Hubo Cortes de Aragón en muchos lugares del reino

Las Cortes del Reino eran la suma de cuatro brazos estamentales (Iglesia; grandes nobles; nobleza menor; y ciudades y villas) más el rey, que las convocaba y presidía.

n un patio interior de la Aljafería, sede de las actuales Cortes de Aragón, una estrella de ocho puntas sobre un círculo muestra las localidades y fechas en que se reunieron Cortes del Reino.
n un patio interior de la Aljafería, sede de las actuales Cortes de Aragón, una estrella de ocho puntas sobre un círculo muestra las localidades y fechas en que se reunieron Cortes del Reino.
Lola García

Las Cortes de Aragón han dispuesto la publicación de una obra de divulgación sobre algunos aspectos menos conocidos de su largo pasado. El texto, bajo la dirección del profesor José Ángel Sesma Muñoz, de la Real Academia de la Historia y catedrático emérito de la Universidad de Zaragoza, se acompaña con vistosas láminas referidas a las localidades del antiguo Reino en las que las Cortes celebraron sesión alguna vez, que no son pocas, pues estas solemnes y trascendentales asambleas políticas de los aragoneses no tuvieron lugar solamente en Zaragoza, donde los reyes eran ungidos y coronados una vez que juraban respetar los Fueros aprobados precisamente por las Cortes que ellos tenían, en exclusiva, la capacidad de convocar y presidir.

Un rasgo peculiar

El lector podrá ver en ese libro cómo las asambleas de Cortes son, posiblemente, el elemento más característico del sistema político peculiar compartido por el reino y los demás estados hispanos de la Corona de Aragón (el principado de Cataluña, al que se subrogó el reino de Mallorca, y el reino de Valencia), que tienen en ello un notable rasgo común que hoy tiende a minusvalorarse. Desde la época de constitución plena de las Cortes, bajo Jaime I, hasta Felipe II (I en Aragón), hubo en el reino más de cien convocatorias de Cortes. La mayoría de sus reuniones ocurrieron entre los años 1301 y 1516.

No hay Cortes sin el rey

En Aragón y en su Corona, para poder hablar con propiedad de Cortes, es requisito imperativo que las convoque el rey y que las presida, pudiendo delegar esta presidencia en un lugarteniente admitido, que a veces es la reina o el heredero. Si en este proceso falta el rey (por ejemplo, por causa de muerte) no puede hablarse propiamente de Cortes, sino de ‘Parlamentos’, aunque se reúnan los cuatro brazos. El rey es pieza imprescindible y sin su acuerdo no hay, en sentido estricto, ‘fueros’; esto es, leyes. El famoso Compromiso de Caspe, precedido por reuniones en Calatayud y Alcañiz, designó al candidato con mejor derecho para ceñir la corona aragonesa y por ello no fue una reunión de Cortes.

Una rareza: los cuatro brazos

Las Cortes del reino de Aragón tienen la peculiaridad, no compartida con otros organismos comparables, de estar formadas no por tres, sino por cuatro estamentos o ‘brazos’: el eclesiástico, en el que dominan los clérigos mitrados (obispos y abades); el de la alta nobleza o de los ‘ricoshombres’; el de la nobleza de segundo rango, cuyos miembros son caballeros e infanzones; y el brazo real o de ciudades y villas (‘universidades’), cuyos habitantes son ‘libres’ por no tener más señor que el mismo rey.

Cortes Generales

Además de las Cortes del reino, si las asambleas que el monarca convoca afectan a todos los estados hispanos de la Corona, se denominan Cortes Generales. Se cita a los estamentos de las cortes valencianas y catalanas (que representan también a Mallorca, reino que carece de Cortes) y se celebran invariablemente en una ciudad o villa de Aragón, de jurisdicción real. No es raro que, concluidas, continúen las asambleas particulares de cada estado, esto es, con Cortes particulares.

Debe señalarse que, salvo en los momentos de solemnidad (apertura, que incluye el discurso del rey) y clausura (con las ratificaciones), las Cortes de cada estado se reúnen por separado. Y en las Cortes de Aragón, se hace lo mismo con los estamentos: deliberan separadamente y solo se aúnan en esos momentos principales.

El emblema actual del Justicia data del siglo XV y es un ángel que protege a la Comunidad Autónoma, representada por su histórico escudo.
El emblema actual del Justicia data del siglo XV y es un ángel que protege a la Comunidad Autónoma, representada por su histórico escudo.
Lola García

De dónde salen

El origen de las Cortes de Aragón se rastrea muy tempranamente en el entorno del rey y de sus asesores y consejeros, que formaban la ‘curia regia’ en la corte, durante mucho tiempo itinerante. Los textos medievales mencionan conceptos que legalmente no son muy precisos, pero que dan idea de un pensamiento político que busca una acción reforzada, más allá del solo poder regio: se habla, así, por ejemplo, de ‘communitas regni’, que encierra una idea, aunque poco definida, de cierta sociedad política aragonesa. Este pensamiento se irá encaminando a concretarse en el recurso al pacto y al acuerdo general, ya desde la difícil ocasión en que el reino queda a causa del testamento imposible de Alfonso I el Batallador, que lega su reino a Dios (es decir, a la Iglesia y a sus brazos políticos).

Tensiones resueltas

Hay otros momentos en los que las tensiones se resuelven por esas vías de acuerdo y negociación, no siempre suaves, como tras la muerte de Pedro II (1213), en combate y excomulgado por el papa, o en la fuerte reforma de los Fueros elaborada (1247) según orden de Jaime I por el obispo de Huesca, el sabio jurista Vidal de Canellas, formado en Derecho romano, que no era el tradicional de Aragón.

Forma estable

Con Jaime I (1213-1276), las Cortes toman forma estable y reglamentada y se ocupan de gran variedad de materias. Aunque su representación es selectiva y su carácter principalmente consultivo, adquirirán relevancia e importancia creciente en poco tiempo. De esta cooperación y las tensiones que genera procede la regulación del Justicia, cabeza de un poderoso tribunal, con pocos parangones, regulado en Cortes de 1265. A partir de 1282, los brazos de las Cortes mostrarán fuertes exigencias a Pedro III, en ese momento amenazado por Francia y por el aliado de los franceses, el papa que lo excomulgó (Martín IV, nombre pontificio del francés Simón de Brión): se niegan a ayudar sin debatir, lo que origina un levantamiento, con repercusión en toda la Corona, que fuerza al rey a transigir. El reino como conjunto (entendiendo por tal la población con representantes en Cortes) queda así sancionado como participante en las decisiones principales.

Dónde se reunían

Hubo reuniones de Cortes de Aragón en diversas localidades. Eran poblaciones sujetas a la jurisdicción directa del rey y, en mayor o menor grado, reunían condiciones de seguridad y de cierta comodidad y facilidades logísticas y de comunicación. Por orden alfabético, esas poblaciones fueron Alagón, Alcañiz, Almudévar, Barbastro, Binéfar, Borja, Calatayud, Cariñena, Caspe, Daroca, Ejea de los Caballeros, Fraga, Huesca, Maella, Monzón, Tamarite de Litera, Tarazona, Teruel, Valderrobres, Zaragoza y Zuera.

En algunos de esos lugares han mantenido también sesiones plenarias, a veces de carácter solemne, las Cortes de Aragón creadas en el Estatuto de Autonomía de Aragón de 1982, que es Ley Orgánica del Estado Español, esto es, un texto cuyo rango jurídico solo es superado por la Constitución Española de 1978.

De esas reuniones mantenidas en los siglos XX y XXI, únicamente dos se llevaron a cabo en sendos lugares históricos en los que la historia del reino no había deparado esa clase de suceso: la primera capital de Aragón, que fue Jaca, dio escenario a una convocatoria especial en 1992, que versó sobre la Ley de Caza. Y el monasterio de San Juan de la Peña enmarcó con gran solemnidad otra reunión del parlamento aragonés en el año 2012, para conmemorar el trigésimo aniversario de la aprobación del Estatuto de Autonomía.

Sí han tenido celebración de Cortes tanto en fechas antiguas como en tiempos recientes Alcañiz (1986 y 2012), Barbastro (2000), Caspe (2002), Ejea de los Caballeros (1985), Huesca (1984 y 1996), Monzón (1989), Tarazona (1987), donde se tomó juramento al primer Justicia moderno, Emilio Gastón Sanz, en la iglesia de Santa María Magdalena, y Teruel, en cuya iglesia de San Pedro se propuso que el día de san Jorge, 23 de abril, fuera todos los años celebrado como Día de Aragón (1983).

Zaragoza vio el nacimiento de las Cortes actuales, sin sede propia, el 20 de mayo de 1983, en la Lonja de la Ciudad. El 20 de mayo de 1987 comenzó a usarse la actual sede, en el palacio de la Aljafería, una parte del cual tiene la condición de Bien de Interés Cultural y recibe numerosas visitas.

El caso de Lérida

Deben incluirse en la serie aragonesa las Cortes Generales celebradas en la capital del Segre, por ser esta clase de reuniones convocadas siempre en suelo aragonés. La explicación reside en que, durante un periodo relativamente prolongado, los representantes de la ciudad del Segre formaron parte de las Cortes de Aragón, no de las de Cataluña. Parlamentariamente hablando, pues, eran aragoneses.

Dichas cortes, convocadas las cuatro por Jaime I (1214, 1218, 1272 y 1275), sirvieron, entre otras cosas, para jurarlo como rey, siendo todavía un niño.

Nombres engañosos

Puede inducir a engaño la recuperación de nombres históricos para la designación de las instituciones de la actual Comunidad Autónoma. Aunque coincidan las designaciones de antaño con las de hoy, algunas funciones pueden ser por completo diferentes.

El Justicia

La coincidencia de nombre entre la institución medieval y la contemporánea obedece a la voluntad de preservar la evocación del admirado ‘iudex medius’, la fuerza de cuya función alcanzó magnitudes de mito histórico. Aragón albergó una institución judicial que, en sus versiones historiográficas más hiperbólicas, causó la admiración de los juristas y legisladores de numerosos países.

La diferencia más sustantiva del Justiciazgo con el Justicia de Aragón reciente es que el primero era un tribunal dotado de varios procedimientos regulados (como el famoso de ‘manifestación’) al final de los cuales emitía una sentencia, prácticamente inapelable y con preeminencia sobre cualesquiera otras decisiones judiciales.

Hoy, el Justicia aragonés, auxiliado por un equipo asesor, tiene una misión inspectora y protectora de los derechos de los aragoneses y de sus leyes específicas, actividad en la que no median sentencias, sino advertencias y recomendaciones. De todo ello ha de dar cuenta a las Cortes de Aragón, que lo designan periódicamente, según lo estipulado en una ley específica.

Las Cortes

Las Cortes de Aragón tienen un cometido similar a las homónimas del Antiguo Régimen: hacer leyes y ejercer controles sobre el poder (antes, el del rey; hoy, el del Gobierno autonómico). Cuanto hagan debe sujetarse al ordenamiento jurídico superior (Constitución Española, leyes esenciales del país, tratados europeos y convenios jurídicos suscritos por el Reino de España).

La Diputación General

Representa al ‘general’ (a los cuatro brazos). Bajo Pedro IV, organizará el cobro de un impuesto ‘de generalidades’ (que obligaba a todos: a la generalidad). El acuerdo de Cortes Generales de Monzón (1362) afecta a Aragón, Valencia y Cataluña y toma como fronteras las de la Corona, no las del reino. Hubo una Diputación común, reunida en Gandesa. Los diputados (delegados) de cada Estado se consolidaron como poder ejecutivo. En Aragón, el órgano se llamó Diputación del General y en Valencia y Cataluña, ‘Generalitat’, nombres recuperados con el Estado de las Autonomías.

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