La vuelta al colegio vuelve a llenar las aulas. Con la pandemia amenazando ahí fuera, muchos padres y madres se preguntan si en los centros de sus hijos se están adoptando unas medidas de prevención suficientes. El esfuerzo por parte de la comunidad educativa es importante y las nuevas medidas saltan a la vista, aunque los enfermeros alertan de que la falta de personal sanitario en los centros puede suponer un problema.

El Consejo General de Enfermería ha reclamado en este inicio de curso que se implante la figura de la enfermera escolar como vía para garantizar la seguridad de alumnos y profesores, tanto para controlar los síntomas como para establecer los planes de prevención. En Aragón, cada centro educativo tiene su propio control, generalmente a través de un coordinador; y, además, se han creado 15 equipos covid educativos (siete en Zaragoza, cuatro en Huesca y cuatro en Teruel).

Están encargados de “la atención y acompañamiento a los centros ante incidencias de sospecha por síntomas en alumnado y personal docente”, del seguimiento de los procedimientos “ante casos confirmados de contagio” y de la vigilancia de “la incorporación tras periodos de aislamiento individual o colectivo)”.

No obstante, Lara Cidraque, enfermera pediátrica, cree que es “imprescindible” que haya una figura sanitaria en los centros escolares. A su juicio, ya lo era antes de la pandemia, para poder atender a los niños con patologías crónicas o las posibles urgencias, así como para promover hábitos saludables o de promoción de la salud.

Pero ahora, con la covid amenazando a los centros, su presencia se vuelve más importante que nunca. “No está bien que esta responsabilidad recaiga en los profesores”, apunta Cidraque, quien recalca que “es el personal enfermero el que tiene los conocimientos necesarios para valorar los síntomas, para comunicar los casos a atención primaria, para implantar medidas preventivas y de vigilancia de los alumnos...”.

Su colega Marta Aznárez, especialista en enfermería familiar y comunitaria, advierte de que “pronto comenzarán los resfriados comunes y las gripes”, cuyos síntomas “muchas veces pueden ser similares a los de la covid”. Por eso, aunque el profesorado “va a tener el apoyo tanto de atención primaria como de salud pública para las posibles situaciones que puedan surgir”, cree que los docentes “se van a encontrar, sobre todo al principio, con muchas dudas de ámbito sanitario”.

Aunque el curso acaba de echar a andar y aún es pronto, cree que las medidas que se están aplicando en los colegios “en principio son buenas”. “Desde los centros se está haciendo de la mejor manera posible, con las medidas que ellos tienen a su disposición. Habrá que ver cómo evoluciona, pero se podrían haber instaurado más medidas”, considera por su parte Cidraque. Para evitar contagios masivos, ambas apelan a la “prevención general” y a la “responsabilidad colectiva”.

Con el objetivo de alejar el virus de las aulas, Cidraque pide esa responsabilidad en primer lugar “a los padres”, para que no lleven al colegio a sus hijos si tienen “el más mínimo síntoma”. Una vez dentro, insiste en la importancia de tener un “aula covid” a la que llevar a los niños que presenten síntomas mientras llegan sus padres para llevárselos del colegio, así como en que haya “higiene, lavado de manos y mascarillas”.

Aznárez añade que es importante “no compartir objetos” y que haya una “correcta desinfección” en caso de que un objeto pase de mano en mano. Asimismo, recalca la importancia de “agrupar a los escolares, evitando que pasen de un grupo a otro para permanecer habitualmente con las mismas personas”, así como “intentar que en las horas punta (entrada, salida y recreos) haya un buen distanciamiento social”.

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