perspectivas 2021

Mavi Doñate: "Está siendo un regalo poder vivir y contar este momento histórico"

Para quien ha estado en el epicentro de la pandemia, hacer planes a corto plazo es hoy una utopía. La periodista zaragozana Mavi Doñate confiesa estar adaptándose aún a lo que venga. 

Mavi Doñate posa en un rincón típico de la capital de China. Lleva un año sin salir de este país asiático.
Mavi Doñate posa en un rincón típico de la capital de China. Lleva un año sin salir de este país asiático.
Jon Barandica

- ¿Dónde estaba cuándo se declaró la pandemia?

Cuando la covid-19 se empezó a extender por todo el mundo estaba en Pekín preparando el viaje para ir a Wuhan. Se iba a reabrir la ciudad y además empezaba el fin del confinamiento de toda la población, de sus 12 millones de habitantes, después de más de dos meses y medio encerrados totalmente en sus casas. RTVE tenía que estar allí para contar algo que no tenía precedentes en ningún lugar del mundo.

- ¿Ha cambiado su forma de trabajar?

La covid-19 ha cambiado muchas cosas. Aquí ha sido un año de adaptarnos a unas medidas de control estrictas y de obligado cumplimiento. De movernos por todas partes con códigos QR de salud, de cuarentenas severas con detector de movimientos en la puerta que avisaba al Comité del Barrio si andabas un paso de más por el pasillo, o de no poder cubrir en el sitio unas revueltas en Tailandia o unas elecciones en Myanmar. Salir a la calle con una cámara en China es complicado. Y este año todavía peor. Veo reportajes que hice hace cinco años aquí y creo que ahora serían impensables porque se han cerrado más.

- Publicaba el pasado mes de junio un tuit "agotada" por la censura y la presencia policial. ¿Cuesta más que antes sacar una información propia?

Ese tuit fue la expresión de una pequeña gota que colmó el vaso, aunque la situación que estaba viviendo en ese momento de rodaje era realmente desagradable e injusta. Hacía unos días que en Pekín se había declarado un brote relacionado con el mercado mayorista más grande de la ciudad. Propuse a mi equipo salir al barrio más cercano del Mercado para intentar hablar con los vecinos, preguntarles si tenían miedo, y comprobar si estaban confinados. 

La sorpresa fue que, casualmente, nos encontramos con los primeros test masivos que se hacían en China después de los de Wuhan. Colas de miles de vecinos que daban la vuelta a manzanas enteras de edificios y que esperaban para hacerse la PCR. Nos brillaban los ojos, teníamos una pedazo de historia, pero claro, a los pocos minutos llegó la policía. Nos hicieron borrar todo lo poco que habíamos podido rodar en ese tiempo. Estuvimos más de 40 minutos bajo el sol de junio rodeados de unos diez policías que tenían nuestra documentación, con caras de pocos amigos y sin querer escuchar cuando les decíamos que lo que queríamos contar era buenísimo, que ojalá en España se hiciesen así los test preventivos. Así que, desesperada, puse ese tuit sin pensarlo mucho. Fue un arrebato porque la situación de echarnos de un sitio en la calle, de mandarnos borrar el material, de pedirnos la documentación no era nueva ni con la policía, ni con los Comités de Barrios, ni con los vigilantes de cualquier esquina… Así es salir a la calle con una cámara en China. Y este año todavía peor. No conceden la mayoría de los permisos que pedimos solo por ser prensa extranjera…

- ¿Qué destacaría de la gestión china?

Las cosas positivas se resumen en una, se lo han tomado en serio con el objetivo claro y prioritario, por encima de otros intereses, de lograr 0 contagios, de erradicar este coronavirus. El sacrificio de Wuhan, el control tecnológico, el cierre de fronteras... Podemos estar, o no de acuerdo, pero no podemos negar que les ha funcionado.

En lo negativo, el silencio inicial, la inacción de unas autoridades cuando todo empezó. Es incomprensible, por ejemplo, que la Policía castigase a un médico por avisar, antes de que la epidemia se descontrolado en Wuhan, de que había una "neumonía extraña" parecida al SARS de 2003. O que penalicen con cárcel a una colega china por hacer su trabajo, por contar desde Wuhan lo que pasaba en enero y febrero allí. Son estas cosas que aquí se nos hacen muy duras.

"Son las primeras Navidades de mi vida fuera de Zaragoza y de Panticosa. Creo que no voy a tener brazos para rodear a los míos"

- Desde que comenzó la crisis no ha podido volver. ¿Echa de menos Aragón?

El 20 de diciembre cumplo un año sin salir de China, y creo que tengo para unos cuantos meses. Son las primeras Navidades de mi vida fuera de Zaragoza y de Panticosa. Creo que no voy a tener brazos para rodear a mis padres, hermanos, tíos, sobrinos, primos y amigos cuando me pueda encontrar con ellos. Pero esto lo digo desde la emoción, no desde la queja. Para mí ha sido y está siendo un regalo estar en esta parte del mundo y poder vivir y contar este momento histórico. El reencuentro con todo lo que para mí es Zaragoza será un regalo de vida.

"El reencuentro con todo lo que para mí es Zaragoza será un regalo de vida"

- ¿Qué cree que nos depara el 2021?

¡Ojalá tuviera una receta para mejorar situaciones! Lo que nos depara el 2021 lo hacemos nosotros, solo hay una pequeña parte de azar o de destino. Toda crisis es un cambio y sobre todo no hay que tenerle pánico. Creo que la covid-19 ha puesto al descubierto muchas carencias en nuestro mundo occidental. Pecamos de egocéntricos. En España se necesitan políticos que piensen en las generaciones venideras y no en ganar elecciones a toda costa, periodistas que recuperen la calle y las historias que de verdad interesan, y un sistema educativo que forme en Ética, Historia y Filosofía, más formación humanística que nos ayuda a ser más felices, en definitiva, a aprender a estar bien con nosotros mismos para afrontar cualquier crisis que nos venga y sobrevivir a ella.

- ¿El buen periodismo podría salir reforzado de esta crisis?

El buen periodismo es caro, muy caro. Aquí hay dos vertientes. Una la de los empresarios de los medios; la otra, nosotros mismos. Sobre la primera. Desde la comprensión de lo difícil que debe ser cuadrar las cuentas económicas en un periódico, en una televisión, el ideal sería más inversión en equipos humanos y técnicos y cierta libertad de publicación con independencia de los intereses editoriales y de los inversores. Invertir en una redacción bien remunerada y formada, en reportajes propios que exigen tiempo y dinero a la larga tendría que ser rentable. 

Sobre lo segundo, nosotros, e incluyo a editores y jefes en los medios, creo que se ha perdido el sentido de "cazador" que tiene que tener todo periodista. Salir a la calle, buscar historias, distanciarnos de los comunicados oficiales, de las ruedas de prensa que no admiten preguntas... Debemos estar en formación intelectual continua y también sacar provecho de las nuevas tecnologías y formatos. Quizá este año con la covid ha habido demasiado seguidismo de la agenda marcada por los Gobiernos, y de esto, el político gana mucho y nosotros perdemos todo. A mí me extrañaba que durante la primera ola, la prensa no se hiciese más participativa de lo que se estaba viviendo. Pocos hacían los reportajes que yo habría querido hacer aquí y que la censura china me lo impedía.

- ¿Qué aportaciones puede realizar este oficio para el progreso colectivo?

Yo soy de las que creen que aporta mucho si lo hacemos bien. Aporta no solo información, sino también formación, entretenimiento. Aporta más Democracia, más libertad ciudadana, más ganas de saber más de todo... Esto es lo que debe aportar el buen Periodismo.

(Este es un avance de las 60 entrevistas recogidas en el libro elaborado por la redacción de HERALDO DE ARAGÓN 'Perspectivas 2021' que estará a la venta desde el 31 de diciembre. Puede consultar las piezas que contiene el libro a partir de esa fecha en el siguiente enlace: Perspectivas 2021).