Las familias de acogida aragonesas esperan la llegada este fin de semana de otro autobús con 65 refugiados ucranianos

El vehículo fletado por un empresario zaragozano salió este viernes por la tarde desde Cracovia. La asociación espera organizar más viajes.

Algunos de los viajeros que el autobús recogió este viernes en Cracovia
Algunos de los viajeros que el autobús recogió este viernes en Cracovia
Heraldo.es

Los ‘padres’ aragoneses de la Asociación Asistencia a la Infancia esperan impacientes la llegada este fin de semana de otro autobús en el que viajan 65 refugiados ucranianos. Entre ellos hay un grupo de al menos 43 familias que en su mayoría son madres jóvenes que en su día pasaron sus vacaciones en la Comunidad y niños que también han visitado en alguna ocasión. El vehículo ha sido fletado por un empresario zaragozano, Carlos Alonso, que acudió a la zona y ofreció el transporte solidario a esta entidad.

Entre los viajeros que pisarán suelo zaragozano en la madrugada del domingo hay un grupo muy especial. Se trata de diez menores de entre 5 y 16 años, acompañados de tres mujeres, que la noche del martes lograron cruzar a Polonia después de una semana bloqueados. Pero no serán todos, porque a nueve niños huérfanos de la expedición el Gobierno ucraniano no les ha dejado salir solos. Sus familias de acogida han emprendido una campaña para dar a conocer una situación que consideran "injusta" e intentar que el Gobierno central tome cartas en el asunto.

Mientras, este segundo autocar de la Asociación Asistencia a la Infancia, que se suma al que ya recibieron el pasado sábado, partió ayer por la tarde con 19 refugiados de Cracovia y pasó por Gliwive a buscar a otros 46 antes de emprender el camino a España.

"¿Y por qué no? No sé lo que tiene que pasar para que la gente, si puede, haga algo por los demás y se movilice. He tenido un gesto solidario, como muchas otras personas, pero me han llamado y amigos y conocidos dispuestos a colaborar si se organiza otra iniciativa similar. También ha sido importante contar con una asociación oficial para saber las personas a las que había que recoger", explicó Alonso. Voló a Cracovia a principios de esta semana y una vez sobre el terreno se encargó de la logística.

Lo más impactante para él ha sido "ver pasar la frontera a las madres con los niños y a personas muy mayores, algunas llorando". De Polonia le "sorprendió" la "buena organización" en la acogida de los miles de desplazados que reciben cada día. "Hay gente en las estaciones, en los centros de refugiados, pero no aglomeraciones de personas en las calles sin saber dónde ir o desatendidas".

Lo que ha echado de menos, y lamenta, es "un organismo público español que de alguna forma organice y coordine estos viajes solidarios". "Sería más operativo y solvente si las iniciativas solidarias particulares que surgen como la mía estuvieran bajo un paraguas institucional", opinó.

En esta expedición no llegará Maksym, de 15 años, el ‘hijo’ ucraniano de la montisonense María Ángeles Fumanal. Él y su hermana melliza Yana son dos de los nueve menores que no han podido ser evacuados. "El viernes de madrugada, a las seis y medio, me envió un vídeo en el que se oían las sirenas y se veía fuego de los bombardeos en Leópolis –relató Fumanal –. Sabemos que están bien, han vuelto a casa de su tía abuela y seguiremos luchando para sacarlos de Ucrania".

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