El debate sobre el permiso menstrual genera dudas entre los sindicatos aragoneses

La medida acordada en el Ayuntamiento de Gerona no está sobre la mesa de la administración aragonesa. Algunos colectivos la aplauden y otros consideran que es un paso atrás en materia de igualdad y podría desincentivar la contratación de mujeres.

El síndrome premenstrual puede provocar pérdidas de concentración.
El síndrome premenstrual puede provocar una disminución de la concentración.
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Aún no se ha aprobado, pero ya está generando un intenso debate. Las trabajadoras del Ayuntamiento de Gerona dispondrán de un permiso menstrual, que les permitirá ausentarse del trabajo un máximo de ocho horas al mes los días que tengan la regla. Estas horas tendrán que recuperarlas después, pero las trabajadoras disfrutarán de cierta “flexibilización horaria” que sus compañeros no tendrán. La medida, que aún debe ratificarse en el pleno de junio, está resultando controvertida: incluso algunos sindicatos recelan de ella porque puede desincentivar la contratación femenina.

En Aragón, de momento, las instituciones consultadas aseguran que no se ha planteado ni se ha puesto sobre la mesa en ninguna negociación colectiva, aunque la intención de la Intersindical catalana CSC es llevar el permiso a todos los centros de trabajo en los que tienen representación. “En el Ayuntamiento de Zaragoza nunca se ha planteado, ni siquiera por parte de los sindicatos”, explican fuentes municipales. Tampoco ha estado el debate sobre la mesa en los consistorios oscense ni turolense, donde recuerdan que las grandes contratas cuentan con cláusulas sociales y de género en las que se busca la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. En Zaragoza, una de las funciones de la concejal Marifé Antoñanzas es presidir la Comisión de Igualdad en la que participan sindicatos, grupos políticos y personal técnico, y en donde se trabajan en el próximo Plan de Igualdad, que no prevé tratar este asunto.

Elena Pérez, de la Secretaría de la Mujer de Comisiones Obreras Aragón, opina que “en general, si el permiso viene a mejorar las condiciones de vida y trabajo de las mujeres trabajadoras es una cuestión correcta”. No obstante, también advierte de que el proceso de reflexión debe ser más sosegado y ambicioso. En el momento en el que se planteara una medida semejante “generalizada a nivel estatal, habría que valorar la propuesta con unos criterios médicos y científicos y un proceso de mayor análisis”, afirma Pérez.

Por su parte, desde el sindicato CSIF-Zaragoza consideran una "prueba piloto" la emprendida en el Ayuntamiento de Gerona y explican que se basa en iniciativas que ya se hacen en otros países como China, Japón o Corea del Sur. "Aquí nos falta información y queremos ver cómo funciona este permiso en Gerona. Pero tenemos claro que no puede convertirse en una herramienta que sustituya a una baja laboral", apuntan.

En el sindicato OSTA apuestan por "visibilizar en la negociación colectiva medidas que favorezcan la conciliación de la vida laboral y la salud de las trabajadoras". Olga Gómez, del departamento de Igualdad, opina que "el mercado laboral está hecho por y para los hombres" y que "la mujer se ha adaptado a un sistema patriarcal, que no tiene en cuenta las necesidades y diferencias desde un punto de vista fisiológico". Así, teme que algunas mujeres disfracen estas patologías con otras "y puedan parecer débiles o enfermas".

El debate surge tras comprobar que algunas empleadas gastaban días de vacaciones durante la regla al no poder conciliar salud y trabajo

Según la asociación sindical CSC, que ha impulsado la medida de forma pionera en Gerona, las conversaciones partieron de exponer al Consistorio que algunas empleadas utilizaban habitualmente días de vacaciones o festivos durante la menstruación ante la imposibilidad por razones fisiológicas de conciliar salud y trabajo. El sindicato asegura que, por primera vez, se sitúa un proceso fisiológico “ignorado y estigmatizado” en este nivel de conversaciones. El acuerdo, que parece que contará con el aval de los grupos políticos, afectaría a la plantilla de un Ayuntamiento que tiene 1.050 trabajadores, la mitad de los cuales son mujeres.

Las voces contrarias a la medida explican que con esta propuesta se pueden tapar enfermedades más graves relacionadas con la menstruación como la dismenorrea o la endometriosis, en cuyo caso sería necesario hacer uso de una baja médica para ser tratado como un problema de salud general. También alegan que las molestias menstruales no afectan a todas las mujeres por igual, con lo que no debería implementarse una norma susceptible de quedar a discreción del trabajador, quien también podría exigir horas por otro tipo de dolencias como migrañas, colon irritable, hernias lumbares, ataques de asma...

La crónica de las protestas por la sentencia italiana en 1991.
La crónica de las protestas por la sentencia italiana en 1991.
Heraldo

El tema del permiso menstrual no es nuevo y, de hecho, echando un vistazo a la hemeroteca se comprueba que ya se discutía de este asunto desde hace 30 años. Justo en 1991 fue muy polémica una sentencia del Tribunal Supremo italiano que admitía (y definía) el síndrome premenstrual como enfermedad, lo que llevó a sindicatos y colectivos feministas a salir a la calle porque consideraban la sentencia era un paso atrás en la lucha por la igualdad y a la hora de acceder al mercado laboral.

Los ginecólogos explican que el síndrome premenstrual tiene como origen un trastorno de tipo hormonal, que provoca determinadas alteraciones como los cambios en la neurotransmisión cerebral, el aumento de las secreciones de estrógenos y la disminución de progesterona. Estas molestias se producen desde el período que precede a la ovulación y hasta la aparición de la hemorragia menstrual que pone fin a estas alteraciones. La frecuencia y la intensidad de los síntomas dependen de cada mujer: algunas no tienen ningún tipo de dolor y otras pueden verse severamente afectadas. Son estas diferencias las que generan dudas sobre una medida uniforme, que solo sería útil “unas horas determinadas en unos momentos muy concretos”, dicen los sindicatos.

Las opiniones se dividen entre quienes lo ven como un avance y quienes lo consideran paternalista y contrario a la igualdad

Dentro de las modificaciones psicológicas que se sienten los días previos a la regla, las más comunes son la irritación, la depresión o una disminución de la concentración. En cuanto a las físicas, las más frecuentes son la acumulación excesiva de líquido en los tejidos que provoca una hinchazón generalizada, el aumento del cansancio y una excesiva sensibilidad en las mamas.

El permiso menstrual está más o menos generalizado en países asiáticos (Japón, Indonesia, Corea del Sur...) pero apenas se ha extendido en Occidente, donde se considera que las bajas laborales cubren este espectro. De hecho, administraciones como la de EE. UU. han tachado estos permisos de “paternalistas” y han insistido en que la verdadera protección necesaria es la de los meses del embarazo. 

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