semana santa

La Dolorosa, cinco siglos a paso lento

Un epidemia fue el germen de la Hermandad de San Joaquín y la Virgen de los Dolores. Procesionan a paso lento por Zaragoza y su historia. 

Cuentan que algo pasa en Zaragoza cuando llega el Miércoles Santo. Que un río lento y pausado sale de la iglesia de Santa Isabel de Portugal entre el gentío de la plaza del Justicia. Es un río negro, plata, de terciopelo y brillo, de rostro escondido. Así lo describe la grabación del periodista Ignacio Moreno que se reproduce cada año justo antes de la procesión.

En el interior de San Cayetano, como se nombra popularmente a este templo, aguardan formados los cientos de cofrades de la Hermandad de San Joaquín y la Virgen de los Dolores, que fecha su año de fundación en 1522. Entonces solo hacía 30 años desde que Cristóbal Colón había descubierto América, nació Margarita de Austria y la peste asolaba Zaragoza. Ese fue el germen de la hermandad.

Cada Miércoles Santo los murmullos y nervios se calman al grito de "abajo terceroles" y de un bombazo que retumba entre los pasos de otras cofradías que se custodian en San Cayetano como un tetris. Es entonces cuando estos devotos esconden su identidad bajo la prenda de terciopelo.

La Dolorosa no pudo procesionar en 2013 a causa de la lluvia.
La Dolorosa no pudo procesionar en 2013 a causa de la lluvia.
Asier Alcorta

El guión comienza un paso pendular y acompasado que continúa toda la procesión hasta las hermanas de mantilla. Al son de la 'Lenta' –una de las marchas más características de esta hermandad– caminan por los adoquines de la plaza y deambulan por el Casco Histórico de la ciudad. Entre toque y toque, un golpe de aro hace girar a toda la procesión para mirar a la Virgen de los Dolores. Enjoyada con plata y en una carroza de alpaca ilumina las angostas calles del Tubo y del entorno de la Seo. Méndez Núñez, Ossau, de los Estébanes, Dormer o del Cisne... Le rezan los siete dolores, que llevan anudados en el cíngulo. Eso y el cordel de la medalla son los únicos filos blancos de su hábito. La túnica es tela negra, que combina con los puños de terciopelo negro igual que el tercerol que da el anonimato a los hermanos.

En la carroza, bajo la talla de José Calero, procesiona un busto de San Joaquín, a quien se le debe el origen. En 1522, un grupo de comerciantes de la capital aragonesa se encomendaron al santo para pedir protección, revela la comisión del V centenario de la hermandad. La principal fuente es el libro 'Patrocinio del Glorioso San Joaquín', de Fray Juan Bautista de Murcia. El religioso relató que los vecinos de la calle de Cedacería –después Escuelas Pías y ahora avenida de César Augusto–, rezaron al padre de María. Satisfechos y agradecidos con el santo, decidieron ayudar a los ciudadanos de otras calles aledañas y pidieron al Prior del convento de Santo Domingo, en Predicadores, una capilla para fundar la cofradía. En ese enclave del barrio de San Pablo, lo que en la actualidad es el Centro de Documentación del Agua y del Medio Ambiente, comenzó la historia de la cofradía. Así lo avalan los manuscritos que conservan en la Hermandad y dan fe de su antigüedad.

Durante siglos, comerciantes e industriales han rendido –y rinden– honores a quien fuera el abuelo de Cristo. Ese espíritu mercantil se han mantenido a lo largo de los siglos. "Eran años de usura y en algunos momentos ser hermano era obligatorio para que se celebrara fiesta el domingo", sostiene Fernando Saldaña, actual decano de la hermandad. Cuando la procesión enfila la calle de Manifestación muchos cofrades continúan mirando a los escaparates de los que un día fueron sus negocios familiares. Los hermanos más veteranos recuerdan que comerciantes cofrades guardaban en sus tiendas algunos de los elementos de procesión. "La corona se guardaba en un comercio, el manto en otro, los faroles en otro...", rememoran.

Se alojaron en diferentes sedes, como en el convento de Predicadores. Allí, la cofradía tenía un altar que estaba presidido por una talla de San Joaquín que en la actualidad se venera en una capilla de Santa Isabel de Portugal. Esta imagen estaba custodiada por Santa Ana y San José, que se conservan en las Capuchinas de la calle del Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles. "Ahora hemos descubierto que en la parte baja del altar, la cofradía tenía doce sepulturas para los miembros", agrega Fernando Saldaña. Finalmente, en 1899 se instalaron en la iglesia de Santa Isabel de Portugal.

Virgen de los Dolores, con San Joaquín de fondo, en San Cayetano de Zaragoza.
Virgen de los Dolores, con San Joaquín de fondo, en San Cayetano de Zaragoza.
Oliver Duch
"Dronda hizo una intervención de mucha y breve relevancia"

La guerra de la Independencia y la desamortización pasaron factura a la cofradía, considera el decano. "Al parecer, solo se quedó un hermano, Manuel Dronda Azcárraga", apunta Saldaña. Sobre este ilustre, aunque no muy conocido, la comisión del aniversario ha iniciado un trabajo de investigación. "Fue el depositario del patrimonio de la hermandad. Conservaba el portapaz, la reliquia y los libros. Y como había constancia de que hubo un tapiz y una lámpara pero habían desaparecido, las donó de su bolsillo", explica Ricardo Navarro, miembro de la comisión junto a otros hermanos. En 1897 convocó a una reunión en el palacio Arzobispal y de ese encuentro surgió la refundación, hace ahora 125 años. "Hizo una intervención de mucha y breve relevancia", añade Navarro, que intenta poner en valor a Dronda, quien fuera dueño del palacio de Fuenclara y mecenas del psiquiátrico.

En plena Guerra Civil, en 1938, se vinculó a la talla de la Dolorosa, creando la Sección de la Virgen de los Dolores, dentro de la Hermandad de San Joaquín, por iniciativa de Esteban Ducay, comerciante de la calle de Alfonso I, cuenta la comisión, integrada también por Jorge Gracia y José Manuel Martínez. Así se integró en la Semana Santa zaragozana y pasó de ser una cofradía gremial a penitencial. 2Hubo un decano y un presidente durante varios años, hasta que a principios de los años 40 se unificó", cuenta Saldaña. Precisamente en esa época, en abril de 1941, se celebró el primer Encuentro junto a la Cofradía de Jesús Camino del Calvario, con quien todavía se protagoniza el mítico abrazo al filo del Jueves Santo en la plaza del Pilar.

La historia de la hermandad está íntimamente relacionada con el pasado de la ciudad. No solo porque algunos de sus hermanos hayan sido ilustres aragoneses, como el héroe de los Sitios Felipe Sanclemente, el comerciante y alcalde de Zaragoza Luis Gómez Laguna, los fotógrafos Coyne o el ya mencionado Manuel Dronda. "En unos ejercicios espirituales de la hermandad nació la idea de crear la corte de Caballeros de la Virgen del Pilar", añade el decano.

El recuerdo

El pasado de la hermandad también se encuentra en las cruces ‘in memoriam’, en recuerdo de los los nombres de los hermanos fallecidos. Estos atributos, envueltos en el incienso de los pebeteros, serán los protagonistas de la procesión del Recuerdo, que se celebrará el Lunes Santo desde el colegio de Compañía María hasta el Hospital Provincial de Nuestra Señora de Gracia. Ese acto, en memoria de los fallecidos en la pandemia de covid-19, será uno de los gestos del quinto centenario. "También hemos preparado una exposición sobre la historia que tendrá lugar en el patio de la Infanta de Ibercaja de septiembre a octubre, se está escribiendo una novela y esta Semana Santa se estrena nuevo patrimonio. Es la Virgen de la Divina Gracia, que ha sido donada por algunos hermanos, y un estandarte con la imagen de San Joaquín", enumera Saldaña.

Ese es el presente. El futuro de la hermandad lleva guantes blancos, el tercerol levantado con el rostro al descubierto y una gola –coloquialmente llamada babero–._Son los pajes de la Virgen, los hijos, nietos, bisnietos o tataranietos de cofrades que con desparpajo ya se defienden con las baquetas y las mazas en tambores y bombos de miniatura. Apuran para adelantar el pie izquierdo a la par que redoblan. Asimilan casi en el carro de bebé con los compases de 'Jorge', 'Homenaje', la 'Lenta Cortada' o la mítica 'Zaragoza' que les une al resto de cofradías y hermandades de la ciudad.

Procesión de la Dolorosa de 1965.
Procesión de la Dolorosa de 1965.
Archivo Municipal de Zaragoza

Y, sobre todo, la 'Lenta', esa que marca el paso pendular de los hermanos de la Dolorosa en sus salidas procesionales. De forma paradójica, la historia de esta hermandad también se ha escrito a ritmo lento y pausado, porque cinco siglos dan para mucho

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