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Contra las agresiones sexistas en las discotecas: “Queremos que las chicas se sientan cómodas y no las moleste nadie”

Desde letreros luminosos a carteles con mensaje y puntos violeta. Los bares, salas y discotecas se unen contra las agresiones sexistas en la noche zaragozana.

Letrero luminoso contra las agresiones sexistas de la discoteca Inöpia de Zaragoza.
Letrero luminoso contra las agresiones sexistas de la discoteca Inöpia de Zaragoza.
S.F.

Los letreros luminosos con mensajes evocadores están de moda en las discotecas, salas y bares de copas de Zaragoza. Son un reclamo más para los clientes que hacen cola para poder fotografiarse junto a ellos y subir la imagen a sus redes sociales

Sus lemas son variados e invitan a disfrutar de la fiesta, aunque hay algunos con mensajes más profundos, provocadores e incluso que definen el carácter del establecimiento

‘Tranqui, yo perreo sola’ no es solo la letra de una canción de Bad Bunny. En la discoteca Inöpia de la capital aragonesa esta frase cuelga de la pared con grandes letras luminosas convirtiéndose no solo en un reclamo para los clientes. El local da con ella un paso al frente en la lucha contra las agresiones sexistas y plasma en la pared las líneas rojas del establecimiento. 

'Tranqui, yo perreo sola' es el mensaje del letrero luminoso que cuelga en la pared de la discoteca Inöpia.

“La compré porque me gustó el mensaje que lanza. Queremos que las chicas que acuden a nuestra discoteca se sientan cómodas y no las moleste nadie”, dice Rubén Díez, propietario de la discoteca Inöpia, situado en una céntrica calle de Zaragoza. “La mayoría de nuestro público es femenino. Son chicas muy jóvenes, universitarias que vienen a pasárselo bien. El cartel tiene mucho éxito y a las jóvenes les gusta hacerse fotos junto a él”, explica Díez. 

“Nuestro objetivo es que la discoteca se convierta en su sala favorita y para ello queremos que se sientan como en casa”, añade el hostelero. “Tengo tres hermanas y tres sobrinas y por eso me ha preocupado siempre este aspecto. En el local lo cuidamos mucho y todo el equipo está muy concienciado para detectar cualquier tipo de conducta o agresión sexista”, afirma. “ Una de las claves de nuestro éxito es que nadie se acerca a molestar a las jóvenes que están disfrutando de un momento de fiesta, que nadie se pone pesado con ellas ni las toque sin su consentimiento. No queremos ese tipo de cliente”, matiza Díez.

"Queremos que se sientan como en casa y que nadie se ponga pesado ni las toque sin su consentimiento".

Con una década en el sector y 5 años con esta sala abierta, Rubén tiene experiencia en detectar a los clientes que pueden causar problemas de esta índole. “Ligar es algo normal y los jóvenes vienen también a eso, pero hay actitudes de chicos o de grupos que se ven de inmediato”, asegura el hostelero. “Tenemos un equipo de seguridad preparado para ello que controla tanto los accesos como la propia sala. 

De hecho, junto a la cabina del D.J., en la parte más alta del local, siempre hay una persona de seguridad que controla desde la altura cualquier tipo de situación”, afirma el propietario de Inöpia. Incluso el L.J. -la persona encargada de manejar la iluminación de la sala- ayuda en este cometido. “Es el que más alto está y el que ve todo antes que los demás, por lo que si detecta algún problema, lo señala con un puntero láser y, como todos estamos comunicados por radio, el personal de seguridad acude rápidamente”, continua. 

Así, “aunque la sala esté llena, siempre tenemos localizados a los diferentes grupos que hay y podemos actuar rápidamente si pasa algo, pero no es lo normal”, asevera. “Si detectamos conductas sexistas, el personal de seguridad se acerca para hablar con el cliente que está dando problemas para que cese en su actitud y, si persiste, se le invita a salir del establecimiento”, indica Díez. 

No solo eso. “Nos quedamos con su cara y no le volvemos a dejar entrar en otras ocasiones por lo que, al final, es un perfil que deja de venir por aquí”, señala el hostelero. “Pero en los últimos seis meses no hemos tenido que sacar a nadie a la puerta”, afirma.

Un protocolo que necesita actualización

Este establecimiento no es el único que está concienciado contra las agresiones sexistas en la noche zaragozana. Medio centenar de salas y bares de la capital aragonesa tienen protocolos para detectar estas conductas y ayudar a las víctimas, impulsados por el Ayuntamiento de Zaragoza en colaboración con las asociaciones del sector: las salas de Aragón en Vivo, la Asociación provincial de empresarios de salas de fiesta y discotecas, la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza y Horeca.

“El protocolo se creó en 2017 y, tras los últimos casos de agresiones sexistas en los Premios Feroz, el caso de Dani Alvez y la nueva legislación vigente de ley del ‘Solo sí es sí’, los establecimientos de ocio nocturno vimos la necesidad de que se actualizasen, por lo que, recientemente, nos hemos reunido con el Ayuntamiento para acometerlo”, dice Patxy Cano, vicepresidente de la Asociación Profesional de Salas de Música ‘Aragón En Vivo’ y propietario de la sala Rock and Blues Café de Zaragoza. “Tiene que ser un documento sencillo, de sentido común, que podamos pegar en el espejo de los baños y que el personal pueda tener a mano”, explica Cano.

Este hostelero recuerda que “las plantillas de las salas están formadas para atender posibles agresiones sexistas”, aunque “en los últimos 6 años que lleva el protocolo vigente, no hemos tenido casos graves en los que hayamos tenido que denunciar”, afirma. Sin embargo, las salas toman precauciones. “En mi establecimiento tengo cámaras que enfocan los accesos a los baños para evitar cualquier tipo de agresión”, añade Cano.

Las cámaras están en prácticamente en todas las discotecas de Aragón”, dice Alberto Campuzano, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Salas de Fiesta, Bailes y Discotecas de Zaragoza. Este hostelero reclama también que se actualice el protocolo existente y pide que “todas las administraciones se pongan de acuerdo porque no puede haber uno para Huesca y otro para Zaragoza".

Sobre las agresiones sexistas asegura que “apenas las hay de carácter grave. Sí existe el típico pesado al que acompañamos a la puerta”, asevera y, sobre todo, afirma que lo que se produce en gran medida son "casos de violencia de género propiamente dicha. Estamos hartos de los maridos o exmaridos celosos que se enteran de que sus exparejas o parejas está en la discoteca y vienen a agredirlas. En estos casos, evidentemente, llamamos a la Policía inmediatamente”, afirma Campuzano.

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