Terrorismo

"El etarra que mató a mi padre va a volver al País Vasco sin pedir perdón"

El hijo de Alfonso Parada, asesinado por ETA, expresa su dolor por el traslado de su asesino de Zuera a Zaballa.

Imagen de la ‘caravana de la muerte’, interceptada en Contamina en 1999
Imagen de la ‘caravana de la muerte’, interceptada en Contamina en 1999
Oliver Duch

El etarra Igor Martínez de Osaba será trasladado en los próximos días desde la cárcel de Zuera a la de Zaballa (Álava) para acabar de cumplir sus condenas por el asesinato de Alfonso Parada, subteniente de la Guardia Civil, en 1998 y por participar en la ‘caravana de la muerte’ solo un año después. Formada por dos furgonetas que transportaba 1.700 kilos de explosivos rumbo a Madrid, fueron intervenidas en Contamina y Alhama de Aragón.

Instituciones Penitenciarias ha valorado su buen comportamiento (es deportista y trabaja en los talleres) y su rechazo a la violencia (a través de cartas) en los 12 años que lleva en la prisión zaragozana. Pero Nacho Parada, de 55 años e hijo de la víctima, no entiende que se le otorgue este beneficio penitenciario: "El etarra que mató a mi padre va a volver sin pedir perdón a la familia ni asumir la responsabilidad civil".

Martínez de Osaba fue condenado a 29 años por asesinar a Alfonso Parada el 8 de mayo de 1998, cuando paseaba por las inmediaciones de su vivienda, en la calle de las Juntas Generales, de Vitoria. Y poco después le impusieron 22 años por organizar, con el comando Basurde, la ‘caravana de la muerte’, interceptada en Aragón con 1.700 kilos de explosivos.

Asumió en ese juicio su participación, junto a los etarras Alicia Sáez de la Cuesta y José María Novoa, en el traslado de esas furgonetas desde el sur de Francia, operación con la que ETA quiso rearmarse tras el final de la tregua para cometer un gran atentado en las Navidades de ese año en la capital de España. Martínez de Osaba fue detenido en el año 2000 y lleva preso en Zuera desde 2009.

El día en que Nacho Parada, que todavía reside en Vitoria, supo que el asesino de su padre iba a beneficiarse de escribir cartas de rechazo de la violencia se quedó perplejo. "Estamos en pleno proceso de blanquear a los etarras. Mi familia no ha recibido ninguna carta de Martínez de Osaba y en dos años puede salir con el tercer grado cuando venga a Zaballa", lamenta.

Todavía le hace más daño cuando Instituciones Penitenciarias hace público que el preso de ETA está asumiendo la responsabilidad civil del atentado, siendo que él solo recibió la indemnización de víctima que le concedió el Ministerio del Interior. La mala suerte provocó que, un tiempo después, un banquero le estafara esa cuantía, que finalmente acabó perdiendo.

"A mi padre lo mataron cuando estaba ya jubilado en 1998, con 61 años y tras haber trabajado de interventor de armas en el aeropuerto y en Información. Como estaba en la reserva era más fácil matarlo. Había salido en varios papeles", recuerda Parada.

Cartas de rechazo de violencia

Fuentes penitenciarias señalaron que Igor Martínez de Osaba escribe cartas de rechazo a la violencia remitidas a la Secretaría de Instituciones Penitenciarias y no ha tenido ningún incidente en la cárcel de Zuera, donde trabaja en los talleres de una fábrica de lámparas, cuyo empresario lo tiene muy valorado por su labor. Asimismo, agregaron que parte del dinero que recibe por su trabajo en el taller se deposita después para asumir la responsabilidad civil, si bien el hijo de la víctima no ha recibido ese ingreso.

"Del etarra no me ha llegado nada de indemnización por la muerte de mi padre. Y cuando venga a Zaballa, veremos que pronto saldrá con el tercer grado porque le aplicarán la ley Nanclares", criticó el hijo del subteniente de la Guardia Civil. Al parecer, Alicia Sáez de Cuesta, otra etarra implicada en la ‘caravana de la muerte’ y en el asesinato del subteniente, también ha recibido esos beneficios. Ya ha sido trasladada coyunturalmente a Zaballa desde la prisión de Logroño, donde permanece para cuidar a su padre.

Fuentes penitenciarias señalaron que estos beneficios no suelen implicar el envío de misivas a las propias familias de los asesinados en los atentados, sino a las instituciones. Además, el pacto que va a cerrar el Gobierno de Pedro Sánchez con el PNV para el traspaso de la gestión de las prisiones puede acelerar los terceros grados de estos presos.

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