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Animales que ayudan: "Pones tu seguridad en sus cuatro patas"

La ONCE cuenta en Aragón con 22 perros guías, la Fundación Canem ha entregado 146 canes de alerta médica desde 2013 en toda España y 72 niños se beneficiaron el año pasado de las intervenciones asistidas con caballos que realiza Aldeas Infantiles SOS en la Comunidad.

Silvia Borrego, de la ONCE, con su perra Osuna en Zaragoza.
Silvia Borrego, de la ONCE, con su perra Osuna en Zaragoza.
S. B.

Hace unos días Silvia Borrego, jefa de los servicios sociales para personas afiliadas de la ONCE en Aragón, Navarra y La Rioja, se libró de ser atropellada en una calle de Zaragoza gracias a su perra Osuna. "Un coche se saltó el ceda el paso y si no llego a ir con ella se me hubiera llevado por delante. Vio que no paraba y clavó sus cuatro patas en el suelo", explica.

Este es un ejemplo de la ayuda que nos prestan los animales, en este caso en personas invidentes pero que se puede trasladar a gente que padece enfermedades, con trastornos o a mujeres que son víctimas de la violencia de género. De hecho, este martes, la Diputación Provincial de Zaragoza y la asociación Escan ponían en marcha un proyecto pionero en la Comunidad centrado en la terapia emocional asistida con perros adiestrados para maltratadas.

En el apartado de las personas ciegas, en la actualidad la ONCE cuenta en Aragón con 22 perros guías que son los ojos de otros tantos afiliados. "Lo que más nos aportan es autonomía, libertad a la hora de movernos por la ciudad y mucha seguridad para enfrentarte a distintas situaciones, como por ejemplo las zonas de plataformas únicas que son muy complicadas para nosotros", indica Borrego, quien también resalta el lado afectivo. "En nuestro caso esa relación es todavía más estrecha y potente; estamos las 24 horas del día con ellos. Pones tu seguridad en sus cuatro patas. Es un sentimiento de gratitud y una confianza plena la que tenemos en ellos. Yo tengo a Osuna desde hace 4 años y medio", añade.

Pastor alemán, golden retriever y labrador son las tres razas con las que trabajan en la ONCE. Tal y como destaca la jefa de los servicios sociales, buscan canes inteligentes, que aprendan rápido y con "características de querer agradar". Los 12 años es la edad máxima en la que prestan sus servicios y, tras su jubilación, la mayoría son adoptados por los usuarios. "Tenemos claro que son seres vivos y tenemos que velar por que estén en las mejores condiciones posibles. Hay más solicitudes que entregas de perros y se hace un cribado previo y un asesoramiento a la persona que está interesada", informa.

Alerta médica a través del olfato

Por su parte, Lidia Nicuesa, con diabetes tipo 1, tiene desde 2013 a Cini, una Jack Russell Terrier que le avisa con una antelación de 20 minutos de posibles subidas o bajadas de azúcar. Es el primer animal que la Fundación Canem entregó tras especializarse ese año en perros de alerta médica para personas con diabetes y epilepsia. Desde entonces, ha dado 146 en toda España -12 en Aragón- a través de sus becas anuales.

Lidia Nicuesa con Cini, su perra de alerta médica.
Lidia Nicuesa con Cini, su perra de alerta médica.
L. N.

Para este 2021, la entidad aragonesa tiene como objetivo proporcionar otros 20 frente a las más de 200 solicitudes que recibe cada año. "Nuestro trabajo es la búsqueda activa de fondos para preparar a los perros, hacer visible su papel, dar a conocer la diabetes y la epilepsia y mejorar la legislación de accesibilidad de los perros de asistencia", detalla Paco Martín, presidente de la Fundación Canem y adiestrador de profesión.

En lo que va de año, Perros de Alerta -que comparte con Canem equipo e instalaciones en Zaragoza- está preparando 11 ejemplares de alerta médica y su capacidad anual supera los 50. Quien tiene dinero para pagar los 4.000 euros que cuesta uno de los Jack Russell Terrier adiestrados acude directamente a esta entidad aragonesa y quien no, solicita una de las becas de la Fundación. 

Ladridos que cambian vidas

Paco Martín explica que a través del olfato estos perros detectan que una persona va a tener una crisis epiléptica o una subida o bajada de azúcar con tiempo suficiente para reaccionar. "Con ese aviso tan anticipado te permite seguir con tu día a día y no parar por un malestar grave. Te tomas un zumo y continúas", dice. 

A Lidia Nicuesa -responsable de Perros de Alerta y también adiestradora- Cini le advierte entre 3 y 4 veces al día. "Nosotros lo llamamos ladridos que cambian vidas. Una persona con diabetes tiene que mantener todo el tiempo los niveles de glucosa dentro del objetivo. Como usuario te sientes independiente y tu familia sabe que estás protegido. Te da la tranquilidad de poder responder ante cualquier imprevisto", afirma.

Una de las terapeutas ecuestres de Aldeas Infantiles SOS Aragón con un niño dentro de la terapia que prestan.
La terapeuta ecuestre María Virgos, de Aldeas Infantiles SOS Aragón, con un niño dentro de la actividades que prestan.
Aldeas Infantiles

Mientras, Aldeas Infantiles SOS Aragón realiza intervenciones asistidas con caballos (IAC), es decir, actividades terapéuticas o educativas donde se utiliza este animal y su entorno natural como "elemento mediador para la consecución de los diferentes objetivos programados de forma individualizada para cada niño". El año pasado, un total de 72 menores se beneficiaron de ellas acudiendo semanalmente a sus instalaciones en Villamayor de Gállego.

Múltiples beneficios

Según explica María Virgos, una de sus terapeutas ecuestres, las actividades están dirigidas a los menores de Aldeas Infantiles SOS y otros niños/as, adolescentes y jóvenes "procedentes de familias en riesgo de exclusión social que presentan diversidad funcional (física, cognitiva, social, sensorial o conductual), necesidades educativas especiales o trastornos generales del desarrollo".

Entre los beneficios que para los chavales aporta el trabajo con los caballos destacan, entre otros, la mejora de sus capacidades físicas, cognitivas y las habilidades sociales y emocionales y el fomento de la adquisición de herramientas socioeducativas y terapéuticas que favorezcan su desarrollo integral.

Fue en el año 2013 cuando comenzaron estas sesiones con caballos en el Espacio Malvaseda. "Y desde entonces ha habido una creciente demanda de niños y grupos que necesitan y desean participar de estas actividades", recuerda, por su parte, Mamen Andrés, también terapeuta ecuestre de Aldeas Infantiles, que detalla que acuden al Espacio Malvaseda aulas TEA (trastorno del espectro autista) y colegios de Educación Especial. "Y de forma particular niños con otras problemáticas o patologías que pueden beneficiarse de este tipo de terapias", añade.

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