de las funciones de un órgano vivo en una estructura tridimensional con el fin de recrear el entorno de las enfermedades en el laboratorio y poder reducir la experimentación animal.

En este grupo no solo usan estas estrategias para simular las enfermedades, también emplean herramientas de simulación computacional, inteligencia artificial y sistemas de análisis de imagen médica para tratar de ofrecer soluciones personalizadas a los pacientes. Sus líneas de investigación se centran en la aplicación de estas tecnologías para resolver problemas clínicos relacionados con el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la reproducción o con la piel.

«Permite replicar el entorno del tumor», aclara. Este modelo se hace en colaboración con una empresa aragonesa (BEOnChip), que surgió del grupo de investigación y hoy cuenta con una plantilla de nueve trabajadores y tiene proyectos a nivel internacional. «Recientemente, y en estrecha colaboración con el Biobanco de Aragón, hemos conseguido replicar estos modelos con células de pacientes, acercándonos un poco más hacia el objetivo de poder ir hacia una medicina más personalizada», relata.

Este tipo de avances ayuda a reducir las pruebas en animales, como se hacía antes; y es un paso más al usar la tecnología tridimensional. «Antes –explica Iñaki Ochoa– lo hacíamos en placas 2D, como si fuera en platos planos, que proporcionaba respuestas muy básicas y no siempre parecidas a lo que ocurre en los pacientes. Estudiar las enfermedades con esta tecnología era, por ejemplo, como poner a un esquimal en el desierto. Lo sacas de su contexto habitual y lo pones en un sitio completamente diferente, inhóspito. Obviamente no se va a comportar igual. Se muere o se adapta al nuevo contexto, y eso es lo que nos pasa a nosotros en el laboratorio con esas células». El responsable del grupo TME continúa con el ejemplo: «Nosotros lo que estamos haciendo es engañar a las células, haciéndoles pensar que siguen estando en el iglú».

El trabajo del grupo en tecnología Organ-on-Chip comenzó en 2010. Es una línea de investigación, relata, pionera a nivel nacional y europeo. En la metástasis, explica, «las células tumorales salen de su localización principal y se van a otros tejidos». «En este proceso de invasión no sabemos si las células que migran son igual de sensibles a los tratamientos que se dan actualmente en clínica que las células que se quedan en la masa tumoral. Nosotros creemos que no», reconoce: «Que las células que están escapando, las metastásicas, tienen una respuesta a estos tratamientos diferente. Y eso es lo que estamos tratando de demostrar en el laboratorio».

La idea desde este grupo de investigación es tratar de encontrar nuevas dianas terapéuticas, «nuevos puntos débiles de esas células para poder atacarlas». El 6% de los nuevos diagnósticos de cáncer de mama son metastásicos: «Y ahí está el gran reto, porque es donde tenemos la gran mayoría de las muertes asociadas a este tumor».

El laboratorio de microentorno tisular o Tissue MicroEnvironment (TME) Lab es uno de los 15 grupos del programa de Tecnologías e Innovación Aplicadas a Salud del Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón).

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