La inmensa mayoría de las chicas españolas ha sufrido acoso sexual

Una de cada diez ha vivido un intento de violación y el 76% admite haber tenido miedo a ser violentada, sobre todo en la calle o lugares de ocio, según un estudio del Instituto de las Mujeres.

Teléfono 016 y otras herramientas de ayuda a las víctimas de la violencia de género
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H. A.

España tiene un serio problema de comportamientos machistas y violencia sexual. Siete de cada diez chicas de 18 a 25 años denuncian haber sido víctimas de acoso o ataques sexuales en algún momento de su vida, al tiempo que, de manera casi unánime, califican esta situación de violencia reiterada como "un problema social de primera magnitud".

La voz de alarma está contenida en el estudio 'Sexualidad de las mujeres jóvenes en el contexto español', elaborado por el Instituto de las Mujeres, en el que se constata que aunque las chicas viven su sexualidad de forma mucho más crítica y libre que las generaciones anteriores, siguen amenazadas por una enorme prevalencia de la violencia sexual, condicionadas por la pervivencia de ciertos patrones machistas, hacen un uso insuficiente de los métodos anticonceptivos y carecen de una educación sexual de calidad, que palían con un consumo de pornografía que distorsiona y contamina sus hábitos.

La presencia de la violencia sexual en los relatos de estas españolas, recogidos a través de encuestas, grupos de discusión y escucha de redes sociales, es muy preocupante. Un 67% afirma ser objeto de comentarios sexistas o sexuales inapropiados en la calle, en el trabajo o en el centro de estudios, casi la mitad han recibido imágenes o mensajes sexuales sin su consentimiento por internet y una proporción idéntica ha recibido tocamientos indeseados, la mayoría al descuido (transporte, locales, aglomeraciones), aunque una tercera parte con uso de la fuerza. Pero el dato más impactante es que el 9,1% confiesa haber sido objeto de un intento de violación o, incluso, haberla padecido.

No es de extrañar que dos de cada tres admitan que en algunos momentos de su vida sientan miedo de ser víctimas de la violencia sexual, de forma mayoritaria cuando están en calles o parques (61%) o en bares y discotecas (42%), pero también estando con su pareja (8%).

Las chicas españolas valoran con un 6,6 de media la satisfacción con su propia vida sexual y describen un ejercicio libre y tolerante distinto al de sus madres y abuelas, pero no obstante persisten algunos datos preocupantes, que delatan patrones machistas, como la casi obligación de satisfacer el deseo de la pareja. Una de cada seis españolas de 18 a 25 años confiesa haber tenido en alguna ocasión sexo con otra persona sin ganas.

Estos borrones en el disfrute de una sexualidad libre se entienden mejor si se tiene en cuenta que la mayoría de las chicas indica que, ante las muchas carencias de su educación sexual, la visualización de imágenes y películas pornográficas se ha convertido en "una escuela sexual", con el evidente riesgo de adquirir un conocimiento distorsionado y de interiorizar un tipo de relaciones que reproducen roles machistas y violentos. La mitad de las jóvenes españolas ha consumido porno en internet, con un primer acceso sobre los 15 años. En ocasiones lo hacen animadas por los chicos, consumidores habituales y desde edades más tempranas.

La píldora del día después

Las carencias educativas también se notan en el manejo de los métodos anticonceptivos. Aunque casi dos terceras partes dice usar siempre alguno -88% preservativo y el 55% píldoras, parques o anillos-, hasta un 21% confiesa que o no los usa nunca o lo hace pocas veces. Si al dato se le suma que hasta un 18% de las que sí toman alguna precaución confían en prácticas tan poco seguras como la marcha atrás o el ogino, no extraña demasiado que hasta un 43,5% admita haber tenido que recurrir en alguna ocasión a la píldora del día después. Las jóvenes que han pasado por la decisión de someterse a un aborto voluntario son el 5,7%.

La conclusión del estudio, respaldada por las demandas de las propias protagonistas, es la urgencia de que los jóvenes españoles reciban una educación sexual completa y de calidad, cosa que ahora no tienen (valoran con un 4,4 la que reciben en clase), pero también temprana, pues las chicas viven su primera relación completa sobre los 16,7 años.

El Instituto de la Mujer aboga porque esta educación escolar incluya al menos las relaciones afectivas y una gestión emocional sana, la libertad y diversidad sexual, el conocimiento del placer, los métodos anticonceptivos y la prevención de las enfermedades de transmisión sexual, que están disparadas entre los jóvenes españoles. Es el objetivo que pretenden lograr a partir de los cambios y mandatos incluidos en las nuevas leyes de educación y de protección de la infancia y en la futura del aborto.

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