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El microauge de los microcoches sin carné llega también a Aragón

El número de 'cuadriciclos ligeros' matriculados en España deja de ser anecdótico. La pandemia les impulsa por ser más baratos, sostenibles y considerarse más seguros para los adolescentes que las motos.

La dibujante Conxita Herrero tuneó uno de estos coches en la FNAC de Barcelona.
La dibujante Conxita Herrero tuneó uno de estos coches en la FNAC de Barcelona.
Citroën

No es lo habitual ver un vehículo de cuatro ruedas en una tienda de tecnología. En la FNAC de Zaragoza, desde hace semanas, se exhibe uno de los llamados coches sin carné (el modelo Ami de Citroën), que en Francia está causando estragos. La fiebre aún no se ha desatado en nuestro país, pero los expertos aseguran que llegará. De momento, son muchos los clientes que preguntan por estos coches (“hay más curiosidad que interés real”, explican), que pueden conducirse desde los 15 años con un simple permiso de ciclomotor.

Son muchos los motivos por los que en el país vecino se han disparado las ventas de los coches sin carné. En primer lugar por el ‘chauvinismo’, porque fue allí donde surgieron este tipo de coches como una solución de movilidad en las zonas rurales para las personas mayores. Ahora, sin embargo, les toman la delantera los más jóvenes porque la mayoría de estos conductores (en torno al 40%) tienen entre 15 y 18 años de edad, esto es, son menores que no pueden examinarse aún del carné y a los que los patinetes eléctricos se les quedan pequeños.

“Los microcoches son más seguros y más cómodos que las motos, por ejemplo”, afirma Rosa Larraga, que está valorando comprar uno a su hija de 17 años. “Quizá sea algo psicológico porque tienen más carrocería, pero parecen más seguros que una 'scooter'. Además, protegen de las inclemencias del tiempo”, comenta esta zaragozana. El ‘pero’, por descontado, es el precio, dado que los modelos más económicos rondan los 8.000 euros y, además, requieren también un seguro que cubra la responsabilidad civil.

Para ponerse al volante de estos vehículos no hace falta carné de conducir, pero sí una licencia de ciclomotor (tipo AM), esto es, sí hay que pasar pruebas y exámenes, aunque más sencillos (son en circuito cerrado) y económicos que en tradicional y temido carné B.

Pueden alcanzar los 45 km/h pero tienen
prohibido circular por autovías y autopistas

Este tipo de vehículos pueden circular prácticamente a la misma velocidad que los turismos normales en las ciudades (alcanzan los 45 km/h) pero tienen vetado salir a las autopistas y las autovías. Este condicionante es otro de los puntos fuertes para los progenitores, que son los que se rascan el bolsillo y financian la compra. “Otro de los motivos por los que están volviendo a pegar fuerte los llamados coches sin carné es que las compañías se han puesto las pilas y están haciendo cada vez modelos más atractivos”, comentan desde la FNAC, a cuya entrada está expuesto el Ami, que tanto éxito está teniendo -como quebraderos de cabeza está causando- por las calles de París.

Los microcoches llegaron a las carreteras españolas a finales de los 90 pero parece que la apuesta por la movilidad sostenible les está dando nuevas alas gracias a que los nuevos modelos son en su mayoría eléctricos. “La pandemia también ha hecho que se valoren más porque son pequeños y óptimos si se ha de viajar individualmente, pero la única ventaja real es que al ser tan compactos son más fáciles de aparcar en la ciudad”, comentan en los concesionarios, donde recelan de este tipo de vehículos porque los constructores han buscado circuitos alternativos para su venta: desde tiendas de tecnología, pasando por una gran apuesta ‘online’, hasta supermercados como Lidl, que se ha asociado a empresas del sector de la automoción.

Para evaluar el auge de estos coches diminutos podría recurrirse al número de matriculaciones, pero cualquier magnitud que se compare con el pandémico 2020 no evita la distorsión estadística. Dicen desde el sector que el año pasado se truncó “un crecimiento exponencial” y, a pesar de todo, sus cifras de ventas no cayeron tanto como en el resto de la automoción. El mercado de los coches sin carné sufrió un desplome del 27% cuando la tendencia general fue del 36%. ¿En qué se traducen estas cifras? En realidad se matriculan poco más de 2.500 de estos coches en España al año y en 2020 la cifra se quedó en 1.850, según los datos de GanVam (Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor) verificados por la DGT. Con estas cifras, parece algo insólito aún ver microcoches circulando por las calles aragonesas, si bien los hay muy parecidos como los de la compañía Atenzia, que tienen un modelo de Renault unipersonal.

Cada año se matriculan unos 2.500 vehículos de este tipo en España, menos del 2% del mercado

En el portal tucochesincarnet.com, donde se reúnen todas las marcas existentes en el mercado, explican que el Grupo Ligier se postula como líder de ventas en España y su modelo JS50 como el preferido en España. Del Aixam Mega también se despachan centenares de unidades en el mercado patrio, en donde acaba de entrar con fuerza los Eli Zero y los Ami de Citroën. Estos ofrecen 75 kilómetros de autonomía (una prueba más de que son exclusivos para ir por la ciudad) y tienen una batería que, como si fuera un teléfono móvil, tarda unas tres horas en cargarse.

Alejandro Cortés, zaragozano que veranea en Francia y cuyo vecino galo tiene uno de estos modelos, advierte de que puede haber cierta picaresca con estos vehículos y su falta de licencias. Existen conductores poco habilidosos, reincidentes o temerarios a los que se les ha retirado el carné y, sin embargo, se hacen con un cuadriciclo ligero para continuar conduciendo. “Sortean así el veto de Tráfico pero pueden seguir funcionando por la ciudad porque, tristemente, no saben estar sin coche”, explica. “No dejan de ser un peligro porque van muy despacio por caminos rurales y porque, en ocasiones y aunque lo tienen prohibido, se meten por más carreteras grandes”, añade. Precisamente por este motivo, por la poca fiabilidad del conductor ya sea una persona mayor o un adolescente, las aseguradoras tienen muchos recelos a la hora de ofrecer sus pólizas. Por cierto, que estos coches también tienen que pasar la ITV como el resto de vehículos: los cuatro primeros años están exentos, pero luego toca superar la revisión.

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