De la facultad al hospital: "Tenía claro que quería trabajar de enfermera ya, el verano es una oportunidad"
"El que quiere estabilidad, en la privada tiene dónde elegir", señalan también los jóvenes enfermeros.
Laida Lara San Martín tiene 25 años y es natural de San Sebastián, aunque lleva toda su vida en Zaragoza con su familia. Ha estudiado en la Universidad San Jorge, donde presentó a finales de mayo el Trabajo Fin de Grado. Con el título en la mano se fue directamente al Colegio Oficial de Enfermería de Zaragoza: "Tenía claro que quería empezar a trabajar cuanto antes". De hecho, tal y como relata, "el verano es una oportunidad, porque es cuando más ofertas hay".
Si le dieron el título un viernes, al martes siguiente le llamaron de la bolsa de empleo del Servicio Aragonés de Salud para incorporarse al día siguiente a su puesto en el servicio de Psiquiatría infanto-juvenil del Hospital Clínico de Zaragoza. En esta unidad de Salud Mental, precisamente, hizo prácticas durante su etapa universitaria: "Estuve dos meses y medio y la verdad es que me gustó mucho. Tuve mucha suerte, porque ya conocía el funcionamiento del servicio".
El Clínico fue el primer sitio del que le llamaron para incorporarse al mercado laboral. El contrato que le han ofrecido finaliza el 14 de enero: "Se supone que es un contrato vacacional, con el objetivo de cubrir los meses de verano, pero en esta ocasión se prolongará durante más tiempo, supongo que para abarcar también las ausencias que se produzcan en Navidades".
El futuro laboral que tiene por delante es un reto que encara con entusiasmo: "Nos han ido preparando durante la carrera, llevamos tres años haciendo prácticas y hemos podido vivir en primera persona el día a día de los centros sanitarios. Además, hemos convivido con la pandemia de covid". Una de sus metas sería hacer la especialidad de Pediatría.
"Faltan profesionales –reconoce– y se nota porque muchas veces en las plantas se necesita más personal e intentan llamar a enfermeros para contratar y no es posible, porque la bolsa está vacía. Es un problema real: falta gente para poder cuidar a gente". Esta joven tenía preferencia por la sanidad pública: "Aunque realmente de no haber tenido esta oportunidad hubiera buscado en la privada".
"El que quiere estabilidad, en la privada tiene dónde elegir"
David Tello Rocafull, zaragozano de 21 años, terminó el grado de Enfermería en la Universidad San Jorge hace poco menos de un mes y, sin tiempo para vacaciones, se incorporó al mercado laboral: "El 1 de junio nos dieron el título y al día siguiente me apunté en la bolsa de empleo del Servicio Aragonés de Salud". Solo cuatro días después le llamaron para trabajar en el Hospital Clínico Lozano Blesa, en concreto en el servicio de gestión de camas, un puesto al que renunció una semana más tarde para optar a otros donde tuviera más capacidad asistencial y trato con los pacientes. El contrato que le ofrecía el Salud tenía una duración de unos siete meses, hasta mediados de enero del próximo año. Antes de empezar a trabajar se inscribió en el Colegio Oficial de Enfermería de Zaragoza.
Dada la elevada oferta que hay para este colectivo sanitario, envió su currículum a cuatro hospitales privados de Zaragoza. En tres de ellos le ofrecieron incorporarse a sus plantillas con contrato indefinido desde el primer día y en el San Juan de Dios podría haber firmado un contrato por un año y, pasado este tiempo, haber continuado también como indefinido. Con estas opciones sobre la mesa tuvo la posibilidad de elegir.
Al final se decantó por la Mutua de Accidentes de Zaragoza (MAZ), centro con el que el Servicio Aragonés de Salud firmó un convenio de colaboración: "Me ofrecían contrato indefinido y además el tiempo trabajado me cuenta para la bolsa de empleo del Salud". "El que quiera trabajar, consigue un puesto al día siguiente de apuntarse en la bolsa; y, si quiere más estabilidad, en la privada va a tener dónde elegir". Empezó a trabajar en la MAZ el 19 de junio.
Este joven enfermero recuerda que hay muchos contratos sin cubrir, sobre todo en verano, cuando se agrava el déficit de profesionales por las vacaciones de la plantilla. Tanto es así, reitera, que "todos los que se apuntan en la bolsa están trabajando", por lo que hay compañeros que prefieren esperar unas semanas para poder disfrutar de unas merecidas vacaciones.
