23 de abril

"La misión de Kabul tuvo una carga emocional al trabajar con los refugiados"

El teniente coronel José Ramón García Paniagua del Ala 31 revive el rescate de los 2.200 afganos en el aeropuerto de Kabul el pasado mes de agosto.  

El teniente coronel José Ramón García Paniagua agradece el apoyo de la misión en Kabul a un re`persentante del handing en el aeropuerto de Dubai, donde hacían escala cuando rescataban a los 2.200 afganos durante nueve días de agosto de 2021.
El teniente coronel José Ramón García Paniagua agradece el apoyo de la misión en Kabul a un representante del handing en el aeropuerto de Dubai, donde hicieron escala en agosto de 2021.
Heraldo

El teniente coronel José Ramón García Paniagua (La Muela, 1970) fue el responsable del Ala 31 en el aeropuerto de Kabul (Afganistán) donde rescataron en agosto pasado a 2.200 refugiados afganos para evacuarlos a España, tras la toma del poder en el país por parte de los talibanes. La operación duró 9 días. 

Pasados unos cuantos meses, el teniente coronel defiende la respuesta que se brindó a esta situación: "El poso que queda es el de ‘misión cumplida’. Fuimos a un escenario muy dinámico e incierto, con una unidad todavía en formación y con un sistema de armas que aún tiene ciertos problemas por inmaduro. Gracias al trabajo de todos cumplimos los objetivos asignados y regresamos todos a casa. También está la carga emocional de trabajar con los refugiados, saber que contribuíamos a darles una nueva oportunidad", sostiene.

Aun así, asume que la parte emocional fue "muy amplificada por el impacto mediático" y "con el tiempo, es desplazada por otros impactos emocionales (el traslado de los restos mortales de los pescadores de Terranova o los niños ucranianos) y quedan los resultados objetivos".

Asimismo, el teniente coronel reconoce que la misión de Kabul "demostró el potencial que tienen el avión A400 y sirvió para acallar algunas críticas" y "la aproximación que la unidad estaba tomando en cuanto al adiestramiento con el A400M era correcta". "El potencial que el avión da a una unidad entrenada es enorme. También nos enseñó cosas que hay que mejorar, cambios en nuestra manera de actuar y de entender el avión...", reconoce el teniente coronel. 

Una vez trascurrido el tiempo, el responsable del Ala 31 detalla que "la misión no acabó con la llegada a Zaragoza de los dos últimos aviones" porque "después vinieron unos meses de informes, estudios, reuniones y propuestas para mejorar la unidad; en ese sentido, claro que sirvió y mucho para que alcanzásemos el nivel actual de la Unidad, y para definir el nivel objetivo que tienen que alcanzar". 

Efectivos del Ala 31 y del EADA dela Base de Zaragoza que participaron en el rescate de 2.200 afganos el pasado mes de agosto.
Efectivos del Ala 31 y del EADA dela Base de Zaragoza que participaron en el rescate de 2.200 afganos el pasado mes de agosto.
Heraldo

Explica que las condecoraciones recibidas "son un reconocimiento al trabajo realizado". "Lucirla es un orgullo porque pone en valor el esfuerzo realizado y una responsabilidad porque representa el trabajo callado de muchos, sin cuya labor los actos meritorios por los que se te ha condecorado no hubiesen sido posibles", sostiene.

Aun así, el teniente coronel detalla que las condecoraciones en la milicia "son honorificas, no pensionadas ni acarrean privilegios monetarios, evidentemente tienen alguna repercusión en futuras evaluaciones y clasificaciones para el ascenso por lo que no han supuesto un cambio radical en nuestras vidas".

Concluye, despidiéndose, al responder sobre los efectos que pueden tener las misiones del Ala 31 en los presupuestos: "Es pronto para decirlo, pero me da que va a impactar mucho más el tema de Ucrania que la misión de Kabul".

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