aragón

La valiosa colección ferroviaria de José Luis Domínguez: "Los billetes de Auschwitz me trasladan a esos vagones de madera"

Este jefe de maquinistas de Renfe, residente en Utebo desde 2012, cuenta con una colección de piezas originales del ferrocarril, entre ellas más de 10.000 billetes de más de 60 compañías.

José Luis Domínguez con un libro sobre la historia de la primera compañía de ferrocarril pública de viajeros del mundo, en la estación de Delicias de Zaragoza
José Luis Domínguez con un libro sobre la historia de la primera compañía de ferrocarril pública de viajeros del mundo, en la estación de Delicias de Zaragoza
Ruben Losada

Confiesa José Luis Domínguez, jefe de maquinistas de Renfe afincado en Zaragoza desde 2012, que siempre tuvo especial interés por la historia y las cosas antiguas. Aún recuerda que con solo 9 años salvó de la quema unos periódicos de la Guerra Civil española con los que pretendían calentarse frente al frío un grupo de personas en unas naves de Plasencia (en Extremadura), donde entonces vivía con su familia. Ese fue el germen de un coleccionismo que le ha llevado incluso a tener que coger un trastero donde guardar las cosas que ya no caben en su vivienda de Utebo. "Tengo un museo repartido por toda la casa", afirma.

Aparte de periódicos, colecciona monedas, sellos, billetes (monetarios), manuscritos antiguos y botellas singulares y primeras ediciones. Tiene en su poder la primera Fanta de España o una de las primeras Coca-Colas, importada de Estados Unidos en 1926. Y, desde 2010, se ha especializado en piezas originales de época del ferrocarril; una valiosa colección que incluye acciones, billetes de tren y tranvía, grabados, fotografías, medallas, planos de estaciones y edificios, manuales y reglamentos. Todo lo tiene archivado digitalmente, escaneado y registrado. Por ejemplo, posee más de 10.000 billetes de ferrocarril en álbumes de más de 60 compañías.

"Siempre he dicho que me hice ferroviario cuando residí en Extremadura, aunque entonces no lo sabía. Recuerdo ir con algún amigo a pueblos por las vías abandonadas del tren; bien andando o en bici. La línea Plasencia-Astorga, de la compañía del Oeste, ya había cerrado. Me llamaba la atención las estaciones antiguas; para mí, era muy atractivo", rememora. Esos recuerdos de la infancia afloraron más tarde, cuando trabaja de informático en una compañía de aire acondicionado en Madrid. Delante de su oficina estaba la vía del tren de la estación Ramón y Cajal y cada día veía pasar convoyes cada dos minutos. Fue ahí cuando decidió dar un rumbo profesional: hizo el curso de maquinista en 2009 y ya en 2011 empezó a trabajar en Renfe. "Sin ese contacto bucólico con el ferrocarril, hubiera sido distinto", señala.

Un mero vistazo a algunas de las piezas que ha ido adquiriendo a lo largo de los años es una inmersión en la historia del tren en España y también a lo acontecido fuera de nuestras fronteras. Tiene billetes del primer ferrocarril público de viajeros del mundo: el Stockton & Darlington (compañía asentada en el noreste de Inglaterra, activa desde 1825 hasta 1863). O tres billetes con destino a campos de concentración y exterminio (de la Alemania nazi) de Auschwitz (en Polonia), de finales de 1944 antes de que fuera liberado. "Fueron los últimos movimientos que hicieron con los judíos en trenes. Son de coleccionistas polacos; uno de ellos estoy seguro de que es de un judío porque son 385 kilómetros y va particularmente a Auschwitz. Los otros dos podrían ser de oficiales de las SS, que se trasladaban de campo a campo de concentración", explica. Y añade: "Tienen un olor particular. Cada vez que los toco me trasladan a esos vagones de madera en los que viajaban los judíos, que iban engañados".

Tres billetes con destino los campos de concentración y exterminio de la Alemania nazi en Auschwitz.
Tres billetes con destino los campos de concentración y exterminio de la Alemania nazi en Auschwitz.
J. L. D.

José Luis advierte de que todas las piezas siempre transmiten parte de su historia, bien a través del tacto, el olfato o por el recuerdo de lo que uno conoce. A la hora de coleccionarlas, él se guía por dos factores: el sentimental y el histórico. Posee documentos históricos y piezas únicas o raras, que suponen una inversión económica "importante". "No solo es la compra sino su mantenimiento y restauración", observa.

"Los billetes de los campos de concentración de Auschwitz tienen un olor particular. Cada vez que los toco me trasladan a esos vagones de madera en los que viajaban los judíos, que iban engañados"
"Todas las piezas siempre transmiten parte de su historia"
"Hay un mapa de líneas proyectadas y te das cuenta de que si se hubiera llevado a cabo cada provincia hubiera tenido como una telaraña. Todo el mundo quería ferrocarril para su localidad"

Ya ha pasado esa etapa de todo coleccionista de perseguir una pieza codiciada. Ahora prefiere que las cosas vengan por sorpresa, tal y como le ocurrió con uno de sus tesoros: un libro en el que se recogen todos los discursos sobre el ferrocarril de Canfranc de 1882, año en el que se inauguran las obras. "No lo buscaba y de repente apareció. Un anticuario de Pamplona me dijo que tenía algo que igual me interesaba. Es una joya de valor incalculable. Es una edición de lujo y un compendio de los discursos del Congreso y de todas las asambleas que hubo respecto al tren", relata. También se hizo con un grabado, del dibujante Juan Comba, de la ceremonia de la colocación de la primera piedra de las obras, que contó con la presencia del rey Alfonso XII. Y con una medalla, de bronce, que se acuñó aquel día.

También destaca que en 2022, después de años de búsqueda, halló en un anticuario de Madrid el "primer documento administrativo" sobre las bases del ferrocarril del Canfranc; en referencia al ‘Manifiesto de los aragoneses a la nación española' de la Sociedad Económica de Amigos del País, en el que se reivindica una salida ferroviaria desde Aragón a Francia. "Se publicó en 1853. Al final hay un mapa de la primera línea que se dibujó del Canfranc. Lo he restaurado y hay muy pocos".

Mapa de Renfe de la división de la red en zonas, de 1948.
Mapa de Renfe de la división de la red en zonas, de 1948.
J. L. D.

Cuenta además con un mapa provisional de Renfe de la división de la red ferroviaria en siete zonas, de abril de 1948. "Es único y relevante para la  historia de la compañía; cuando hereda toda las líneas. Apareció por sorpresa en un libro. No sabía que era ese mapa hasta que lo empecé a revisar y a analizar", dice. A estos tesoros hay que añadir billetes del ferrocarril de Aragón de la primera época y cuatro de la línea ferroviaria Madrid-Aranjuez de la Casa Real. "Cuando la reina Isabel II viajaba con su familia", informa.

Lo que no tiene aún y le haría ilusión es un billete antiguo (anterior a Renfe) de la estación de Utebo, donde vive. "He buscado debajo de las piedras y no conozco a nadie que tenga uno", se lamenta. Y también uno del Barcelona-Mataró de 1848, la primera línea de ferrocarril en la España peninsular. 

Memoria del Camino de Hierro de Barcelona a Mataró, primer ferrocarril peninsular, de 1848.
Memoria del Camino de Hierro de Barcelona a Mataró, primer ferrocarril peninsular, de 1848.
Rubén Losada

Por otro lado, habla un centenar de proyectos de finales del siglo XIX y principios del XX que no pasaron del papel; como el de Grisén a la frontera francesa por las Cinco Villas. "Muchas veces empezaban a construirse, las inversiones caían y se abandonaban las líneas. Hay un mapa de líneas proyectadas y te das cuenta de que si se hubiera llevado a cabo cada provincia hubiera tenido como una telaraña. Todo el mundo quería ferrocarril para su localidad", asegura.

Asimismo, opina que Aragón es una región que supo adaptarse al tren. "Las principales líneas siguen existiendo, son una evolución de lo que teníamos; y todavía existen elementos vivos del ferrocarril de aquella época", observa. Y defiende que se debe conservar este medio de transporte en su totalidad. "Es público, costó hacerlo, desde el punto de vista social es necesario y muchas veces no nos damos cuenta y dejamos que se deteriore o no invertimos lo suficiente. Alta velocidad aparte, muchas líneas (convencionales) necesitan inversiones de mantenimiento y otras deberían evolucionar más rápidamente", sostiene.

A nivel personal, José Luis afirma seguir aprendiendo mucho cada día no solo acerca de la historia del ferrocarril sino de la situación político y social de aquella época en España, de cómo vivía la gente, del concepto del tiempo.... También reconoce tener mucha suerte en su casa porque se le respeta, valora y apoya. Ahora bien, tiene claro que si el día de mañana no logra transmitir a sus hijos (ahora pequeños) el interés por una colección tan valiosa y vasta, todo irá a un fondo público. "Esto hay que preservarlo", concluye categórico.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión