Las oenegés facilitan alojamiento de emergencia a 1.258 ucranianos en Aragón y necesitan todavía más espacios
Las entidades sociales piden que los desplazamientos puedan acceder al IMV y no se les pida un año de empadronamiento.
Las entidades sociales que gestionan el programa de acogida de emergencia de refugiados ucranianos han creado ya 1.258 plazas para recibir y atender a familias. En las primeras semanas llegaban por sí mismas o a través de viajes de particulares y en las últimas vienen, mayoritariamente, derivadas desde los centros de recepción de Madrid y Pozuelo de Alarcón. La afluencia de desplazados, aunque mejor organizada, no cesa y las oenegés necesitan más espacios. Alertan de que ya es necesario disponer de alojamientos más estables en el tiempo porque los ucranianos no van a poder regresar a su país en mucho tiempo o, ante el nivel de destrucción, preferirán rehacer su vida en Aragón.
Estas y otras inquietudes trasladaron este viernes las oenegés que trabajan en el programa de protección temporal al presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, y a la consejera de Ciudadanía, María Victoria Broto.
Las entidades sociales también plantearon la necesidad de que este colectivo pueda acceder al Ingreso Mínimo Vital (IMV) y para ello no se les exija el año de empadronamiento que es uno de los requisitos. "Esta prestación depende del Gobierno central, pero es importante que se reclame desde las comunidades autónomas. Además, si se flexibiliza la renta social nacional lo mismo se hará con la aragonesa", explicó Fernando Pérez, coordinador autonómico de Cruz Roja en Aragón.
De las 1.258 plazas de acogida de emergencia, 461 corresponden a la Fundación Apip-Acam, 414 a Cruz Roja, 323 a Accem y 60 a Cepaim. Además de estas cuatro entidades sociales, también llevan a cabo este proyecto las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y la recién incorporada Ymca.
Los albergues, hostales y viviendas se encuentran en las tres capitales de provincia y en cerca de una veintena de localidades dispersas por el territorio. En el encuentro de este viernes con el presidente aragonés también se planteó la posibilidad de estudiar incentivos para que estas familias puedan asentarse en el medio rural. "Es un tema que tiene que abordarse con mucho cuidado porque conlleva una labor previa y de seguimiento", señaló Pérez.
El centro de acogida de Cruz Roja en Cella, con 50 plazas, espera recibir a los primeros refugiados este fin de semana y el de Alcalá de Gurrea, con 30 plazas, tras la Semana Santa. La Fundación Api-Acam está habilitando un dispositivo para 50 personas en Zaragoza y quiere abrir otro para 100 en Fraga. No obstante, las entidades también están empezando a centrarse en las personas que ya están instalados en sus hogares. "Estamos conversando con las plataformas empresariales para establecer convenios de colaboración de cara a las ofertas de empleo", concluyó Patricia Urzola, presidenta de Apip-Acam.
