Niños con poderes, exorcismos o embarazos insospechados... la consulta de un médico rural

El médico Ángel López reúne 34 años de trabajo en el libro 'El paciente de la sierra mecánica y otras historias de humor y esperanza de un médico de pueblo', 

Un médico en una consulta.
Un médico en una consulta.
H. A.

Embarazos insospechados, padres con niños con poderes, pacientes cantaores, exorcismos de madrugada, medicamentos administrados por lugares equivocados... Son algunos de los casos que han pasado por la consulta de Ángel López, aunque sobre todos sobresale uno: salvar la vida de su propia hija.

"Donángel", como le llaman los vecinos de Cañada Real, una localidad sevillana de 3.300 habitantes en la que él mismo reside con su familia, ha reunido 34 años de trabajo en 'El paciente de la sierra mecánica y otras historias de humor y esperanza de un médico de pueblo', un recopilatorio de anécdotas divertidas, agridulces y esperanzadoras y que reivindican el papel de la sanidad rural.

"No solamente nos dedicamos a recetar, también trabajamos en muchas aventuras y tenemos que manejar todos los campos de la medicina", recalca-

En bicicleta y con el maletín que le es característico, así visita a sus pacientes este licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, que fue designado médico ilustre en la modalidad Asistencial de Atención Primaria 2019 por el Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Sevilla.

Como él dice, es médico las 24 horas, pero añade: "A mí no me importa porque les quiero ayudar".

Al final, en la sanidad rural se establece una relación médico-paciente-vecino que exige un compromiso ético diferente, ya que son sus amigos y familiares a los que atiende y debe evitar irregularidades. "En mi lista no tengo números, tengo nombres que conozco", ilustra.

De hecho, en muchas ocasiones se ha lamentado de "no poder haber hecho más" por ellos, tanto que, afirma, después de la familia, él es el que más sufre.

En esta línea, subraya la incertidumbre que sienten los médicos rurales como él: "Estás solo en situaciones de emergencia", reconoce, pero eso no quita a que anime convencido a los jóvenes a que prueben la experiencia de optar por esta modalidad de la medicina.

Más de tres décadas de medicina rural le han hecho ver de todo: verrugas vivientes, embarazos insospechados, pelusas colosales en el ombligo, exorcismos...

Sin embargo, entre todas las anécdotas, hay una que le marcó especialmente: salvar a su hija de una muerte segura por un fuerte golpe en la cabeza, que la tiró al suelo.

Para Ángel, esta experiencia significó "volver a graduarse como médico" y le proporcionó una visión diferente, con calma, de cómo atender las urgencias.

En esa ocasión fue su hija, pero el libro se lo dedica a todos sus pacientes, algunos de los cuales ya han pasado por su consulta para que se lo firme.

Su objetivo con él es claro: "Que la gente vea que tener un médico de cabecera a su lado les alargará mucho sus vidas".

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