educación

Interés por saber árabe: "Cuando viajas, a poco que digas en su idioma se sienten muy honrados"

Un centenar de personas estudian este curso en la sección de lengua árabe del Centro de Lenguas Modernas de la Universidad de Zaragoza, creada en los ochenta. Las ratios se redujeron para mejorar la docencia.

Charif Dandachli durante una clase de conversación de árabe, esta semana en el Centro de Lenguas Modernas.
Charif Dandachli, durante una clase de conversación de árabe, esta semana en el Centro de Lenguas Modernas.
Francisco Jiménez

Cuando de pequeña Concha Gaudó, profesora de Historia zaragozana ya jubilada, sintonizaba emisoras de radio recuerda que escuchaba canales en los que hablaban en árabe y eso le encantaba. Ahora, ya retirada del quehacer laboral, estudia desde hace ocho años ese idioma que le retrotrae al grato sonido de la infancia. "Desde el palote de 'alif' (la primera letra del alfabeto árabe) hasta las oraciones subordinadas son una maravilla. Es una cultura preciosa y una civilización muy atractiva", apunta.

Gaudó es una de las cien alumnas/os que estudian este curso 2021-2022 en la sección de lengua árabe del Centro Universitario de Lenguas Modernas (CULM) de la Universidad de Zaragoza, único centro público de Aragón donde se imparten clases en ese idioma. Asimismo, la Facultad de Filosofía y Letras cuenta por su parte con un departamento de árabe, con asignaturas optativas en el marco de la propia carrera.

El profesor libanés Charif Dandachli es el coordinador de la sección de lengua árabe, que fue creada a finales de los ochenta del siglo pasado; lo que da idea del interés que sigue existiendo en la Comunidad por un idioma minoritario -comparado con el inglés, francés y alemán-, pero que hablan más de 150 millones de personas en todo el mundo como primera lengua. "Llegamos a tener 300 alumnos, pero en la época de la crisis económica de 2008 hasta 2012-2014 el número bajó bastante y ahora hay una recuperación continua. Llama la atención otra vez y no hay tanto abandono como antes", comenta el docente, coincidiendo con la celebración, este sábado, del Día Mundial de la Lengua Árabe. Asimismo, desde el CULM indican que las ratios se redujeron hace unos años (grupos máximos de 14 personas por curso y de 10 para las clases de conversación) para mejorar la docencia, a lo que hay que sumar la limitación de aforos por la covid. "Lo que se consigue es que los estudiantes sean más constantes y haya más calidad docente", señalan.

En el Centro Universitario de Lenguas Modernas de Unizar se enseña árabe estándar, llamado 'fusha'.
En el Centro Universitario de Lenguas Modernas de Unizar se enseña árabe estándar, llamado 'fusha'.
Francisco Jiménez

Lo que se enseña en Unizar es un árabe estándar, que se llama 'fusha', con el que se pueden entender todos en el mundo árabe. "Existen dialectos en los distintos países y este es un árabe digamos de los medios comunicación", aclara Dandachli. Se estudia a lo largo de cinco cursos -desde A1 (principiantes) hasta en un nivel B2.1 (intermedio alto)- más otro de conversación. Se imparten en clases presenciales (con todas las medidas de seguridad por el virus) y al final de todo el periplo educativo se les concede un certificado propio del Centro Universitario de Lenguas Modernas.

Todo el que esté interesado en estudiarlo puede acceder al CULM, aunque el único requisito es tener el Bachillerato. Tal y como explica Charif Dandachli (uno de los dos docentes que imparten las clases), los grupos son muy heterogéneos: desde univesitarios de primer año de carrera hasta jubilados. "Viene mucha gente joven por el interés profesional, como por ejemplo alumnos de Derecho y Económicas. Saber árabe es un punto a favor en el currículum; al fin y al cabo, hay mucha relación en Aragón con el múndo árabe. Conozco gente que solo por saber algo del idioma le contrataron para trabajar", explica.

"Viene mucha gente joven por el interés profesional. Saber este idioma es un punto a favor en el cúrrículum. Hay mucha relación en Aragón con el mundo árabe"
Charif Dandachli, coordinador de la sección de lengua árabe del Centro Universitario de Lenguas Modernas de la Universidad de Zaragoza.
Charif Dandachli, coordinador de la sección de lengua árabe del Centro Universitario de Lenguas Modernas de la Universidad de Zaragoza.
Francisco Jiménez

Cristina Molina es una de las aragonesas que mantiene una estrecha relación con algunos de los sirios y libaneses asentados en la región. Estudió árabe en 2006 y ahora ha retomado el curso de conversación para "refrescarlo un poco". "Nunca me he desconectado de este idioma y he viajado tres veranos a esos países (a través de cursos que organizaba Dandachli en Trípoli, pero que se han suspendido temporalmente por la inestabilidad que reina en zonas de Oriente Medio). También creamos a través de esta sección una asociación de amistad árabe-aragonesa; hacíamos conferencias, excursiones, exposiciones... Ahora está en 'stand by'. Lengua y cultura van de la mano", cuenta.

Para esta zaragozana, a la que le gustan los idiomas, el árabe es complicado y a veces, "un poco desalentador". "Con un B1 y B2 de inglés te mueves por muchos países en cambio con el árabe las palabras cambian mucho y resulta difícil de entender. Lo más complicado es la gramática y la conversación. Por otro lado, cuando viajas por esos países, a poco que digas en árabe se sienten muy honrados de que hayas querido aprender su lenguaje y su cultura. Te abre muchas puertas", asegura.

Mientras, Concha Gaudó -que fue docente en dos secciones bilingües de francés y alemán en varios centros educativos de Zaragoza (entre ellos el Instituto Goya)- sostiene que la dificultad está en el vocabulario, que considera ajeno a las lenguas europeas. "El castellano tiene palabras árabes, que no las identifico, y que son de cáracter más antiguo e histórico. La metodología de clase es muy importante y mi experiencia es muy buena. Charif me atrapó, es un profesor magnífico; la naturalidad con la que da la clase, lo bien que articula la gramática con la expresión y la escritura....", dice con conocimiento de causa.

"La metodología de clase es muy importante y mi experiencia es muy buena. Charif me atrapó"
Concha Gaudó, profesora ya jubilada de Historia, estudia árabe en la Universidad de Zaragoza.
Concha Gaudó, profesora ya jubilada de Historia, estudia árabe en la Universidad de Zaragoza.
Francisco Jiménez

El docente aludido admite que se trata de un idioma distinto y, por lo tanto, difícil. "Pero terminan con un buen nivel. Es un contacto cultural que merece la pena. Invito a que la gente se anime. Además, tratamos a los estudiantes muy bien; estamos muy pendientes de ellos", asegura Dandachli, quien se muestra muy contento con su trabajo (estudió ingeniería técnica industrial en Zaragoza, donde recaló con tan solo 20 años, y después se recicló en estudios árabes islámicos). "Es una experiencia muy positiva y un gran placer que los alumnos te aprecien tanto", concluye.

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