Trabajadores, universitarios… ¿quién duerme estos días en los hoteles de Zaragoza?

Con las fronteras de Zaragoza, de su provincia y de Aragón cerradas, ¿quién duerme estos días en los hoteles de la capital aragonesa? Sin turistas, los pocos clientes con los que cuentan estos establecimientos son trabajadores que tienen que pasar unos días en la ciudad, pacientes que vienen a hacerse pruebas o revisiones a los hospitales, universitarios que recurren a una habitación hasta encontrar otro alojamiento… “Los negocios están tratando de innovar para atraer clientes de otra manera, pero la situación es dramática”, comenta Jesús Boillos, gerente de Horeca Zaragoza.

Los cálculos hablan de que estos días apenas se ocupan el 5% de las plazas hoteleras que tiene la ciudad. Muchos negocios directamente han decidido cerrar sus puertas a la espera de tiempos mejores. El último recuento que hizo el sector, en otoño, hablaba de que el 40% de los hoteles están cerrados. Ahora, a falta de una cifra exacta, todos dan por hecho que ya son más de la mitad los que han bajado la persiana de forma temporal o definitiva. También hay quien ha optado por cerrar los fines de semana, ante las nulas perspectivas de negocio para esos días.

Ante la imposibilidad de que lleguen visitantes de fuera de la ciudad, los nichos de mercado son “muy limitados”, como admite el director del Hotel Avenida, Ignacio Nieto: “Vienen trabajadores, autónomos, gente que acude a las revisiones del hospital Miguel Servet, alguna pareja joven de Zaragoza, clientes que están de obras en casa… Son cosas muy puntuales”. Pese a que la situación es “trágica”, este hotel ha hecho obras en la planta baja para poder facilitar a los clientes espacios en los que puedan trabajar cómodamente o tener reuniones de trabajo (dentro de lo que permiten las normas sanitarias de cada momento).

Además, las restricciones a la hostelería les han animado a este negocio a servir cenas, cuando hasta ahora solo daban desayunos. “Los clientes no los demandaban, porque como todo cierra a las 20.00, tenían que pedir la comida muy pronto o recurrir a restaurantes a domicilio”, explica Nieto. En los hoteles, este servicio está permitido hasta las 22.00. Aún así, la situación es “desesperante”, ya que los clientes hay días que se reducen a la mínima expresión, pero “los gastos de luz, calefacción y otros servicios siguen siendo los mismos”, apunta el director de este hotel de la avenida de César Augusto.

Otros alojamientos también han optado por soluciones imaginativas. Algunos han lanzado ofertas de larga estancia, otros han habilitado espacios para vender productos, salas polivalentes para que los clientes puedan celebrar actos o reuniones, alquileres solo para trabajar durante el día a modo de oficina… El hotel Sauce, por ejemplo, ha abierto al público en los bajos de su edificio una pastelería, con la que tratan de endulzar la vida a los zaragozanos en estos tiempos de pandemia.

La situación general del sector es muy dura. Los hoteles han perdido gran parte de los clientes que tenían tanto entre semana (por la suspensión de los congresos y eventos) como el fin de semana (por la imposibilidad de hacer turismo). “Todo eso ha desaparecido”, señala Jesús Boillos. El gerente de Horeca señala que están “en un punto de colapso total”. “Hay hoteles de cien plazas que, si llegan a ocupar diez, es que han tenido un gran día”, ejemplifica.

Ahora, solo esperan a que la situación epidemiológica mejore y, poco a poco, vayan levantándose las restricciones. "Si la gente no se puede mover, estamos perdidos", lamenta.