sucesos
La Policía detecta unos 40 miembros activos de bandas latinas en Zaragoza
Los integrantes de los Dominican Don’t Play y Black Panther reinciden en robos con violencia y lesiones graves
La Brigada de Información y el Grupo de Menores de la Policía Nacional tienen detectados alrededor de cuarenta jóvenes relacionados con las bandas latinas en Zaragoza, entre las que destacan los Dominican Don’t Play (DDP), de procedencia dominicana, y Black Panther, que reúne a colombianos.
No obstante, la cantidad de integrantes que tienen estos grupos no se considera como el problema principal para los efectivos de la Policía, que mantienen un seguimiento constante de los jóvenes. Consideran que lo más grave es la «mutirreincidencia», como manifiesta el inspector Carlos Franco, de Participación Ciudadana de la Policía Nacional.
Agresiones y sustracción
Los principales delitos que cometen los miembros de las bandas latinas de la capital aragonesa son los robos con violencia y agresiones o lesiones graves. «Esta violencia juvenil puede ser muy grave al utilizar machetes en sus acciones», señala el inspector Carlos Franco, quien suele dar charlas con compañeros en centros educativos de la capital, cuyo fin es prevenir con información para evitar que los adolescentes se integren en estos grupos.
Colegios y Policía trabajan conjuntamente para evitar la difusión de esta violencia. Fuentes policiales señalan que el problema de la utilización de los machetes por los menores es su gran «peligrosidad». Aun así, no ha habido lesiones graves en la ciudad en los últimos meses, pero «hay que preparar el terreno».
La Fiscalía de la Audiencia de Zaragoza presentó en noviembre la acusación a los integrantes de la DDP detenidos el año pasado con penas que suman 80 años de cárcel. Esta banda latina se afincó en Zaragoza en 2009 y desde entonces no ha dejado de sembrar la violencia en la ciudad. Tras una concatenación de agresiones y peleas tumultuarias con machetes en distintos parques y plazas de la capital, la Policía Nacional logró descabezar a la organización.
«Zaragoza no es como Madrid, pero puede salir algún caso», dice un agente, al comparar lo ocurrido en la capital de España, con los fallecidos Diego y Jaime, de 25 y 15 años, asesinados hace dos fines de semana a machetazos.
«Hay un trabajo permanente con los miembros radicales de las bandas y se hace a largo plazo. Es un problema por la radicalidad de la sociedad y el descontento de la juventud», detallan estas fuentes. Antes eran los ‘skins’, que aterrizaron en los 90, pero en la última década el protagonismo lo tienen las bandas latinas, que mantienen «una violencia latente». Concluyen que la generación de esta delincuencia se fundamenta en la existencia de «problemas sociales» que hay que atender. Pero de la desarticulación de la banda se pasa al reencuentro en la cárcel, por lo que abandonar la espiral de violencia no siempre es fácil.
