Luchar contra el ‘mal café’ tiene premio

La covid-19 ha supuesto una situación de incertidumbre, inestabilidad e incluso el cierre de gran cantidad de empresas. Sin embargo, ha habido algunas otras que, por diversos factores, no solo se han mantenido, sino que han podido, incluso, incrementar su actividad.

Uno de estos ejemplos es San Jorge Coffee Roasters, un tostadero de café ubicado en la localidad zaragozana de El Burgo de Ebro, que nació en 2016, en un momento en el que el denominado ‘café de especialidad’, puntuado con 85 puntos sobre cien en los estándares internacionales, comenzaba a aparecer en España. Su objetivo, consolidar el mercado de este tipo de café en nuestro país y, sobre todo, cambiar las reglas del juego que rigen en el mercado del mal café", rememora Ezequiel Garcés, CEO y Head Roaster de la compañía.

Cuando Garcés se refiere a "mal café", lo hace en tres ámbitos diferentes. El primero de ellos es el tueste: "Se tiende a tostar demasiado el café, con lo que se acaba quemando y después tiene un cierto sabor a carbón", afirma el responsable de San Jorge Coffee Roasters, quien, en segundo lugar, alude a la elaboración del café en algunos establecimientos para lamentar la "falta de formación barista especializada". La tercera mala práctica del café tiene que ver con los productores: "El café de cultivo extensivo cotiza en el mercado de valores y está sometido a especulaciones, lo que repercute negativamente en el precio que se les paga a los productores", señala Ezequiel Garcés.

Si bien los principios fueron complicados, la empresa pudo consolidarse en el mercado a base de mucho esfuerzo. La pandemia, al decretar el cierre de la hostelería, podía suponer un riesgo para la aventura de tres zaragozanos que quisieron cambiar el mundo del café. Sin embargo, tuvieron la habilidad de dar un giro de 180 grados a su actividad. "Empezamos a elaborar contenido audiovisual y a centrarnos en las ventas ‘online’ a particulares. Quisimos que todo el mundo pudiera tomarse en su casa el mejor café del mundo", recuerda Ezequiel Garcés.

Y el crecimiento ha sido tal que el pasado mes de abril tomaron la decisión de adquirir una tostadora de mayor tamaño y ampliar sus instalaciones. Para ello, necesitan una financiación de 500.000 euros. "Teníamos dos alternativas: una, la financiación tradicional bancaria y, otra, hacerlo de manera colectiva, a través de un ‘crowdfunding’. Optamos por la segunda, así que, a partir de ahora, la empresa ya no solo pertenecerá a los socios y al equipo, sino que será de todos aquellos que apuesten por nosotros cada día tomando café del bueno en sus hogares".

Reducción de emisiones

Pero, además de aumentar el tamaño de sus instalaciones, San Jorge Coffee Roasters quiere ser una empresa con emisiones de carbono en negativo. Es decir, llevar a cabo una reducción de emisiones de carbono mayor que la que generan. Para ello, van a plantar junto a sus nuevas instalaciones un bosque de Paulonias, unos árboles de origen asiático que absorben diez veces más CO2 que otras variedades. "Si bien en el tueste las emisiones de carbono no son demasiado elevadas, sí que aumentan en el transporte de los productos", apunta Ezequiel Garcés.

Mejor proyecto digital

A lo largo de sus seis años de vida, San Jorge Coffee Roasters ha tostado más de 60.000 kilos de café de más de 150 orígenes y ha abierto su propio establecimiento en el centro de la capital aragonesa.

Además, el pasado 21 de julio, la empresa zaragozana recibía el galardón a Mejor Proyecto Digital de Aragón a manos de los premios Aragón en la Red, por su innovación y capacidad de adaptación y transformación digital durante la crisis de la covid-19.