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Derecho al olvido oncológico: "Ganas de trabajar es lo que me sobra; lo que quiero es un empleo"

Está previsto que entre en vigor en junio para evitar la discriminación de las personas con cáncer a la hora de contratar seguros privados o hipotecas y avanzar en igualdad de oportunidades.

Amira Sheleby, de 30 años y a la que le fue diagnosticado un cáncer de mama, en silla de ruedas en la plaza Santa Engracia de Zaragoza
Amira Sheleby, de 30 años y a la que le fue diagnosticado un cáncer de mama, en silla de ruedas en la plaza Santa Engracia de Zaragoza
Francisco Jiménez

Patxi García, director en Aragón de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), advierte de que esta enfermedad es mucho más frecuente de lo que pensamos. "Uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrán cáncer a lo largo de la vida ¡Se dice pronto! Pero las estadísticas son así", recuerda.

En 2022 un total de 8.757 nuevos casos se detectaron en la comunidad autónoma, y en toda España se registran más de 290.000. Una cifra que va en aumento año tras año, tal y como recuerda. "Entre otras cosas porque se diagnostica mejor y eso es positivo. Y porque cada vez vivimos más, nuestra esperanza de vida se está alargando, y la población va envejeciendo", informa García, quien resalta que ser paciente oncológico tiene un gran impacto social y económico, además del sanitario y emocional. "Y afecta directamente a la persona con cáncer y a su familia y entorno. Lo deseable es que ese impacto sea lo más corto posible; que no te acompañe toda la vida", opina.

Este junio está previsto que entré en vigor el derecho al olvido oncológico, anunciado recientemente por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para no discriminar a antiguos pacientes. "No van a sufrir discriminación a la hora de poder firmar o una hipoteca o acceder a un préstamo y también a un seguro privado", decía en un acto de partido en Sevilla tras un encuentro con asociaciones de lucha contra el cáncer. Este nuevo derecho beneficiará a todas las personas que hayan finalizado un tratamiento oncológico cinco años antes de la fecha de suscripción del contrato, sin recaída posterior.

Para el director en Aragón de la AECC, supone una mejora para reforzar la protección social de las personas con cáncer e igualarnos a otros países europeos. "Lo valoramos muy positivamente, como no podía ser de otra manera. Poder acceder a una hipoteca en unas condiciones económicas mejores, como el resto de personas. Muchas veces depende de poder hacer un seguro de vida y, hasta la fecha, a veces era inalcanzable porque no se les aseguraba. Eso suponía una discriminación clarísima. Y con esta ley, entiendo yo, la persona tendrá derecho a no decir que ha pasado un cáncer", remarca.

Los pacientes oncológicos se enfrentan también a otros problemas no menos importantes. La AECC destaca la pérdida del trabajo y la "cada vez más complicada" vuelta a la vida laboral. Según su datos, el 21% ha tenido que dejar su empleo por la enfermedad y un 14%, cambiar de ocupación a consecuencia de la misma. Por ello, reclamaba hace unos días que se facilite su reinserción laboral "incentivando fiscalmente a las empresas que faciliten la vuelta al trabajo, permanencia o acceso a un puesto de las personas con cáncer".

El giro en la vida de la joven Amira

La nicaragüense Amira Cristina Sheleby, de 30 años y afincada en Zaragoza desde hace 7 años, nunca había pasado más de una semana sin trabajar desde que reside en España y ahora está recibiendo una ayuda económica de la Asociación Española Contra el Cáncer en Aragón. Su vida cambió a raíz de que le diagnosticaran un tumor de mama, hace casi un año. "El 30 de junio de 2022, coincidiendo con el fin de las clases del Grado Superior de Laboratorio que estudiaba, me dieron la noticia; ese fue el 'premio'", recuerda.

Comenzó entonces un periplo de sesiones de quimio, una operación e ingresos hospitalarios después de que dejara de caminar. "Eso fue peor que la noticia de que tenía cáncer; estás perdiendo toda tu autonomía. Pasé por un proceso de andar con tacataca, muletas y, ahora, en silla de ruedas cuando salgo a la calle. Al tomar más corticoides de los que debía, tengo una osteonecrosis en una cadera. Estoy en lista de espera para que me intervengan. Del tumor de mama, estoy bien gracias a Dios", cuenta.

En este tiempo se ha trasladado a vivir con su tía y sus primos y está en búsqueda de empleo, después de que venciera su contrato temporal (en septiembre) en un supermercado. "El laboral es uno de los primeros niveles que se ve afectado por un cáncer. Intenté no cogerme la baja de inmediato por tener la cabeza ocupada, pero entre médicos, pruebas y consultas al final lo tuve que hacer. Al terminar el contrato, pasé a cobrar un subsidio del SEPE y, desde octubre, la AECC me da una ayuda de alimentación y para el alquiler. Es un respaldo importante", señala Amira, que dice estar en 'stand by' al no poder hacer las dos cosas que le gustan: trabajar y estudiar (por sus problemas de movilidad).

Una Amira sonriente hace el gesto de la victoria.
Una Amira sonriente hace el gesto de la victoria.
Francisco Jiménez

No obstante, confía en encontrar un puesto de trabajo acorde a su situación con el que poder ganarse un sueldo completo. "No tengo ningún tipo de tabú para trabajar; no estoy acostumbrada ni a estar pidiendo ayudas ni reuniendo condiciones para que te las den. Ganas de trabajar es lo que me sobra; lo que quiero es un empleo", remarca esta joven, que valora positivamente el derecho al olvido oncológico. "El que no tengamos que decir que hemos padecido cáncer está bien. Tenemos el estigma (laboral) de que vamos a recaer", opina.

Según apunta Patxi García, la tasa de incidencia del cáncer en Aragón es más alta que en el resto de España. "661 casos por cada 100.000 habitantes cuando en el resto del país es de 612. Esto es reflejo del envejecimiento de la población, entre otras cosas", explica.

"Seis de cada 10 aragoneses que reciben la citación para la detección precoz del cáncer colorrectal no acuden. Eso es algo que nos preocupa" 

El más frecuente es el de colon seguido del de próstata, mama y pulmón. Un diagnóstico temprano es vital para la supervivencia del paciente, de ahí que el director en la Comunidad de la AECC inste a la población aragonesa a no faltar cuando la Sanidad le cite para una prueba de cribado. "El de colon es uno de los más letales porque se diagnostica tarde. La DGA está enviando a los domicilios de todas las personas de entre 50 y 69 años citaciones dentro del programa de detección precoz del cáncer colorrectal. Puesto que lo tenemos, cuando nos llegue la carta debemos acudir a nuestro centro de salud a hacernos el test de sangre oculta en heces", avisa. Y es que, por los datos que tienen, lo hace poca gente. "En torno al 40% de las personas que reciben la citación. Seis de cada 10 no van y eso es algo que nos preocupa. Tenemos que hacer algo", concluye.

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