coronavirus

El 'efecto autovía' o cómo las carreteras transmiten el virus por Aragón

Las autovías y autopistas de la comunidad se han revelado como una peligrosa vía de difusión del virus, si se dan las circunstancias adecuadas. La A-22 y la AP-68 son dos buenos ejemplos.

Imagen de la salida de zaragozanos hacia el Pirineo durante la pasada Semana Santa.
Imagen de la salida de zaragozanos hacia el Pirineo durante la pasada Semana Santa.
Pablo Segura

El virus viaja cómodo por las carreteras de dos carriles. En Aragón, la mayoría de las autovías y autopistas se han revelado como excelentes vías de transmisión de los contagios. No son un factor único ni suficiente por sí mismo para expandir la covid, pero sí que facilitan enormemente una difusión masiva si concurren las condiciones necesarias. En esta última ola en ciernes, la quinta en la Comunidad, la A-22 y la AP-68 vuelven a demostrarlo.

Tanto en verano -con la campaña de la fruta- como en las últimas semanas, el explosivo aumento de casos en la frontera entre Lérida y Huesca ha tenido dos excelentes vías de transmisión en la AP-2 (hacia Fraga) y en la A-22 (hacia Huesca). “Cuando vimos que subían los casos en Lérida, sabíamos que detrás iríamos nosotros”, comentaba esta semana una enfermera del centro de salud de Fraga. En este caso, el cierre perimetral de la Comunidad no logra contener el virus, ya que el trasiego de trabajadores y estudiantes de un lado al otro de la frontera es constante.

En la provincia catalana se empezaron a disparar los casos hace más de dos semanas. Poco a poco, se fueron expandiendo hacia Fraga (dirección AP-2) y hacia Binéfar (dirección A-22). El incremento de los contagios ha sido tal que este lunes el Gobierno de Aragón ha decidido confinar perimetralmente tanto la capital del Bajo Cinca como la comarca entera de La Litera.

Un poco más allá, siguiendo por la A-22 hacia Huesca, Monzón también está sufriendo un aumento significativo de los contagios, y este martes su zona básica de salud lideró los contagios de Aragón, con 12 nuevos casos. El eco del rebrote ilerdense llega hasta Barbastro “e incluso hasta Huesca”, según apunta Enrique Bernal, investigador sénior del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud (IACS) y colaborador de la OMS y de la Consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón. Basta observar el mapa de contagios de la Comunidad para identificar una clara mancha en tonos intensos entre Lérida y la capital altoaragonesa.

La carretera de Logroño también ha tenido su ‘efecto autopista’. Con los casos disparados en Navarra, en Tarazona las cosas pronto se complicaron, y las consecuencias también han llegado a localidades del corredor del Ebro como Tauste. También se nota al norte de la AP-68, en Ejea de los Caballeros y en el resto de las Cinco Villas. Este eje del Ebro de La Rioja, Navarra y Aragón, con una fuerte interconexión personal, familiar y profesional, ha sufrido en muchos momentos de la pandemia el trasvase de casos de unas comunidades a otras.

“Las comunicaciones influyen en la transmisión del virus, lo llevamos viendo durante meses en Aragón. Sobre todo, cuando se conectan polos de atracción de servicios y profesionales”, señala Bernal. Este investigador considera, no obstante, que estas vías cómodas de transporte “son una condición necesaria, pero no suficiente” para una rápida transmisión de los contagios.

Se ha visto, por ejemplo, en la A-23 desde Zaragoza hacia el Pirineo. En octubre del año pasado, durante el puente del Pilar, fue una vía fundamental de transmisión del virus desde la capital aragonesa hacia el Pirineo. Ahora, tras la Semana Santa, la salida de zaragozanos hacia el norte de momento no ha tenido un efecto tan explosivo, aunque ya se empiecen a detectar casos en algunas localidades como Jaca, Biescas o Graus

“Para que se expanda el virus con fuerza a través de estas vías la tasa de contagios tiene que estar lo suficientemente alta en el punto de origen -comenta Bernal-”, algo que tal vez no ocurría en Zaragoza durante los días previos a la Semana Santa, a diferencia de lo que pasaba tanto en Lérida como en Navarra.

La A-23 hasta ahora no ha tenido tanta importancia en este aspecto -tal vez por su menor intensidad de tráfico- en su tramo hacia Teruel. Esta provincia presenta actualmente una situación envidiable. En lo que va de mes solo ha tenido 45 de los 2.569 casos de Aragón. La capital turolense solo ha sufrido seis. Además, toda la zona de Gúdar-Javalambre en Semana Santa ha estado protegida por el cierre perimetral de Aragón de la llegada de valencianos.

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