mayores y tecnología

Jorge Terreu, de Maximiliana: "Trato de terminar las llamadas con mi familia con un 'te quiero' siempre"

Este joven zaragozano es el padre de Maximiliana, un servicio móvil para personas mayores, y es uno de los jóvenes más influyentes para 'Forbes'.

Jorge Terreu, fundador de Maximiliana, en la plaza de San Francisco de Zaragoza.
Jorge Terreu, fundador de Maximiliana, en la plaza de San Francisco de Zaragoza.
Francisco Jiménez

Jorge Terreu (Zaragoza, 1998) se fue de Erasmus mientras estudiaba Ingeniería informática en la Universidad de Zaragoza. En ese tiempo que pasó en Francia ideó un móvil para poder hablar con su abuela a diario, sin necesidad de que ella tuviera que tocar ni un botón.

Maximiliana es su "yaya" y el nombre de la empresa que fundó, un servicio que mantiene los fuertes lazos entre personas mayores y sus familiares, a pesar de la distancia. Y todo de un forma sencilla, ya que ha adaptado la tecnología a todas las edades. Esta móvil fue vehículo de palabras y sentimientos durante la pandemia, entre enfermos de covid del Hospital Clínico de Zaragoza y sus seres queridos, y en la actualidad cuenta con más de un millar de usuarios en todo el mundo.

Desde que comenzó la aventura hace casi tres años ha recibido varios premios de emprendimiento, fue nombrado Zaragozano Ejemplar en las últimas Fiestas del Pilar y recientemente la revista 'Forbes' le ha incluido entre los 30 jóvenes de menos de 30 años más influyentes.

En primer lugar, felicidades, se acerca el día de su santo. ¿Por qué se llama Jorge?
¡Gracias! Porque mi hermana nació un 23 de abril y por ser un día tan señalado decidieron que me llamara así.

El 23 de abril es un día de marcar más si cabe el acento aragonés.
Me siento identificado con esa garra aragonesa de no desistir, de vivir con energía y honestidad. El lado bueno de la tozudez. Además me encanta la transparencia que define a la gente de Zaragoza.

Veo que tiene el móvil en la mano, ¿cuál es su última llamada?
De mi padre, que ha tenido un problema con el iPad y necesitaba que le echara una mano.

Es lo que tiene ser ingeniero...
Mi padre a veces parece un cliente más (ríe).

¿Cómo ha cambiado el vínculo con su abuela a raíz de Maximiliana?
Estoy muy contento de que gracias a Maximiliana estos años hayamos pasado tantos momentos juntos. Ahora soy más consciente de lo bien que he hecho y la suerte que he tenido. Siempre va a ser un recuerdo muy bueno que vamos a guardar ambos.

No solo la relación con su abuela, sino la de otros nietos e hijos con sus respectivos.
En el día a día no soy consciente de eso porque voy atropellado, pero trato de pensar a qué y a quién va dirigido nuestro trabajo diario, que creo que es muy importante tenerlo en cuenta porque hay una parte de responsabilidad. Cuando interiorizo esa reflexión, me pongo muy contento de pensar que todo ese esfuerzo está dedicado a la gente mayor y, sobre todo, generar esos recuerdos que yo mismo valoro tanto con mi propia abuela.

Unas 78.000 personas de más de 65 años viven solas en Aragón, es decir, más del 14% de los hogares. Maximiliana está en muchas de esas casas...
Para mí esos datos evidencian el papel de Maximiliana. Nació con el objetivo de que la tecnología podía ayudar y lo vivimos con la responsabilidad de, no solo querer conectar a más gente, sino de hacerlo cada vez mejor. Además, tenemos entre manos nuevas ideas, como llegar también a personas sin familia; siento el compromiso de pensar en ellos.

¿Cuesta menos decir "te quiero" a través de un dispositivo que en persona?
Me cuadra que a veces los "te quiero" pueden dar un poco de cosa y por teléfono, como es algo que se puede hacer con más frecuencia y no se está físicamente, puede ser una forma de desbloquear eso y decirlo más. Desde hace dos o tres años siempre trato de terminar las llamadas con mi familia con un "te quiero", sea lo que sea.

Es uno de los 30 jóvenes más influyentes de menos de 30 años, ¿cómo se siente?
Me sorprendió mucho y aprecio dos partes. Por un lado, el reconocimiento, sobre todo, de cara a mi familia, porque disfruto mucho más de las felicitaciones que les dan a mis padres y ellos me trasladan, que las que me dan a mí directamente; les veo la cara de orgullo. Y otra parte son las posibilidades a futuro, ya que puede abrir muchas puertas tanto a nivel personal como empresarial.

Comparte lista con el cantante Quevedo, imagino que lo bailará...
Es superimportante que haya de todos los perfiles, eso ‘Forbes’ lo hace muy bien porque ejerce una influencia enorme en lo que se decide estudiar o emprender.

¿Quién considera influyente para usted?
Te diría que mi padre. Es una persona de la que he aprendido mucho viendo cómo hace las cosas. No es un padre que dé lecciones, sino que lo veo y es cuando adquiere más valor en cómo es él. Desde cómo trabaja, a cómo habla con mi madre, a cómo se comporta con la familia... Eso me parece el mejor ejemplo, que alguien no te diga las cosas, sino aprenderlo por las acciones. De hecho (ríe), muchas veces nos dicen que a la hora de hablar y gesticular nos parecemos, además de físicamente.

¿Alguien más iría en su lista?
Me inspiran mucho las personas que han pasado dificultades y sacan valor para salir adelante. En el día a día estamos agobiados, podemos incluso acabar frustrados y perder la perspectiva de la vida y del día por un minúsculo problema. Eso me inspira porque me da una visión sobre la vida y tener energía. La gente con oportunidades creo que tenemos el deber de aprovecharlas y pensar en las personas que no las tienen.

¿Con qué sueña Jorge Terreu cuando se va a dormir?
A nivel negativo, tengo mucho miedo a la muerte y es un pensamiento que por las noches me suele venir más que durante el día. ¿Más positivos? Trato de analizar si hago lo que quiero y que, aunque vaya bien, no sea preso. Siempre soy partidario de que se disfruta más con cosas sencillas, por ejemplo, valoro mucho vivir en Zaragoza y estar cerca de mi familia. El otro día les puse un mensaje a mis padres y en un cuarto de hora estaba cenando con ellos. Nosotros estamos en total contacto con personas mayores y esas pequeñas cosas son lo que más echan en falta y no un viaje, vivir en una gran ciudad, un buen trabajo...

Si mira atrás, ¿con qué se queda de estos dos años?
Por encima del resultado actual del proyecto, en lo que he mejorado como persona. Maximiliana puede cambiar en cualquier momento, pero lo aprendido se queda. Repaso correos que escribí hace dos años y me veo más inmaduro que ahora.

Es un emprendimiento con un componente muy humano.
Lo veo cuando cuento la historia, que cala más, tanto por emotiva como por práctica. Que mi abuela sea la usuaria número uno hace que mi implicación e interés sea mucho mayor.

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