"En el estofado de ternera pongo más patata y menos carne"

Soledad Castello y Manuel Monferrer, de 72 y 77 años, aseguran que "jamás" han visto los precios de los alimentos tan altos.

Soledad Castello, de 72 años, y su marido, Manuel Monferrer, de 77 años.
Soledad Castello, de 72 años, y su marido, Manuel Monferrer, de 77 años.
HA

Soledad Castello, de 72 años, y su marido, Manuel Monferrer, de 77 años, no han visto "jamás" los precios tan altos. "En lo que más lo hemos notado es en la fruta y el pescado. Es una barbaridad", sostiene el matrimonio turolense que reside en Zaragoza desde hace 50 años. 

"Antes cenábamos muchos días pescado y ahora muchos días nos abrimos una latilla de algo o nos preparamos una tortilla. El salmón, las sardinas y la merluza, que es lo que solíamos consumir, están disparados", lamenta Soledad. 

En fruta, asegura, tienen menos "miramiento". "A nuestra edad no nos podemos privar de la fruta. Es verdad que si el plátano de Canarias está a más de 2 euros, compro banana, que de calidad no tiene nada que ver. Compro más lo de temporada, que es lo que está barato. Si me apetecen judías verdes y están a 4 euros, me conformo con acelgas o borrajas", subraya la mujer, que argumenta que antes "el dinero duraba mucho más". "Ahora coges cuatro cosas y piensas que no vas a pagar ni 50 euros y resulta que al pasar por caja te piden 70", declara. 

A la hora de cocinar, también ha cambiado sus hábitos. "Antes utilizaba mucho el horno para hacer asados o postres y ahora, no. Además, a la hora de hacer la comida soy estratega. Por ejemplo, en el estofado de ternera pongo más patata y menos carne", cuenta la turolense. 

"A mí me dan pena los jóvenes. Muchos cobran menos que los pensionistas y tienen que pagar casa, tienen hijos... Con estos precios, no sé cómo lo hacen"

En su casa, solo entra en la pensión de su marido, que se dedicó a la industria metalúrgica. "Nosotros no nos podemos quejar porque no tenemos que pagar hipoteca. A mí me dan pena los jóvenes. Muchos cobran menos que los pensionistas y tienen que pagar casa, tienen hijos,... Con estos precios, no se cómo lo hacen", señala Soledad, que tiene tres hijos y les ayuda económicamente para poder llegar a fin de mes sin apuros. "Se llevan aceite, jamón y patatas de mi casa y hay muchos días que vienen a comer. Como viví la posguerra, la comida es mi obsesión y siempre quiero que no les falte de nada", apostilla Soledad, que se gasta entre 150 y 200 euros a la semana en la compra.

Hace unos días regresaron de un viaje del Imserso a Jávea, en Alicante, y aseguran que "es la única oportunidad de ir de vacaciones". "Los jubilados solo vemos el mar en estas fechas. No nos podemos permitir otras. Se ha notado mucho que no hay alegría económica porque hace años la gente no se perdía ninguna excursión (que costaban 100 euros cada una) y ahora nos quedamos todos en el hotel para no gastar", comenta Soledad. El viaje en sí, especifica, al estar subvencionado, es más económico que estar en casa. "Por 200 euros comemos, dormimos y no pagamos ni calefacción, ni luz, ni agua", apunta.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión