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Movilidad

El uso de buses y tranvías apenas remonta y tampoco llegará este año al nivel de 2019

El transporte público continúa un 20% por debajo de las cifras previas a la covid y cerrará 2022 con una caída de en torno al 15%, según los cálculos de Movilidad.

Un bus de la línea 21 y el tranvía, a su paso por el paseo de la Independencia
Guillermo Mestre

Autobuses y tranvías siguen sin recuperarse el ‘zarpazo’ de la covid-19. Ni buses ni Urbos 3 han vuelto aún a sus cifras habituales, y tampoco lo harán antes de que acabe el año, situación que agrava aún más el agujero económico provocado por la pandemia en las arcas municipales. Las previsiones del Ayuntamiento apuntan a que 2022 terminará con "un 15% de usuarios menos, aproximadamente" que en 2019. Así lo indica la concejala de Movilidad, Natalia Chueca, que ve difícil hacer mucho más, ya que "ha habido ciudadanos que han cambiado de hábitos y se han pasado a la bici o al patinete", mientras que otros "prefieren ir a pie" o, directamente, siguen sin sentirse seguros pese a las medidas y los protocolos aplicados para evitar contagios.

Falta por saber qué efecto tendrán las bonificaciones anunciadas por el Gobierno de Pedro Sánchez para combatir la inflación –que incluirán una rebaja del 30% en los abonos y las tarjetas multiviaje–, un factor que podría ayudar a recuperar parte de los usuarios, pero ni mucho menos el porcentaje total. "En Madrid se pudo viajar gratis en septiembre de 2021 y aún así, los usos solo mejoraron entre un 3% y un 5%. La media nacional está en el 85%, pero hay que tener en cuenta que cada ciudad es distinta. Madrid, Barcelona o Valencia tienen distancias más grandes", agregó la edil.

Según las estadísticas del área de Movilidad, el año comenzó con entre un 35% y un 25% menos de usuarios en el caso del bus urbano en comparación con 2019, un porcentaje que ha ido mejorando décima a décima y que actualmente se situaría entre un 20% y un 24%. El tranvía, por su parte, empezó 2022 un 30% por debajo de sus registros habituales, y aunque ha seguido una línea un tanto irregular, con días de hasta un 42% menos de usuarios y jornadas por encima de las estadísticas de 2019, en estos momentos estaría a un 20% de distancia.

La previsión es que estos datos, recogidos al cierre del primer semestre, marquen también la tendencia de la segunda mitad del año. Factores como el teletrabajo o la jornada continua siguen siendo decisivos a la hora de explicar estas cifras, y otros, como la huelga del bus, apenas habrían tenido efecto, con un 3% menos de usuarios en las semanas de paros, según estudios del Consistorio.

También está por ver qué efecto tendrán las vacaciones de agosto –que podrían reducir los usos hasta un 60%– y el incremento del precio del combustible, que podría situar a buses y tranvías como una alternativa más económica. En este sentido, ha de tenerse en cuenta que el tráfico privado tampoco ha vuelto aún a los niveles de 2019, sino que sigue entre un 3% y un 5% por debajo de los datos previos a la pandemia. Esto se ve como una buena noticia en Movilidad, ya que pese a la caída de usos en bus y tranvía "no ha habido un trasvase al transporte privado".

La otra vuelta a la 'normalidad'

Ya en 2020, la pérdida de usuarios provocó un ‘roto’ de cerca de 24 millones en las arcas del Consistorio, aunque entonces, los ayuntamientos recibieron ayudas del Gobierno central. El último año también cerró con pérdidas superiores a los diez millones de euros, situación que podría volver a repetirse en este 2022. En estos ejercicios, sin embargo, no ha habido fondo estatal pese a las reclamaciones de los alcaldes, de ahí que volver pronto a los niveles anteriores no sea solo una cuestión estadística sino de necesidad.

Buses y tranvías sí han recuperado una cierta normalidad en otros aspectos. El transporte público ha ido desprendiéndose de las medidas sanitarias, y aunque aún sigue siendo obligatorio el uso de mascarilla –y más con la subida de contagios que se está produciendo tanto en Aragón como en España– ya no hay dispensadores de gel hidroalcohólico, las ventanas están cerradas los días de calor y las puertas vuelven a tener que abrirse de forma manual en el caso del tranvía.

Tanto en unos como en otros, la desinfección se hace ahora con Nanoflex, un producto que impide que los microorganismos se adhieran a las superficies, que dura como mínimo un año y que "va más allá de la desinfección convencional", según explican desde Avanza y Tranvías de Zaragoza.