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Los nuevos residentes sanitarios: mucha ilusión y primeras experiencias

María Cuello, Guillermo Embid, Mario Bautista y Carmen Puerto son cuatro de los jóvenes de la nueva promoción mir y eir que se acaban de incorporar a hospitales y centros de salud en plena sexta ola de covid

Arriba, María Cuello y Mario Bautista. Y abajo, Guillermo Embid y Carmen Puerto.
Arriba, María Cuello y Mario Bautista. Y abajo, Guillermo Embid y Carmen Puerto.
Javier Belver/C. P.

Se incorporan con dos meses de retraso por culpa del coronavirus, en plena sexta ola de contagios en Aragón y en verano. La nueva promoción de médicos internos residentes (176 en la provincia de Zaragoza) han desembarcado estos días en los hospitales y centros de salud de la Comunidad. Reconocen que no es la mejor de las situaciones para comenzar sus años de formación, pero lo que no les falta son ganas de aprender y trabajar para convertirse en los mejores sanitarios.

"Después de todo el tiempo y el sacrificio que hemos puesto, llegamos con muchísima ilusión. Lo primero es aprender y crecer un montón tanto profesional como personalmente. Esto es una superexperiencia. He salido de mi casa, que está a muchos kilómetros de distancia, y sé que voy a conocer a mucha gente que está en las mismas circunstancias", indica la cordobesa Carmen Puerto, bióloga interna residente.

Esta joven forma parte de los 129 residentes del Sector Zaragoza II -comprendido por el Hospital Miguel Servet de Zaragoza y 21 equipos de Atención Primaria-, que incluye también a enfermeros internos residentes. Es el caso del aragonés Guillermo Embid, que hace hincapié en su deseo de poder "darlo todo". "Y más encima cuando todos los profesionales con los que nos cruzamos nos dicen que somos muy necesarios", indica. Recientemente, el Colegio de Médicos de Zaragoza insistía en la necesidad de que aumenten progresivamente el número de plazas MIR para paliar el déficit de médicos especialista.

Carmen, Guillermo, María Cuello y Mario Bautista nos cuentan cómo están siendo estos primeros días y analizan también cómo ven el sistema sanitario. Estos son sus testimonios:

Mario Bautista: "La sanidad cuenta con grandes profesionales, pero sería necesaria más dotación económica y recursos humanos"

Mario Bautista a la entrada del Hospital Miguel Servet en Zaragoza.
Mario Bautista a la entrada del Hospital Miguel Servet en Zaragoza.
Javier Belver

A Mario Bautista le gustaría llegar a ser el neurólogo que recomendaría a sus padres, un profesional que aunara "conocimiento, trato humano y empatía". Se decantó por esta especialidad cuando la estudió en cuarto de carrera y ahora acaba de incorporarse al Hospital Miguel Servet de Zaragoza como residente de primer año de Neurología con el número 43 de los mir de toda España.

Lo hace con ilusión, con ganas de aprovechar la experiencia, de formase bien y también de aportar lo que pueda a la sociedad aragonesa. "He estudiado y me he formado aquí", apunta este joven de 25 años -natural de la localidad de Aínsa-, que se siente muy arropado por los profesionales del centro sanitario en estos primeros días. "Saben que venimos de un año atípico. Nos están tratando muy bien y nos están enseñando mucho. También llego con incertidumbre, no sabes qué te gustará más y si vas a estar a la altura", añade.

Mario considera que la sanidad está muy sobrecargada, con mucho paciente complejo en general y a los que hay que sumar los ingresos por covid. "Es un problema más y lo están intentando gestionar lo mejor posible dentro de que es una situación difícil. La sanidad aragonesa cuenta con grandes profesionales dedicados a su población, pero sería necesaria más dotación económica y recursos humanos. Y también más inversión en las áreas rurales, hacen una labor increíble. En verano, en mi pueblo la población se puede triplicar y están los mismos médicos o incluso menos", subraya en reconocimiento al esfuerzo que hacen.

"Quiero devolver a la sociedad aragonesa lo que me ha dado. Formar a un médico es un proceso muy largo y que cuesta mucho dinero"

Por delante le esperan cuatro años de trabajo y formación y cuando termine quiere ejercer en la sanidad pública para "devolver" a la sociedad lo que le ha dado. "Formar a un médico es un proceso muy largo y a la sociedad le cuesta mucho dinero, muchos recursos y tiempo", asegura este joven oscense, que cuando se le pregunta por la fuga de talentos a trabajar a otros países responde: "Es un pena que formemos a gente y que no se pueda explotar toda esa inversión. Más que el salario, lo importante es la estabilidad, el poder desarrollar una carrera profesional".

María Cuello: "La carga de trabajo en Atención Primaria es muy grande. Todo el mundo hace todo lo que puede y más"

María Cuello en el centro de salud Las Fuentes Norte en Zaragoza.
María Cuello en el centro de salud Las Fuentes Norte en Zaragoza.
Javier Belver

Para María Cuello, la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria es la más humana y completa que hay. "Somos el primer contacto con el paciente, tanto en el centro de salud como en urgencias. El médico de familia es el que controla todo, está al tanto de lo que pasa con el resto de especialidades", resalta esta joven de Sabiñánigo de 25 años, para quien también un buen galeno es una combinación entre el ámbito personal y los conocimientos prácticos y teóricos. "Saber tratar al paciente no se estudia en un libro y es casi lo más importante. Conocer cuáles son sus necesidades... Trabajar la empatía", afirma.

El lunes se incorporó al centro de salud de Las Fuentes Norte de Zaragoza, donde estará los próximos cuatro meses para después rotar por distintas especialidades en el Miguel Servet de cara a la formación completa de un mir. "Sabemos que llegamos en un momento muy difícil, que hay una presión asistencial muy grande. Y más yo que empiezo por un centro de salud. Como vuelve a haber asistencia presencial y no presencial, la carga de trabajo en Atención Primaria es muy grande. No es el entorno más amable para comenzar, pero tenemos muchas ganas e ilusión y todos los adjuntos y médicos tutores nos están ayudando un motón y eso se agradece. Quiero convertirme en una buena médico y saber enfrentarme a todas las situaciones", destaca María, que también reconoce tener "un poco de respeto y miedo".

"Durante la pandemia, los sanitarios han dado lo mejor de sí y lo siguen haciendo, incluso llevando todo el cansancio acumulado. Es admirable el trabajo de todo el mundo"

Esta joven médico advierte de que se necesitan más recursos en Atención Primaria. "Es la puerta de entrada a la sanidad y puede cribar quien de verdad necesita asistencia hospitalaria, pero para eso hace falta tener más medios. Veo que hay mucha carga de trabajo y que todo el mundo -desde administración, enfermería y médicos- hace todo lo que puede y más. Durante la pandemia, los sanitarios han dado lo mejor de sí y lo siguen haciendo, incluso llevando todo el cansancio acumulado. Es admirable el trabajo de todo el mundo", indica.

Asimismo, María avisa de que es fundamental tomar conciencia de que la crisis sanitaria del coronavirus no ha terminado. "Hay que seguir manteniendo las precauciones y es muy importante que todo el mundo se vacune. La vacunación es el camino y la esperanza, si no siempre estaremos igual".

Carmen Puerto: "Desde el laboratorio de bioquímica clínica puedo ayudar a las personas, eso da una gran satisfacción"

La cordobesa Carmen Puerto, bióloga interna residente en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
La cordobesa Carmen Puerto, bióloga interna residente en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza.
C. P.

Su trabajo no tiene un contacto directo con el paciente, pero no por ello es menos importante. Como dice la joven cordobesa (de Lucena) Carmen Puerto, de 24 años y bióloga interna residente (bir) en el Miguel Servet, los médicos necesitan los resultados de una pruebas para tomar decisiones. "Somos superimportantes. Siento que desde el laboratorio clínico puedo ayudar a las personas y veo que mi trabajo tiene una aplicación diaria, lo cual da una gran satisfacción personal", confiesa.

Se debatía entre estudiar bioquímica o lmúsica (tocaba la flauta travesera en el conservatorio) y al final se decantó por la ciencia. La pasada semana comenzaba su formación en Bioquímica Clínica, tras lograr una de las solicitadas 50 plazas de su especialidad para toda España. "Cuando empecé la carrera no sabía de la existencia del bir y de la posibilidad de trabajar en hospitales", dice.

En los pocos días que lleva en el centro sanitario ha visto todo tipo de analíticas, incluidas de pacientes ingresados por la covid. "Desde el primer momento he empezado a trabajar con pruebas. He entrado en la parte del laboratorio de bioquímica donde se analizan las muestras que llegan urgentes y he visto mucha rapidez; el servicio es eficaz. Estoy muy contenta, hay muy buen ambiente, me han ayudado un montón y ya he aprendido muchísimo. Nosotros nos encargamos de revisar que las analíticas estén saliendo bien y si hay algún dato extraño pedir a los técnicos que se repitan o hacerlo nosotros mismos. Y damos la voz de alarma a los médicos cuando vemos que hay un resultado un poco crítico o sospechoso para que sean conscientes de ello", explica.

"Hasta que literalmente no se vacune a todo el mundo va a ser muy complicado que la pandemia se acabe por completo. En países en vías de desarrollo falta mucha vacunación"

Por otro lado, Carmen confía que la sociedad siga valorando la labor que los sanitarios y científicos llevan haciendo a lo largo de estos duros meses de pandemia. "Espero que no se nos olvide, que esos aplausos de las 20.00 no se queden en eso. Sin la ciencia no habríamos llegado hasta este momento en el que tenemos varias vacunas y un montón de test de diagnósticos. Está habiendo muchos contagios, pero gracias a que bastante población está vacunada no fallece tanta gente. Es un gran paso. No obstante, hasta que literalmente no se vacune a todo el mundo va a ser muy complicado que esto se acabe por completo. En otros países en vías de desarrollo falta mucha vacunación", advierte.

Guillermo Embid: "Enfermería necesita especializarse más y bolsas de trabajo acordes a esas especialidades"

Guillermo Embid en el Hospital Miguel Servet en Zaragoza.
El enfermero Guillermo Embid en el Hospital Miguel Servet en Zaragoza.
Javier Belver

Vacunando contra el coronavirus y en breve haciendo también pcr. El zaragozano Guillermo Embid, de 25 años y natural de Ricla, es enfermero interno residente (eir) en el centro de salud Las Fuentes Norte y ya está en primera línea luchando contra la pandemia. A diferencia del mir, la residencia del eir es de dos años y en el caso de este joven su especialidad es familia y comunitaria (estudió en la Universidad San Jorge de Zaragoza).

Su profesión le apasiona y está deseoso de ampliar sus conocimientos para ofrecer al paciente el mejor servicio. "El enfermero es la persona que cuida de ti, tanto la salud física como la mental. Nuestro papel es mucho más importante de lo que la gente piensa y también creo que los pacientes deberían hablar más y nosotros, escuchar también más. Me gustaría que se mejorara el trato con el paciente", advierte. 

Guillermo también hace otra reivindicación que considera importante: "Al igual que un médico no puede saber de todo, un enfermero tampoco. La población no entiende que hoy podamos estar, por ejemplo, en cirujía vascular y mañana nos manden a una planta de oncología. Enfermería necesita especializarse más y también bolsas de trabajo acordes a esas especialidades. En Medicina hay tropecientas y en Enfermería solo cinco o seis, y cada comunidad autónoma las desarrolla a su manera".

"Si hace falta contratar a más personas que se haga desde los equipos de supervisión. Lo principal es el paciente"

Asimismo, este enfermero aragonés resalta la calidad de la sanidad española y aragonesa, aunque cuestiona que un paciente tenga que esperar meses hasta que le den cita con un especialista y también habla de sanitarios exhaustos por la presión asistencial motivada por la pandemia. "Eso es un cliclo de no parar. Si hace falta contratar a más personas que se haga desde los equipos de supervisión. Lo principal es el paciente y el profesional que lo va a atender necesita sus horas de descanso, si no las tiene el perjudicado también va a ser el propio paciente", señala.

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