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Monte su propio medidor de CO2: el diseño de dos ingenieros aragoneses

La empresa Zierzo2 ha diseñado un sensor para medir la calidad del aire en tiempos de pandemia. Con un kit, los clientes pueden fabricar y hasta imprimir en 3D las piezas necesarias.

Un medidor de CO2 creado por la empresa Zierzo2.
Un medidor de CO2 creado por la empresa Zierzo2.
Oliver Duch

En tiempos de pandemia, y con la teoría de los aerosoles cada vez más implantada, la preocupación por la calidad del aire que respiramos es mayor. ¿Estamos en un espacio lo suficientemente ventilado? ¿Cuándo hay que abrir las ventanas? ¿Cuánto rato? Para responder a estas preguntas, los medidores de CO2 son un buen aliado. Permiten comprobar si el aire está renovado o si, por el contrario, hay una alta concentración de aire que ya ha sido respirado. En este último caso, si el aire procede de una persona infectada hay riesgo elevado de contagio de coronavirus por aerosoles.

Dos ingenieros aragoneses han dado un paso para extender el uso de estos medidores. El zaragozano Jorge Alba y el bilbilitano Ricardo Aguado han creado un aparato que debe montar el propio cliente y que, aseguran, arroja “mediciones muy precisas a un precio económico”. Los precios pueden oscilar entre los 30 y los 70 euros, o menos incluso si el cliente consigue o fabrica las piezas por su cuenta. Ellos venden el kit para montar el aparato, pero cualquier ciudadano puede comprar los componentes en una tienda o, incluso, imprimírselos con una impresora 3D.

Para ello, ofrecen un código abierto para que los clientes puedan montar el aparato y hacer sus modificaciones o aportaciones según sus necesidades.

Físicamente, el aparato tiene una llamativa tira led de colores, que van cambiando dependiendo de la concentración de CO2 que haya en el ambiente. Si los niveles son adecuados, se mantiene en verde. Si empiezan a ser peligrosos cambia a naranja, con lo que avisa de que conviene ventilar. Y si supera los niveles admisibles, se pone en rojo. Tanto los colores como los parámetros que hacen pasar de un nivel a otro los puede cambiar el propio usuario.

“El aparato permite que las personas que están en el interior de un espacio sepan si el aire está renovado o no. Esto no nos libra del coronavirus, pero si el aire es limpio es más complicado que haya partículas en suspensión”, explica Aguado. A su juicio, hay dos sitios en los que el aparato puede tener un buen uso: los colegios y los comercios: “Ver un color verde da una tranquilidad grande al alumnado y al profesorado. Y en un comercio puede ser un signo de calidad, de que estoy entrando en un espacio seguro y en el que se preocupan por estas cosas”.

Jorge Alba es, junto con Ricardo Aguado, el creador de este medidor de CO2.
Jorge Alba es, junto con Ricardo Aguado, el creador de este medidor de CO2.
Oliver Duch

Además, en el caso de los colegios el producto aporta el plus del montaje y programación del aparato, que puede suponer un reto y un aprendizaje para los alumnos. “Hay una gran diferencia entre la educación de antes y la de ahora, debido a los avances de la tecnología. Con ellos, es más fácil comprender algo aparentemente tan complejo como un sensor de CO2. Puede despertar la mente del alumnado”, opina Aguado, quien cree que es positivo acercar el mundo ‘maker’ a la población general.

Los kits se comenzaron a comercializar el pasado lunes, pero en estos días ha tenido una aceptación “mucho mayor de lo esperado”. Ya han vendido o reservado unos 60, algunos a centros educativos de fuera de Aragón, como alguna reserva que ha llegado desde Madrid. Otros centros se han interesado por el producto y se han mostrado dispuestos a comprar “hasta 30 unidades para distribuir por todas las aulas”, asegura Aguado.

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