Heraldo del Campo

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Adecuara, un lustro sembrando empresas en el Pirineo

El vivero de empresas de Adecuara cumple cinco años siendo un agente clave para el desarrollo de proyectos empresariales en el Pirineo.

Los proyectos pueden utilizar las instalaciones de Adecuara durante un periodo inicial de tres años prorrogable a dos más.
Los proyectos pueden utilizar las instalaciones de Adecuara durante un periodo inicial de tres años prorrogable a dos más.
Adecuara

Cuando hace unos cuatro años Pilar Gil decidió junto a su marido comercializar las croquetas caseras que elaboraba en el bar de la pequeña localidad de Jasa, "no sabía ni por dónde empezar". Actualmente, sus croquetas de cuatro sabores diferentes, con ingredientes completamente naturales y artesanas, se pueden adquirir en los establecimientos que el Grupo IFA tiene por todo el Alto Aragón.

Para llegar hasta aquí fue fundamental su paso por el vivero de empresas de Adecuara, un proyecto que ahora cumple cinco años de actividad y que nació para ser un "elemento dinamizador, promoviendo herramientas que potencien el desarrollo y consolidación de los proyectos, creando sinergias con agentes sectoriales de cada línea de producción y con el territorio", como explica el presidente de Adecuara, Jesús Lacasta.

"Sin ellos no habríamos podido llegar donde estamos", reconoce Gil. "Muchas veces tienes una idea pero no sabes cómo llevarla a cabo porque hay infinidad de aspectos que no conocemos, cosas tan pequeñas pero tan importantes como elaborar una etiqueta correcta", añade.

Por ello, el vivero de Adecuara proporciona, además de un espacio de trabajo y una maquinaria a la que no siempre podrían acceder en un primer momento, un seguimiento y unos servicios relacionados con la actividad que les permitan establecerse por sí mismos en su próxima etapa fuera, y un asesoramiento en aspectos de todo tipo (legales, fiscales o sanitarios).

Para poder convertirse en viverista hay que pasar por un proceso en el que se valora la madurez y la viabilidad técnica y económica de los proyectos. La actividad propuesta debe estar contemplada en los registros sanitarios de los que disponen las instalaciones. El acceso depende también de la disponibilidad tanto de espacio como temporal de los obradores, ya que son compartidos por varias empresas.

"La flexibilidad horaria es clave para facilitar el despegue de pequeñas producciones, que en general no se inician como actividad principal. El acceso a las instalaciones es las 24 horas, los 7 días de la semana, durante todo el año", incide Lacasta.

Los proyectos que cumplen con los requisitos pasan a trabajar bajo el número de Registro Sanitario de Adecuara y sus condiciones durante un periodo inicial de tres años y prorrogable a dos años más, tiempo que se considera "suficiente" para que los proyectos cojan la fuerza necesaria para establecerse por sí mismos.

Este registro sanitario único va más allá de una cuestión administrativa: "Los estándares de calidad y exigencia del vivero están muy por encima de lo convencional. Esto hace que nos tengamos que esmerar mucho más y ofrecer un buen producto", afirma Javier Guerrero, creador junto a su esposa, Esther Rodríguez, de Hidromiel Guerrero. Ellos llevan cerca de tres años en el vivero y aún ven lejano el momento de salir, ya que la producción de hidromiel es una actividad complementaria a su fuente de ingresos principal, algo que es prácticamente común a todos los viveristas en sus inicios.

En la etapa de salida, después de cinco años, se encuentra Bal Minuta, la bodega que produce los vinos a mayor altitud de España. "El vivero nos ha ayudado a crecer con seguridad, sin tener que asumir grandes riesgos económicos, que son casi imposibles para un proyecto que arranca", destaca Pilar Gracia, creadora, junto a su pareja Ernest Guasch, de Bal Minuta. La próxima producción ya saldrá de su propia bodega, que prevén que esté concluida este verano.

Dos ubicaciones

Los viveros se ubican en naves municipales en los polígonos industriales de Jaca y Biescas. El de Jaca cuenta con una nave de 475 metros cuadrados que alberga tres obradores: uno para mermeladas y repostería, otro para platos preparados y una sala de despiece de carnes frescas. La nave de Biescas tiene 520 metros y cuenta con otros tres obradores: de extracción y envasado de miel, bodega para vinos y licores y obrador de lácteos. En estos cinco años han pasado por sus instalaciones un total de 20 iniciativas empresariales.

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