coronavirus
El fin de las mascarillas en el exterior: consejos y advertencias desde la farmacia
Los farmacéuticos recomiendan "respeto y precaución" ante el cambio normativo de este sábado y recuerdan que "el virus sigue circulando".
Este sábado muchas caras saldrán a la calle al descubierto. Por primera vez en meses, los aragoneses podrán prescindir de este elemento de protección frente al coronavirus en el exterior, siempre que se haga en condiciones de seguridad. Las farmacias, punto de abastecimiento habitual de estos productos, ya notan esta semana ese run-rún entre sus clientes. No obstante, estos profesionales sanitarios recomiendan “respeto y precaución” ante este cambio normativo y recuerdan que “el virus sigue circulando” por Aragón.
Así lo advierte Raquel García Fuertes, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza, quien recalca que esta medida “no implica que se haya acabado todo, ni que todo va fenomenal”. “Esto no implica una libertad absoluta”, señala, para recordar que “en Israel han tenido que volver a la mascarilla” después de levantar la obligatoriedad de su uso.
Desde el colegio ven la medida adecuada, pero siempre que quede claro que “la mascarilla no se ha acabado”, y que solo se puede prescindir de ella “si las condiciones lo permiten” y “con responsabilidad”. “Si entramos a la farmacia o a por el pan, o a cualquier lugar cerrado, hay que llevarla; o si estamos en la calle o en una terraza con mucha gente, también”, incide.
La presidenta del colegio de farmacéuticos recalca que “nos permiten que nos quitemos la mascarilla si queremos”. “Si yo considero que es mejor llevarla porque estoy sin vacunar, o porque tengo alergia, o porque noto un resfriado o simplemente porque estoy más seguro, nadie nos obliga a quitárnosla. No pasa nada porque alguien decida llevarla en todo momento”, incide.
El ‘quita y pon’ de la mascarilla en exteriores e interiores va a implicar tener que sacar y recoger este elemento de protección con mayor frecuencia que hasta ahora. Por eso, García Fuertes recuerda que si se retira de la boca, la mascarilla “hay que llevarla protegida”. “No es un pañuelo desechable, que se mete en el bolsillo y ya está, sino que es un tejido que está en contacto con nuestra boca y nuestra nariz, que tiene que estar en condiciones”. Por eso, recomienda usar portamascarillas, sobres o bolsitas para protegerlas cuando se lleven dentro del bolso o del bolsillo.
A pie de farmacia, Elena Lacalle (propietaria de un establecimiento en la calle Santa Teresa de Jesús de Zaragoza) ve que los clientes transmiten “prudencia” ante el cambio normativo. “A veces el sentido común de la gente ha tenido mejor resultado que las decisiones oficiales”, añade. No obstante, advierte de que “no se puede pasar de la noche al día”. “No podemos ir de que la gente vaya con mascarilla en bicicleta sin nadie alrededor, a que ahora todo sea ‘viva la vida’, con todo el mundo destapado y sin riesgo”, ejemplifica.
Por eso, recomienda “cabeza” ante esta nueva situación. “Si tienes el más mínimo síntoma catarral, ponte la mascarilla y no te la quites”, recomienda. Para facilitar el hecho de quitar y poner este elemento de protección, también recomienda envoltorios para cubrirlos, e incluso los colgantes que sujetan al cuello el ‘cubrebocas’. “Puede ser cómodo y práctico para algunas situaciones”, señala.
Desde su farmacia de La Joyosa, Enrique Eguizabal también lanza “un mensaje de cautela a la población”. “La mascarilla parece que se acaba, pero hay que seguir usándola en muchos sitios. Una flexibilización no significa que tenemos que dejar de llevarla en todo momento”, dice. En un momento en el que su localidad sufre uno de sus peores brotes de la pandemia, califica esta decisión de “quizá un poco precipitada”, por lo que recomienda “mucho cuidado”.
