coronavirus

El rastreo de la séptima ola: "Nos echamos a la calle como si aquí no pasara nada, pero sí que pasa"

Las enfermeras que siguen el rastro del virus alertan del incremento de casos y de la relajación de las medidas en gran parte de la población.

Pruebas PCR en el centro de salud del Arrabal
Pruebas PCR realizadas en el centro de salud del Arrabal a finales de la semana pasada.
Francisco Jiménez

En los últimos 15 días, 2.794 aragoneses se han contagiado de coronavirus. Si las previsiones se cumplen, la séptima ola no alcanzará una gran altura en comparación con las anteriores, pero de momento ya se ha extendido generosamente por amplias zonas de la Comunidad. Tan solo nueve zonas básicas de salud de Aragón se han librado de notificar casos en estas dos últimas semanas: Lafortunada, Hecho, Sos del Rey Católico, Luna, Ayerbe, Abiego, Villarroya de la Sierra, Ariza y Mosqueruela -donde no se notifican casos desde finales de agosto-.

Quienes día a día siguen el rastro del virus sufren el nuevo repunte, que para ellos es repunte también de trabajo. Todos coinciden en el diagnóstico: “Nos hemos olvidado de que el virus sigue aquí”, acuerdan los rastreadores y profesionales de Atención Primaria consultados. Según observan, el perfil ahora es muy variado. No hay un grupo de edad concreto, ni un estrato social o profesional específico que esté especialmente afectado y que ‘tire’ del resto. El virus llega de forma transversal y contagia tanto a vacunados como a no vacunados, aunque después el impacto sea distinto en unos y otros, según señalan.

Desde un centro de salud de la Margen Izquierda de Zaragoza apuntan que al principio de esta nueva ola “se veían más niños”, pero que ahora hay de todo. El caso es que este lunes tenían que hacer 77 llamadas de posibles contagiados, cuando hace un mes hacían “tres o cuatro, como mucho”. “La gente había visto la luz al final del túnel, se bajó la guardia y ahora nos está costando volver a la realidad. Nos echamos a la calle como si aquí no pasara nada, pero sí que pasa. Ahora vemos los frutos de este ‘aquí no pasa nada’”, señala una rastreadora de este centro de salud.

En el de Delicias Sur, la rastreadora Edurne Amatriain observa que venían de una situación “muy estable”, con uno o dos casos al día. “Ahora tenemos unos ocho de media, con perfiles de todo tipo”, cuenta. Eso sí, observa que la gente que está vacunada presenta “síntomas leves y menos transmisión”, mientras que los no vacunados tienen “más sintomatología”. Los contagios son “de tipo social”, algo que achaca a que “estamos más relajados”. “La percepción es que no hay covid, que no hay restricciones. Y sí que sigue habiendo casos y sigue muriendo gente por esta enfermedad. Es cosa de todos cumplir las medidas, la mascarilla, la distancia, el prestar atención a síntomas, el hacer test ante cualquier duda...”, recuerda esta enfermera.

Fraga, con 81 casos en estos 15 días, vuelve a ser una de las zonas de Aragón más afectadas. La coordinadora de enfermería del centro de salud de la localidad, Pilar Albás, cuenta que este lunes iban a hacer 60 pruebas diagnósticas por 5 positivos que salieron el fin de semana. “Lo que tenemos son contactos sociales, porque todo el mundo está en la calle y hace vida normal; nos hemos olvidado de que estamos en pandemia”, lamenta. Desde hace dos semanas, cada día tienen que hacer “unas 40 o 50 llamadas”, cuando hace un mes hacían 5 “como mucho”.

Albás señala que son casos “en su mayoría leves” gracias a la vacuna. No obstante, advierte que “siempre se te puede complicar algún vacunado”, sobre todo “si es una persona mayor y tiene otras patologías de base”. Según apunta, en esta etapa resulta más complicado controlar la expansión del virus porque a los positivos y a los contactos “les cuesta entender que tienen que estar en casa, aunque estén vacunados”. “Antes todo el mundo tenía asumido que le tocaba quedarse en casa. Ahora no sé si es que no hemos aprendido la lección o no la queremos aprender”, dice Albás.

Este repunte llega en un momento de falta de personal en los centros de salud, con menos sustituciones y una carga de trabajo al alza. Noelia Aguirre, coordinadora de enfermería en Delicias, señala que este repunte empieza a ser “un problema”, teniendo en cuenta que se añade a “la vacunación” y a “la poca gente que estamos” por las vacaciones y la rotación del personal.

Mari Carmen Lorente, coordinadora de Enfermería en Tauste, coincide en que “hay un problema de sustituciones” cuando el personal médico o de enfermería coge vacaciones. “Entonces se desestabiliza la plantilla, tienen que ponerse las pilas con eso”, señala. Aunque en esta localidad no han sufrido un repunte de casos demasiado acusado, Lorente observa que lo que llega son contagios “del ámbito familiar”. A la espera de que llegue o no hasta allí la séptima, en el centro de salud ven “con preocupación” lo que pasa en Europa y en otras zonas de Aragón más afectadas. “Ante cualquier duda, o cualquier síntoma compatible con la covid, hacemos pruebas o test para tratar de atajarlo rápido. Si algo nos ha enseñado esta pandemia es que no nos podemos confiar”, afirma.

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