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Así es la vida de los miembros de las bandas latinas en la prisión de Zuera: dinero, moda y vigilancia estrecha
Esta semana fueron cacheados por si se habían apoderado de armas blancas. No obstante, fuentes penitenciarias sostienen que "no dan guerra".
Alrededor de unos veinte presos del centro penitencario de Zuera proceden de las bandas latinas Dominican Don’t Play y Black Panther. Son las consecuencias de la macrodetención que realizó la Brigada de Información de la Policía Nacional de Zaragoza en dos acciones ocurridas entre marzo y mayo de 2021.
Fuentes penitenciarias precisan que el control de estos internos se hace de manera “especial” respecto a otros delincuentes comunes, con el fin de “evitar que desarrollen en la prisión conductas similares a las de la calle” aunque la experiencia es que “no reiteran” esas actitudes. "No dan guerra dentro", manifestan estas fuentes.
Por eso, estos presos son vigilados de una manera estrecha, aunque no llegan a los extremos de los integrantes de los FIES (Fichero de Internos de Especial Seguimiento) al no considerarlos tan peligrosos como una banda armada, es decir, como los miembros de ETA o del yihadismo, cuyas llamadas telefónicas o encuentros familiares se graban.
En medio de su seguimiento, los funcionarios reconocen que los miembros de las bandas latinas “lo llevan bien” en la cárcel de Zuera. Aun así, la semana pasada fueron cacheados dos veces ante la posibilidad de que portaran armas blancas como un machete porque se sospechaban que podrían ocultar hierros afilados, pero no se encontró nada.
Fuentes penitenciarias reconocen que los presos de las bandas latinas “tienen dinero” y “se pagan sus consumiciones en el economato”. “Con eso tienen cero problemas y son discretos”, agregan. Aun así, admiten que “son un poco extravagantes en su atuendo. Suelen llevar gorras, chándals y pantalones medio caídos, enseñando el trasero”, lo que a veces provoca que les llaman la atención pero entonces cumplen las normas de la cárcel.
