Cáritas Castrense de Aragón da sus primeros pasos en plena pandemia

Esta entidad ha dado servicio a comedores, ha acompañado por teléfono a personas mayores y ha facilitado la compra en caso de no poder salir de casa.

Juan Luis Doncel, el padre Ángel Briz y Alberto García en la sacristía de la iglesia de San Fernando de Zaragoza, donde ha nacido Cáritas Castrense de Aragón.

San Hermenegildo, mártir de sangre azul, guarda decenas de bolsas y cajas de víveres a sus pies. Nada más entrar a la iglesia de San Fernando de Zaragoza, a la izquierda, se descubre su capilla. Es un espacio sencillo, nada que ver con imperiosa construcción neoclásica de la que forma parte, y de pocos metros, lo suficiente para almacenar varios kilos de alimentos. "Estos los donó el Ala 15 y se los llevarán pronto porque son perecederos", apunta el sacerdote don Ángel Briz Fernández, a quien todos llaman 'pater'.

Esa es una de las actuaciones de Cáritas Castrense de Aragón, entidad que ha visto cómo sus primeros pasos se convertían en una carrera de fondo a causa del coronavirus. "Cuando llegó la pandemia la estábamos gestando, de hecho, todavía estamos en vías de creación", relata Juan Luis Doncel Paredes, director de la entidad. De forma "oficiosa" comenzaron a trabajar el 20 de enero -que fue cuando se puso por escrito-, pero "oficialmente" el 22 de mayo es la fecha cuando les incluyeron en la red de Cáritas. Ante la crisis sanitaria se dispusieron para "echar una mano". "Siempre ha habido una necesidad y estaba paliada por las entidades locales, pero con la pandemia estas asociaciones se han visto desbordadas", comentan.

A pesar de no estar constituidos como tal, han sido apoyo para el comedor social de San Antonio, lugar que desinfectó la UME y donde se sirven 80 comidas y se atiende a otras tantas familias cada día. Han donado alimentos para los menús de los sanitarios del Hospital Militar, realizados en la cocina del restaurante La Buganvilla. También han mantenido una colaboración con la Cofradía de la Crucifixión, de la Oración en el Huerto y han abastecido de embutido a las Siervas de María del paseo de Sagasta para los bocadillos que reparten. A todo ello se suma la organización una banco de ropa. "Tengo la sensación de que no hemos parado", señala el director. Inciden en su premisa: "Haz el bien y no mires a quién". Se ofrecen a todas las diócesis de Aragón y también a los enclaves donde tienen misiones desplegadas, como Mali, Iraq o Líbano, de hecho, hace unos años ya enviaron varios palés de ropa a este país.

"Haz el bien y no mires a quién"

A la par que siguen con ese cometido presentan su proyecto actual: 'El granero de José'. "La Biblia cuenta que José ve siete vacas gordas y las siete vacas flacas en un granero. Todo el mundo viene ahora de las siete vacas gordas y se nos avecina las siete vacas flacas. Entonces, preparamos una cuenta corriente que sirva como depósito para poder tener un remanso y ayudar, ya que la situación económica pinta mal", expone el religioso.

Esta organización está unida a la Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, una congregación fundada en el año 312 en honor al emperador Constantino, quien cambió la creencia de Roma por la libertad de culto, "no cambió al cristianismo, sino que fue un emperador que respetó a todo el mundo", explican.

Junto a la anterior participan voluntarios del Ejército de Tierra, de Aire, Guardia Civil y Policía Nacional de las tres provincias, como la Escuela Militar de Montaña o el Regimiento Galicia 64. Además, se han sumado al proyecto empresas. "Desde el Hotel Mur de Jaca decidimos donar 2 euros de las primeras reservas", indica Alberto García Mir. Este voluntario también recalca que en Cáritas Castrense de Aragón no solo buscan lo económico, "también se puede aportar esfuerzo físico, tiempo... muchas sinergias".

Trabajan de la mano de Cáritas Central, como cualquier otra diócesis. "Como dicen los bomberos: no nos pisamos la manguera nunca, el objetivo es apagar el fuego", sostienen. Zaragoza es la segunda ciudad de España con más militares y consideran "importante" crear esta entidad que da respuesta a los proyectos que les propone Cáritas Castrense General y los que diseñan ellos mismos. Se aseguran de la transparencia y de que las donaciones que consiguen lleguen a su destino: "Entra por Aragón y sale para Aragón".

"Ha sido un momento a nivel interno positivo porque hemos avanzado muy rápido en muy poco tiempo"

"Ojala no hubiéramos tenido que trabajar en una pandemia, pero nos ha servido para ponernos en marcha rápidamente y desarrollar más nuestra misión. Creo que ha sido un momento a nivel interno positivo porque hemos avanzado muy rápido en muy poco tiempo. Y nos hemos dado cuenta de la cantidad de gente que está necesitada, aunque no se vea", opina Doncel. Todavía definen cómo será, orientándose en Cáritas de otras ciudades. "Aquí cada día nos surge una necesidad, por ejemplo, el otro día hablamos de crear una asistencia sanitaria, con médicos, enfermeros u odontólogos", adelantan.

La iglesia de San Fernando es la base de esta iniciativa, una parroquia que tiene en su germen prestar ayuda a los vecinos del barrio de Torrero, según cuentan desde una de las salas del templo. En una estancia del otro lado del altar se ve más comida para donar. Cualquier rincón es bueno para almacenar solidaridad, ya sea a los pies de San Hermenegildo o junto al gran Nacimiento que espera la Navidad.

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