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Personas sin hogar en plena ola de calor: "Paso el día fresco en el Albergue y por la noche duermo en el parque"

El Albergue de Zaragoza proporciona 250 botellas de agua fría para evitar la deshidratación.

José Ignacio Hernández -de 51 años- en la sala de televisión y lectura del Albergue de Zaragoza.
José Ignacio Hernández -de 51 años- en la sala de televisión y lectura del Albergue de Zaragoza.
Toni Galán

El reloj de Julio Carmelo Borrajo marca las 20.30. Es momento de salir del Albergue Municipal de Zaragoza, donde se refugia del calor -cuentan con varias salas con sistema de aire acondicionado y ventilación y en el patio no faltan sombras-. En ese instante se dirige al parque Bruil, lugar donde suele pasar las noches al ras de suelo. Tiene 68 años y aunque trabajó como guardia de seguridad, ahora percibe una pensión no contributiva de jubilación que es "muy bajita".

"Cuando me levanto voy primero a la biblioteca porque me gusta mucho leer y después acudo al Albergue a desayunar. Aquí estamos con aire y ventiladores, algo que se agradece con el calor que hace ahora mismo. Además de hablar con la gente que está aquí, también jugamos a cartas, normalmente, al rabino francés. En definitiva, paso el día fresco en el Albergue y por la noche duermo en el parque", relata Julio. 

No solo el día sino también la noche permanece José Ignacio Hernández -de 51 años- en el Albergue de Zaragoza. Podrá dormir allí hasta el próximo domingo, cuando se cumplen los 12 días fijados para él. Ahora, ha conseguido la ayuda de emergencia habitacional y el Ayuntamiento le ayudará a pagar el alquiler de una habitación durante los próximos tres meses. 

"Lógicamente, estaría mejor en mi casa, pero no puede ser. Aquí son muy razonables y me están ayudando con los trámites. Llevo 18 meses sin cobrar el Ingreso Mínimo Vital", lamenta José Ignacio, que sufrió un accidente laboral hace tres años -un pilón de 500 kilos le aplastó la rodilla- y ahora está esperando el papel que le certifica la discapacidad para poder buscar empleo. "Yo no me niego a trabajar, pero necesito el documento porque yo no puedo hacer de todo", subraya. 

José Ignacio Hernández: "Llevo mucho peor el calor que el frío, pero cada persona es un mundo. Hay quienes dicen todo lo contrario. En todo caso estoy muy agradecido de poder estar aquí, sin tener que sufrir estos días en la calle"
Julio Carmelo Borrajo, de 68 años, posa en el interior del Albergue de Zaragoza.
Julio Carmelo Borrajo, de 68 años, posa en el interior del Albergue de Zaragoza.
Toni Galán

En cuanto a la ola de calor, que deja temperaturas por encima de los 40 grados en la capital aragonesa, José Ignacio reconoce que están siendo días complicados. "Llevo mucho peor el calor que el frío, pero cada persona es un mundo. Hay quienes dicen todo lo contrario. En todo caso estoy muy agradecido de poder estar aquí, sin tener que sufrir estos días en la calle", explica. 

El Albergue de Zaragoza, considerado un refugios climáticos, ha recibido esta última semana de altas temperaturas el doble de personas de lo habitual. Este centro municipal cuenta con 77 plazas para dormir y todos los días llegan en torno a 150 usuarios a desayunar y a pasar el día. "Está abierto a todo el mundo durante el día. Hay quienes nos piden cama y a veces no tenemos. Lo que hacemos es derivar al Refugio", explica Flor León, una de las trabajadoras sociales. A pesar de que el número de usuarios que recurren a este centro en verano crece, el invierno es la estación del año que más afluencia registran. "Duplicamos el número de camas", especifica.

En cuanto a medidas especiales por ola de calor, el Albergue ha abierto los barracones -en invierno están habilitados con camas- que cuentan con aire acondicionado para que los usuarios puedan permanecer a una temperatura agradable. Además, facilitan botellas de agua fría a quién lo necesita. "Damos unas 250 al día", especifica. A eso se suma que los usuarios que duermen en el Albergue, tienen la posibilidad de estar en la habitación hasta las 19.00 mientras que la hora habitual (sin temperaturas extremas) son las 17.00.

Una usuaria del Albergue de Zaragozacoge una botella de agua fría.
Una usuaria del Albergue de Zaragozacoge una botella de agua fría.
Toni Galán

También cuentan con una sala con ventiladores, otra -la de televisión y lectura- con aire acondicionado y el comedor también posee instalación para combatir el calor. "La comida la adaptamos a las altas temperaturas con menús más frescos y ligeros. También riegan el patio dos veces al día para que esté más fresco", dice. Por si algún usuario sufre un golpe de calor u otros efectos derivados de las altas temperaturas, el Albergue dispone de un médico para atender a los usuarios.

"La comida la adaptamos a las altas temperaturas con menús más frescos y ligeros"

En el Refugio, también permiten que los usuarios pasen el día en las instalaciones para resguardarse en las jornadas de calor extremo. "Ahora mismo no nos quedan camas, estamos al 100%, pero todos los días vienen seis personas a pasa las horas centrales del día. Les damos de comer y están en un sitio refrigerado", apostilla Ernesto Millán, gerente de la Hermandad del Refugio.

En Huesca, donde prevén picos de hasta 39 grados, han puesto en marcha algunas medidas especiales como llevar ventiladores de refuerzo al albergue municipal para personas sin hogar.

Una de las salas del Albergue de Zaragoza con ventiladores.
Una de las salas del Albergue de Zaragoza con ventiladores.
Toni Galán

Ola de calor en Zaragoza

Ante la previsión meteorológica, el Ayuntamiento de Zaragoza ha decidido prorrogar la alerta por ola de calor en la ciudad y mantener el Plan de Emergencia Municipal activo hasta el viernes. Los precios de las piscinas continuarán con la reducción de precio estos días, así como la vigilancia en parques y otros espacios abiertos.

Además del Albergue municipal, también funcionan como islas climáticas los 31 centros de Convivencia para Mayores, que cuentan con espacios climatizados, cafetería, oferta de actividades, espacios de esparcimiento e incluso comedor. Por otra parte, los voluntarios de Protección Civil vigilan los espacios abiertos y las zonas verdes para atender incidencias y recordar a los vecinos la importancia de los cuidados personales y medidas de precaución. 

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