Monrepós registró un 22% más de tráfico que la Semana Santa de 2019 pese al confinamiento autonómico

El mayor número de desplazamientos en el día y a segundas residencias por parte de los turistas aragoneses puede estar detrás de esta llamativa cifra.

La Guardia Civil vigiló el domingo el tráfico en Hostal de Ipiés, cerca del inicio del puerto de Monrepós.
La Guardia Civil vigiló el domingo el tráfico en Hostal de Ipiés, cerca del inicio del puerto de Monrepós.
Pablo Segura

El tráfico por el puerto de Monrepós (A-23), uno de los principales indicadores turísticos del Pirineo, no solo no se ha resentido esta Semana Santa respecto a la de 2019 (la del año pasado no se puede valorar ya que estaba en vigor el confinamiento domiciliario) sino que ha aumentado un 22%, pasando de 59.137 a 72.275 vehículos entre el miércoles y el domingo, según los datos facilitados por la Jefatura Provincial de Tráfico.

Un aumento de circulación que viene a corroborar el lleno que han vuelto a vivir este largo puente festivo tiendas, bares, restaurantes y muchos hoteles de los distintos valles pirenaicos y que ha supuesto una "inyección de moral" para el sector tras la larga sequía del invierno. 

Entre las causas de este incremento de tráfico hacia el Pirineo pueden estar el mayor número de viajes en el día de visitantes de Zaragoza, Huesca y Teruel para hacer excursiones por la montaña o visitar lugares de interés turístico (las nuevas pasarelas de Panticosa, por ejemplo, recibieron 6.600 visitantes), además de los desplazamientos a las segundas residencias del Pirineo ante la imposibilidad de disfrutar de la playa por los cierres perimetrales. Tampoco los aragoneses han realizado este año viajes al extranjero.

Así, el incremento de turismo ‘de casa’ ha compensado la caída de visitantes de otras comunidades, especialmente de Madrid o de la Comunidad Valenciana ya que estos sí que utilizan Monrepós como vía de acceso principal hacia el Pirineo. No ocurre lo mismo, por ejemplo, con navarros y vascos por un lado y con catalanes por el otro, que utilizan principalmente la A-21 y la A-22 respectivamente.

En concreto, el puerto de Monrepós contabilizó el paso de 18.016 vehículos el miércoles 31 de marzo (12.121 en 2019); 15.762 el jueves 1 de abril (12.943 en 2019); 12.132 el viernes 2 de abril (10.339 en 2019); 12.274 el sábado 3 de abril (10.760 en 2019) y 14.091 el domingo 4 de abril (12.974 en 2019). 

La concentración de vehículos provocó atascos durante toda la mañana y hasta primera hora de la tarde del Jueves Santo, sobre todo a la altura de Lanave, cuando se acaba la autovía y empieza de nuevo la carretera convencional, un cuello de botella que tardará en resolverse, pues el tramo de 7 kilómetros hasta Sabiñánigo aún está pendiente de licitar. Ese mismo día, muchos de estos conductores ya habían sufrido retenciones kilométricas por un accidente en la A-23 a la altura de la localidad de San Jorge.

Sin embargo, la operación regreso de Semana Santa fue más escalonada y no se repitió la imagen de esos atascos. Según el Centro de Gestión de Tráfico, la normalidad protagonizó la jornada del domingo en la red viaria de la Comunidad. Solo destacaron por la elevada intensidad de la circulación las rutas entre el Pirineo y Zaragoza, especialmente la A-23 y la N-330, en el puerto de Monrepós. También la A-23 de Huesca a la capital aragonesa, al confluir los conductores que regresaban de Jaca o Sabiñánigo y los que lo hacían desde el Sobrarbe o el valle de Benasque.

La Guardia Civil estuvo regulando el tráfico en los puntos más conflictivos entre Sabiñánigo y Lanave, que no son de autovía, donde se circuló a menor velocidad, pero sin retenciones destacables.

Ya el primer fin de semana que se levantaron los confinamientos provinciales, el tráfico por Monrepós se duplicó. Del 12 al 14 de marzo, la circulación se disparó hasta los 28.588 vehículos, frente a 13.926 del anterior.

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