Luz verde al derecho al olvido oncológico: "No queremos que se nos trate diferente"
Asociaciones aragonesas celebran que los supervivientes de cáncer ya no deban declarar sus antecedentes al suscribir un seguro de vida o contratar una hipoteca.
Los supervivientes de cáncer no tendrán que declarar sus antecedentes a la hora de suscribir un seguro de vida o contratar una hipoteca, siempre que hayan transcurrido cinco años desde el fin del tratamiento y no haya habido una recaída posterior. Así figura en el decreto-ley aprobado esta semana en Consejo de Ministros, que avanza en el derecho al olvido oncológico. Asociaciones aragonesas contra el cáncer aplauden esta medida que, según recuerdan, suponía una discriminación y que llevaban años reivindicando para acabar con las negativas y dificultades al contratar un seguro de salud, de vida o servicios financieros. Lo que llevaba a muchos a mentir y ocultar su enfermedad.
Para Gabriel Tirado, presidente de Aspanoa, la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Aragón, la valoración "es satisfactoria". "Estamos contentos porque por fin se ha resuelto una reivindicación que teníamos desde hace muchísimo tiempo para equipararnos a la mayoría de países europeos en lo que respecta a todas las dificultades o problemas que suponían para los supervivientes de cáncer, en nuestro caso infantil, contratar hipotecas y seguros". Estos obstáculos, asegura, hacían que en muchos casos tuvieran "que mentir y decir que no habían superado un cáncer siendo niños para poder optar a las mismas condiciones que se ofrecen a cualquier otra persona". "No queremos que haya diferencias de trato", resume Tirado.
Tanto es así que la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer, a través de sus asociaciones, ha pasado una encuesta a los supervivientes de cáncer pediátrico (personas que tuvieron un cáncer entre los 0 y los 17 años) donde se observa que "el 59% tiene algún seguro contratado, pero de estos casi un 29% han omitido su pasado de cáncer". Cabe destacar que, entre los seguros de vida y salud que tienen contratados, la mayor parte de ellos los habían suscrito sus padres antes del diagnóstico.
Del 41% restante que no tienen ningún tipo de seguro "la razón principal en la mayoría de los casos es por la negativa al intentar contratarlos". Y eso a pesar de que "están completamente curados": "Lo que queremos es estar en las mismas condiciones que el resto". Sigue habiendo, eso sí, retos pendientes en cuanto al acceso al mercado laboral o desde el punto de vista educativo, resume.
También Patxi García, director en Aragón de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), valora positivamente este anuncio, que "supone un gran paso para la protección social de los pacientes de cáncer, que ahora contarán con un marco normativo que evite que se sientan obligados a informar sobre su historial de cáncer al solicitar un seguro, para contratar un producto o servicios financieros y de esta manera puedan acceder con mejores condiciones a ellos".
Se trata, asegura, de "un paso necesario para minimizar el impacto social y económico que el cáncer causa en las personas y en sus familias. Y tenemos que seguir trabajando para igualar derechos y reducir cualquier tipo de discriminación a la que se enfrentan las personas que han pasado un cáncer en cualquier momento de su vida".
Héctor Carbó: "Me extirparon un riñón con 3 días de vida y ya no pude optar a mi sueño de ser bombero"
Héctor Carbó, zaragozano de 36 años, vinculado a Aspanoa, vive y trabaja en Madrid. Allí desarrolla su pasión por el deporte como entrenador profesional de fútbol sala en categorías escolares y forma parte del cuerpo técnico de un equipo profesional de Fútbol 11 de 2ª RFEF. Encaminó su vida hacia esta profesión al comprobar que su antecedente de cáncer infantil suponía un obstáculo para poder ser bombero, el oficio al que soñaba con dedicarse desde niño.
"Cuando nací vieron que tenía un tumor de Wilms en el riñón derecho y decidieron extirpar el órgano entero para que no hubiera complicaciones más adelante y así el cuerpo fuera adaptándose a tener un solo riñón desde el inicio", recuerda. Cuando se sometió a la operación tenía 3 días de vida. Durante su infancia se sometió a múltiples pruebas y revisiones hasta que al cumplir los 16 años recibió el alta médica definitiva. Desde entonces va controlando cada dos o tres años que todo vaya bien. "A partir de entonces podía hacer ya una vida completamente normal", cuenta desde Madrid.
El derecho al olvido oncológico ha destapado casos de discriminación para los supervivientes de cáncer en cuanto al acceso a servicios financieros. Pero se evidencia también en otros aspectos laborales. "Mis pasiones eran ser bombero y el deporte. No pude optar a las oposiciones porque poco a poco fueron incluyendo la falta de un riñón como una exclusión médica que impedía ejercer esta profesión". Mientras estaba opositando en algunas provincias donde esta situación no era todavía un condicionante, sin embargo, se sacó el grado superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas: "Pero como vi que esa exclusión se iba extendiendo decidí cerrar esa puerta y dedicarme a mi otra pasión: el deporte".
Estudió Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y el máster de profesorado. Héctor relata también que en una ocasión intentó cambiarse de seguro médico privado. Sin embargo, en la resolución de la compañía se advertía que no estaría cubierta la sintomatología renal. Algo que le resulta incomprensible, afirma, teniendo en cuenta que tiene el alta médica definitiva desde hace 20 años: "Si precisamente tengo suscrito un seguro médico era, aparte de otros motivos, para poder hacerme revisiones periódicas cada dos o tres años, que en realidad consisten en una ecografía, análisis y poco más".
