23 de abril

"No pueden salir a la calle ni los que tienen una mascota en casa"

La aragonesa Carmen Nogués vive los rebrotes de la covid en Shanghái junto a su marido, Carlos Holgado, permanecen en cuarentena en su domicilio desde hace casi un mes. 

Carmen, en una de las PCR que le hacen cada dos días.
Carmen, en una de las PCR que le hacen cada dos días.
Heraldo

Más de dos años después del inicio de la pandemia, y mientras en Aragón nos acabamos de despedir de las mascarillas en interiores, China volvía a poner en marcha un completo paquete de medidas para frenar su mayor brote de covid desde el inicio de la primera ola. "Llevamos casi un mes con fuertes restricciones y la situación empieza a notarse", afirma la zaragozana Carmen Nogués, residente en Shanghái desde el año 2016 junto a su marido, el también zaragozano Carlos Holgado.

Para tratar de poner freno a esta nueva ola se toman todo tipo de medidas y restricciones que afectan, sobre todo, a la movilidad de las personas. "Ni siquiera quienes tienen mascotas tienen permitido salir a la calle. Hacen sus necesidades en casa, y si alguno sale de noche puede ser multado o castigado", indica la zaragozana, que destaca otro gran problema al que se están enfrentando en el país: la obtención de comida en muchos hogares porque “está todo paralizado".

Actualmente, los aragoneses llevan confinados en su domicilio desde el pasado 28 de marzo. "Comenzaron a hacer pruebas a toda la ciudadanía en zonas al aire libre y nos advirtieron que un positivo podía suponer el confinamiento de una comunidad de vecinos entera", relata. Y así ha sido en su caso. "Alguien de nuestra urbanización dio positivo y desde entonces estamos encerrados. Tan solo en su edificio residen en torno a 2.000 vecinos, distribuidos en 44 bloques y 12 plantas. Nadie puede abandonar su casa desde hace casi un mes.

Como explica Nogués, en principio eran dos semanas de encierro, “pero a día de hoy nadie nos ha dicho nada ni hemos recibido una notificación oficial al respecto", asevera. En estos momentos, les realizan una prueba cada dos días en la puerta de su casa: “Siempre salimos negativos, pero no nos dejan salir”. Además, diariamente, las autoridades desinfectan el edificio.

Con más de 26 millones de habitantes, Shanghái, la ciudad más grande del gigante asiático, continúa blindada para tratar de contener los contagios. Tras el inicio de estas pruebas masivas a pie de calle, así como el cierre de colegios y centros escolares o espacios como cines, teatros y centros comerciales, en los últimos días una de las nuevas medidas adoptadas por el Gobierno chino está dando la vuelta al mundo.

Se trata de las pruebas PCR que han comenzado a realizar a todo tipo de mascotas y animales de compañía: "Comenzó a correr el rumor de que los animales también podían contagiar a los humanos y la gente se lanzó a hacer pruebas". Perros, gatos, roedores, periquitos, loros o incluso los peces que se venden en el mercado, están siendo sometidos a estas pruebas.

Desde su llegada al gigante asiático han procurado volver a casa dos veces al año. Premisa que no han podido seguir desde finales de 2019. “Desde entonces no hemos podido viajar a España y, por el momento, parece que va a ser complicado. Ojalá pronto se acabe todo esto”, concluye.

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