día de san jorge

Otros 23 de abril un tanto singulares

La celebración de este año está marcada por la pandemia y el homenaje a los trabajadores esenciales. Otros acontecimientos (sobre todo manifestaciones y sucesos) también han alterado la fiesta del Día de Aragón en años anteriores.

Portada de HERALDO del 24 de abril de 1978.
Portada de HERALDO del 24 de abril de 1978.
Heraldo

Qué duda cabe de que la celebración del Día de Aragón este 2020 no será una fiesta al uso. La pandemia de coronavirus hará que San Jorge no se pueda vivir en las calles ni con libros, ni rosas, ni espectáculos en el Pignatelli, ni bandera floral…

Será esta una edición de lo más extraña, si bien ha habido años anteriores en los que, por muy diversas circunstancias, unas alegres y otras tristísimas, se ha visto alterada la celebración del Día de Aragón. Este año se intentará homenajear a todos aquellos trabajadores esenciales que están batallando en primer línea contra el virus (sanitarios, transportistas, pequeños tenderos, periodistas…) pero tendrá que hacerse desde la más estricta intimidad y sin un patio de los naranjos de la Aljafería que acostumbra, para esta fecha, a estar de bote en bote.

Los políticos más veteranos recuerdan como una primera pica en Flandes (más bien en el corazón de Zaragoza) la gran manifestación por la autonomía que protagonizó el 23 de abril de 1978. Más de 100.000 aragoneses se echaron a la calle para reivindicar la autonomía, en la que se convirtió de inmediato en una de las imágenes icónicas de la historia moderna aragonesa. Fue, sin duda, el San Jorge con mayor raigambre, si bien habría que esperar todavía un par de años para que en un controvertido Consejo de Ministros se aplicara a Aragón el mismo artículo 143 de la Constitución que al resto de regiones que pretendían su autonomía.

El San Jorge de 1983 se celebró apenas un mes antes de que se pusiera en marcha la institución más representativa del entramado político de la Comunidad. Las modernas Cortes de Aragón echaron a andar en la sala de columnas de la Lonja de Zaragoza, donde juraron los primeros 76 diputados bajo la presidencia de Antonio Embid.

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Entregas de la primera medalla de las Cortes a Felipe de Borbón en 1986.
González Misis/Heraldo

En aquella década se fueron sucediendo acontecimiento relevantes para la historia aragonesa como la recuperación de la vitola popular de las fiestas del Pilar o la puesta en marcha de la rehabilitación de la Aljafería y el edificio Pignatelli. En 1986 las Cortes entregaban la primera ‘Medalla de Aragón’ a Felipe de Borbón (entonces príncipe de Asturias) y al año siguiente se produjo el cruento atentado de ETA en la casa cuartel.

Fue dos años después, en abril de 1989, cuando se reservó la fecha de San Jorge para que se interpretara por primera vez el ‘Himno de Aragón’. Con música de Antón García Abril y letra de Ildefonso Manuel Gil, Ángel Guinda, Rosendo Tello y Manuel Vilas, el patio de Santa Isabel del palacio de la Aljafería fue escenario de la puesta de largo de un himno, que no ha calado especialmente en el pueblo pero sí suena en todos los actos institucionales, sobre todo, en el Día de Aragón.

Las celebraciones de San Jorge se fueron asentando en la década de los 90 con sus fiestas en la calle, en las que abundaban los teatrillos con caballeros venciendo al dragón y una cada vez mayor representación del Día del Libro. Los actos institucionales y, también, el lanzón de postre se fueron popularizando sin mayores sobresaltos salvo -por ejemplo- el enrarecido ambiente político de 1994 después del pacto entre José Marco con el tránsfuga Emilio Gomáriz que hizo cambiar de signo al gobierno autonómico. La confianza en la política y en los líderes aragoneses tardaría tiempo en recuperarse. Aquello se fue olvidando con los triunfos de Conchita, la Recopa de Nayim y en junio de 1995 con el acuerdo entre PP y PAR que haría al recientemente fallecido Santiago Lanzuela presidente de la Comunidad.

Por cierto, en noviembre de 1995 la UNESCO aprobó en París, a propuesta de la Unión Internacional de Editores, que el 23 de abril fuera elegido como ‘Día Internacional del libro’ y, desde entonces, en homenaje a Shakespeare y Cervantes, los libreros toman la calle, aunque este año lo harán de forma obligadamente virtual.

Aunque se trató de que estuviera a punto para el día de San Jorge de 1998, no fue hasta mayo de aquel año cuando el entonces príncipe Felipe inauguró la reforma de la sede parlamentaria aragonesa en la Aljafería. Se recuperaba así el Salón del Trono, el oratorio, las albercas de los patios… Tantos y tantos espacios (la capilla de San Martín también) esenciales en las celebraciones del Día de Aragón.

DIA DE SAN JORGE (CONCENTRACION EN LA PLAZA DEL PILAR ) /CARLOS MONCIN /23/4/02/ [[[HA ARCHIVO]]]
Multitudinaria manifestación en San Jorge de 2002 contra el trasvase del Ebro.
Carlos Moncín/Heraldo

En abril del año 2000 Rudi y Labordeta (casi a la par) desembarcaron en el Congreso de los Diputados de Madrid y, entonces, las reivindicaciones de San Jorge comenzaron a intensificarse en torno a la defensa del Ebro y el rechazo al Plan Hidrológico Nacional. La polémica hidráulica estuvo presente tanto en el Día de Aragón como en las fiestas del Pilar, pues se calcula que unas 400.000 personas asistieron a la marcha del 8 de octubre de 2000. Las portadas de este diario de los San Jorge de 2001, 2002 y 2003 también recogían innumerables argumentos y fotos de la plaza del Pilar a rebosar para dar un abrazo al Ebro.

Quizá el San Jorge más triste de la historia reciente de Aragón fue el del año 2002. Unos meses antes ETA había asesinado a quemarropa al presidente del PP aragonés Manuel Giménez Abad y al año siguiente se le hizo un homenaje en las Cortes. El entonces presidente José María Mur y su viuda, Ana Larraz, firmaron la constitución de la Fundación Giménez Abad, “por los valores que defendió: la libertad, el diálogo político y la autonomía”.

Las celebraciones en los patios del Pignatelli en el año 2016.
Las celebraciones en los patios del Pignatelli en el año 2016.
José Miguel Marco

En esos años las celebraciones de San Jorge recuperaron Independencia tras su costosa reforma y Fluvi empezó a asomarse por las calles como preludio de la Expo. Los ‘shows’ se volvieron espectaculares (incluso con la Fura del Baus) en lo que parecían épocas de vacas gordas, sin sospechar lo que vendría justo después de acabar la fiesta de Ranillas.

Después todo adquirió una vertiente mucho más comedida y peor fue en 2009 cuando se produjo una explosión de gas el barrio del Perpetuo Socorro de Huesca, que el mismo 23 de abril se cobró dos vidas y una docena de heridos. En 2010 San Jorge acabó con un partido multitudinario en la Romareda, en el que Real Zaragoza (entonces en Primera) plantó cara pero perdió (1-2) contra el Real Madrid. Al año siguiente coincidió con una tardía Semana Santa y poco de reseñable hay más en las siguientes celebraciones hasta llegar a este año en el que la pandemia, el estado de alarma y la distancia social obligarán a celebrar un San Jorge desde los balcones, con alguna que otra jota, pero muy pocos abrazos.

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