Afectados por el incendio del Moncayo: "Es muy duro ver desaparecer nuestro paisaje, parte de nuestras raíces"

Cuando se cumplen 48 horas del inicio del fuego, el Gobierno de Aragón ha permitido el regreso a sus casas de los vecinos de Ambel, Bulbuente, El Buste, Trasmoz, Talamantes, Vera y Alcalá de Moncayo.

Arriba, a la izquierda. Asun Tejero y Victoria Rodríguez, voluntarias; a la derecha, Xabi Guitart (World Center Kitchen). Debajo, Ángel Bonel, alcalde de Vera de Moncayo; Azucena Cascán, coordinadora de la residencia de mayores de Añón; y Luis Ángel Torrellas, alcalde de Álcalá de Moncayo.
Arriba, a la izquierda. Asun Tejero y Victoria Rodríguez, voluntarias; a la derecha, Xabi Guitart (World Center Kitchen). Debajo, Ángel Bonel, alcalde de Vera de Moncayo; Azucena Cascán, coordinadora de la residencia de mayores de Añón; y Luis Ángel Torrellas, alcalde de Álcalá de Moncayo.
Camino Ivars

"El fuego está estabilizado". Esta frase era, sin duda, la más esperada este lunes por los vecinos y vecinas que, desde el pasado sábado, se convertían en víctimas del voraz fuego que se desataba en Añón de Moncayo, y que ha calcinado unas 6.000 hectáreas.

La actividad bullía desde primera hora de la mañana de este lunes en el puesto de mando avanzado del Centro de Coordinación Operativa (Cecopi) situado en la localidad de Albeta, donde se registraba un movimiento constante de gente; eran muchas las personas que, angustiadas por la situación, se acercaban a interesarse por el avance e impacto del fuego.

El pabellón deportivo de Borja habilitó 100 camas para quienes se vieron obligados a abandonar sus hogares en los pueblos afectados. Sobre la mesa, café, zumos, fruta, pastas; todo lo necesario para que las víctimas del fuego se sintieran como en casa. "Cuando tocan estas cosas es lo que hay que hacer, ayudar. Es algo que ni te planteas, no hay que dar ni las gracias", explican Asun Tejero y Victoria Rodríguez, dos de las voluntarias que confiesan no haberse planteado pasar así sus vacaciones.

"Cuando tocan estas cosas es lo que hay que hacer, ayudar. Es algo que ni te planteas, no hay que dar ni las gracias"

Sin embargo, el agradecimiento de quienes han ido acudiendo allí cada día merece, y mucho, la pena. "Más de 300 personas vinieron el domingo a comer, y un centenar han dormido aquí. Nos hemos organizado en grupos de desayunos, comidas y cenas", relatan. No solo asisten a los desalojados; también hacen de punto de avituallamiento a Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, así como a vecinos y agricultores de la zona que se han quedado en las zonas afectadas para combatir el incendio.

"Está siendo muy duro. El sábado por la noche veíamos el fuego en la puerta de nuestras casas", admiten, consternadas. En Borja huele a humo, un 'invitado' amenazador que invade las carreteras; muchas de estas vías, ya liberadas al tráfico, han permanecido cortadas durante más de 48 horas. "Estamos desolados. Es muy duro ver desaparecer nuestro paisaje, parte de nuestras raíces, el sitio que te ha visto crecer. No es un monte más", lamenta Asun Tejero.

En el mismo lugar se encontraba Azucena Cascán, coordinadora de la residencia de mayores de Añón de Moncayo, uno de los primeros pueblos evacuados. "Nuestros 24 residentes fueron rápidamente realojados en Borja, Mallén y Ainzón. La acogida ha sido magnifica, no nos falta de nada", admite, emocionada. ¿Ganas de volver? Infinitas, pero antes se necesita que se restablezcan los servicios de agua, luz y comunicaciones, que han quedado parcialmente afectados por las llamas. "Soy de Añón, y como vecina siento mucha pena, porque sé que tardaremos muchos años en volver a ver aquello como estaba. Prefiero no pensarlo; ahora solo queremos volver a casa", señala.

Cerca de 250 personas trabajan para estabilizar el incendio que sigue activo en tres frentes. A lo largo de este lunes retornarán a sus casas parte de los evacuados; la N-122 ya se ha reabierto al tráfico.

Gran parte de la 'culpa' de todo lo bueno que ha venido ocurriendo en el pabellón de Borja tiene que ver con la ONG World Central Kitchen, del chef José Andrés, coordinada por Xabi Guitart. "Activamos el operativo ayer desde Madrid, y hoy hemos llegado a la zona para repartir avituallamiento en el puesto de mando y el pabellón de Borja. El objetivo es que todos tengan un plato caliente", explica.

Volver a casa

En el recinto deportivo también se encuentra Luis Ángel Torrellas, alcalde de Alcalá de Moncayo. En este caso, el fuego pilló al municipio en plenas fiestas. "Estábamos todos juntos, celebrando, así que abandonamos el lugar en menos de media hora", rememora. La población afectada de Alcalá asciende a unas 400 personas. Torrellas, emocionado, asegura que las palabras de agradecimiento con sus vecinos se quedan cortas: "La gente estaba impaciente. El sentir generalizado es el mismo. Lo que necesitamos es volver a nuestras casas".

"Lo principal es que la gente está bien, y estamos muy orgullosos de todo el trabajo que hemos hecho y de lo que nos queda por hacer"
Tercer día de incendio en el Moncayo
Tercer día de incendio en el Moncayo
José Miguel Marco

Afortunadamente, como en la mayoría de casos, en Alcalá de Moncayo no lamentan pérdidas personales, aunque sí materiales, y cuantiosas: para ellos es lo de menos: "Lo principal es que la gente está bien, estamos muy orgullosos de todo el trabajo que hemos hecho, y lo estaremos del que nos queda por hacer".

Igual de importante en esta contingencia es la labor del equipo del María José Ochoa con el Grupo de Intervención Psicológica en Emergencias y Catástrofes (Gipec) del Colegio Profesional de Psicología de Aragón (Coppa), que ha estado con los afectados de este incendio desde el minuto uno. "El primer día, cuando llegamos, había mucho revuelo. Pronto montaron todo, y los servicios sociales de la zona trabajaron muy bien", recuerda. También destaca el apoyo prestado entre vecinos, un hecho clave a nivel psicológico. "No ha habido grandes intervenciones, porque más allá de la preocupación habitual en estos casos, las actitudes eran muy prosociales, de ayuda a los demás".

"La primera noche, debido a la cercanía del fuego (se veía a dos pasos), dormir fue algo más difícil. "Se podían haber vivido situaciones complicadas, pero la buena organización ha sido clave", asevera. El ánimo iba en aumento a medida que iban llegando las buenas noticias. Una de las coyunturas más peliagudas se vivió este domingo, cuando un ganadero que trató de sacar a sus 400 ovejas de la explotación no logró su objetivo. "Fue un momento duro, pero enseguida tuvo el apoyo de su hermano y del resto de su gente. La resiliencia y la organización han sido fundamentales. Lo han afrontado todo de una forma muy madura, y eso ha ayudado mucho", concluye.

"Solo queremos recuperar nuestra vida. Hemos sido pasto de las llamas, nuestro territorio está quemado casi en su totalidad, y necesitamos medios para que esto no se vuelva a repetir"
Tercer día de incendio en el Moncayo
Tercer día de incendio en el Moncayo
José Miguel Marco

"Había que defender nuestro pueblo"

Y es que junto al trabajo de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, "que han trabajado sin descanso", la labor de los vecinos y vecinas de la zona "ha sido imprescindible". Ángel Bonel, alcalde de Vera de Moncayo, permanecía en las inmediaciones del Centro de Coordinación Operativa (Cecopi). Aenas ha dormido dos horas la pasada noche en su vehículo; no hay descansado. "Había que estar al pie de cañón, intentando defender nuestro pueblo", asegura, con el hilo de voz que le queda debido al cansancio.

Los vecinos de Vera fueron evacuados en torno a las 18.00 horas del sábado, y distribuidos en distintos enclaves de Tarazona. Este lunes, sobre las 14.30, lograron volver a casa: "La gente -explica Bonel- no hacía más que llamarme, pero había que mantener la calma. Solo queremos recuperar nuestra vida. Hemos sido pasto de las llamas, nuestro territorio está quemado casi en su totalidad, y necesitamos medios para que esto no se vuelva a repetir".

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