sociedad

15-M, un aniversario sin concentraciones ni tiendas de campaña

El viernes se cumplen nueve años del estallido de un movimiento ciudadano que agitó la vida política española. Algunos de aquellos indignados han cuadrado el círculo y han llegado hasta la Moncloa

CONCENTRACION Y ACAMPADA 15-M / PLAZA DEL PILAR ( ZARAGOZA ) / 25/05/2011 / FOTO : OLIVER DUCH [[[HA ARCHIVO]]]
Acampada del 15-M hace ahora nueve años en la plaza del Pilar de Zaragoza
Oliver Duch

Muchas cosas han cambiado en apenas nueve años cuando las plazas de medio país están patas arriba y cubiertas de tiendas de campaña. El movimiento 15-M celebrará esta semana su noveno aniversario y, aunque poco queda ya de su espíritu original, sus consecuencias siguen deparando sorpresas. Los que fueron llamados ‘yayoflautas’ ahora lideran protestas por la subida de las pensiones, se ha legislado contra la especulación inmobiliaria y el cambio climático ha pasado a estar presente en muchas agendas políticas.

La travesía más llamativa, no obstante, es la que han atravesado muchos de sus protagonistas en menos de una década. El 15-M contribuyó al fin del bipartidismo y el cambio más evidente es el de Pablo Iglesias, un personaje surgido al abrigo de aquellas protestas (aunque sostiene que no participó en la acampada de Sol), aupado después por sus intervenciones televisivas y desde hace cinco meses vicepresidente del Gobierno. Todo un símbolo de cómo ha evolucionado un movimiento, que en parte se sigue defendiendo como poco amigo del sistema, aunque lleva tiempo asentado en las instituciones. El primer paso lo dieron con las elecciones municipales de junio de 2015 y con la llegada de lo que dieron en llamar los ‘ayuntamiento del cambio’. El de Zaragoza fue uno de ellos, con el desembarco de Pedro Santisteve como alcalde, pero apenas cuatro años después su partido, Zaragoza en Común, se separó de Podemos y hoy suman tres y dos concejales en el Ayuntamiento, respectivamente, de los nueve que llegaron a reunir en conjunto.

Del 15-M se han heredado también algunos cánticos que no han dejado de sonar en estos nueve años. El ‘Sí, se puede’, que retumbó en las plazas, se ha convertido en un grito recurrente en cualquier lucha y también se corea en las competiciones deportivas. El ‘Que no nos representan’ parece haber rebajado su intensidad, así como las pancartas contra los desahucios, acaso porque ha sido uno de los asuntos contra los que más medidas se han tomado en los últimos años. También efectiva resultó la reconversiones de algunos de los círculos y las asambleas del movimiento en las posteriores ‘mareas’ contra los recortes de Educación y Sanidad, que aún así fueron traumáticos y muchas de sus consecuencias se continúan pagando estos días.

El 15-M sembró también la semilla de las plataformas en defensa de una renta básica universal, que ahora comienza a tomar forma con el llamado ingreso mínimo estatal. El Gobierno prevé aprobarlo en la segunda quincena de mayo para apoyar a quienes se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad social. Las ayudas oscilarán entre los 462 euros mensuales que percibiría un adulto y los hasta 1.015 euros que recibiría una familia.

De hecho, en este aniversario del 15-M es la noticia que esperan las plataformas aún activas en las distintas ciudades españolas, reconvertidas muchas de ellas en asociaciones en defensa de los derechos civiles. En la web de la de Zaragoza, sin ir más lejos, las últimas entradas versan sobre la denuncia de toma de imágenes de ciudadanos por parte de la Policía o de los derechos que quienes están privados de libertad en instituciones penitenciarias.

El respaldo a las manifestaciones del 8-M y la causa de las mujeres también es otro de los pilares que trató de fortalecer el 15-M, así como la concienciación ecológica, que años más tarde encontraría en Greta Thunberg a otra de sus guías. Este 2020 en el que no va a poder celebrarse el aniversario en la calle sí que hay una convocatoria curiosa porque el 15 de mayo coincide también con el Día Mundial de Acción por el Clima. A través de las redes se están convocando acampadas virtuales, desde el salón de casa, para llamar la atención sobre la emergencia climática. Si no se tiene una tienda a mano, también vale un saco de dormir con un cartel alusivo a la campaña.

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