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El juez mantiene la causa de violación grupal en Zaragoza contra siete miembros de la banda DDP

Saca del proceso a una mujer que estaba investigada por amenazas a la víctima. 

La Policía Nacional atribuye la agresión sexual a seis jóvenes vinculados a la banda latina Dominican Don't Play (DDP). Tres de ellos, incluido su líder, ya estaban en prisión provisional.
La Policía Nacional atribuye la agresión sexual a seis jóvenes vinculados a la banda latina Dominican Don't Play (DDP). Tres de ellos, incluido su líder, ya estaban en prisión provisional.
DGP

El titular del Juzgado de Instrucción 7 de Zaragoza, Rafael Lasala, mantiene el proceso a siete miembros de la banda DDP (Dominican Don’t Play) por una presunta violación grupal y se lo ha sobreseído provisionalmente a una mujer, Nicoleta G. M., que fue investigada por obstrucción a la Justicia y amenazas.

Esta decisión responde a la petición del archivo que hizo el abogado defensor Carlos Estremera y se basa en que “no se ha obtenido el más mínimo indicio” de las supuestas intimidaciones que puedo cometer la mujer a la víctima después de ocurrir los hechos (entre el 23 y 26 de junio de 2020). Además, el Ministerio Fiscal no ha informado que deba proseguirse la causa contra ella.

En el auto no se ha aceptado el archivo judicial de esta causa contra los miembros de la banda latina que dirige Steven Guarionex V. M., alias Biwan, y está integrada por sus dos lugartenientes, Miguel Santiago L. V. y Juan Estibel F.C., junto a Enok D. M., Pablo Andrés S. M., Mustapha K. A. y Jesús Pancracio E. B. El fiscal ya interpuso una querella contra ellos en septiembre de 2021 y ahora están pendientes de que se presente la acusación por los supuestos delitos contra la libertad sexual, contra la integridad moral, detención ilegal, lesiones psíquicas y revelación de secretos.

Aun así, el juez reconoce que la instrucción “afronta dificultades notables” por la falta de colaboración en la investigación por parte de la víctima porque se negó a responder preguntas de las defensas de los implicados y eso provocó que los implicados quedaron en libertad provisional el pasado 28 de octubre.

Sin embargo, Rafael Lasala agrega que aunque la mujer que pudo sufrir la violación grupal no lo haya denunciado, “el Ministerio Fiscal puede suplir esa falta de actividad y presentar la denuncia, como hizo en su momento y se ha mantenido en la misma línea en su último informe del 9 de marzo”.

Asimismo, el magistrado apunta que en las agresiones sexuales como este caso pueden confluir en el ánimo de la víctima entre los sentimientos de “rabia e impotencia y de legítimo desagravio” junto al “miedo, abatimiento e incluso vergüenza” que “son difíciles de apreciar”. Este motivo es el que le lleva al magistrado a no archivar una causa por un delito tan grave, contra el que el Ministerio Fiscal “mantiene la acción penal”.

Aunque reconoce que muchos de los datos de esta causa “son equívocos” y pueden dar lugar a “distintas equivocaciones”, ello conduce a una “evaluación” en un juicio oral, más que en una fase de instrucción, en la que para decidir el archivo “no debe haber el más mínimo indicio contra los investigados”.

En este sentido, el juez recuerda el “lamentable estado” en el que fue encontrada la víctima el pasado 26 de junio de 2020 en la confluencia de la avenida de Cesáreo Alierta y el camino de Cabaldós, cuando movía los brazos “de una manera inusual” mientras golpeaba el suelo con sus pies.

Al preguntarle qué le ocurría, ella contestó que “llevaba bichos por todo el cuerpo, mientras se rascaba por todo el cuerpo, haciendo especial hincapié en su zona vaginal y anal”. Además, manifestó luego que en el domicilio donde estuvo los días previos sintió unas “presencias” dentro de su cuerpo y las personas con las que estuvo “la sometieron a un ritual para sacarle el demonio a base de follarla”.

Como consecuencia de su estado, la joven fue trasladada al Hospital Royo Villanova, donde tuvo que ser inmovilizada mediante contenciones de seguridad porque sufría grandes ataques y se rascaba todo el cuerpo de forma compulsiva, mientras verbalizaba frases incoherentes. “Sin antecedentes psiquiátricos, fue derivada al área de Psiquiatría del Hospital Royo Villanova, donde permaneció varios días”, agrega el juez, mientras que la psiquiatra que le atendió manifestó a los agentes de la Policía Judicial que “la víctima había estado mostrando un cuadro psicótico con delirios”.

Las ocho grabaciones como prueba 

Para reforzar su decisión de no archivar la causa abierta sobre esta “violación en manada”, el juez Lasala recuerda que se aportaron como prueba documental “unas grabaciones” (al parecer son ocho diferentes) que reflejan “unas imágenes y actitudes que para la defensa pueden interpretarse en unos casos como agotamiento y cansancio y en otros como alegría festiva”, pero también pueden valorarse como “reflejo de la influencia de determinadas sustancias en la joven”. En algunas está “sumisa”, “casi inconsciente”, y en otras “bailando y contoneándose de forma extraña y absolutamente desnuda”.

Fuentes jurídicas señalaron que tres de los miembros de la DDP implicados en este proceso siguen en la prisión de Zuera porque tenían otras causas pendientes, pero otros tres salieron en libertad provisional el pasado 28 de octubre y un séptimo que no había sido localizado se presentó voluntariamente en el juzgado el pasado mes de febrero para prestar declaración.

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